Friday, April 26, 2024  |

By Tom Gray | 

Consigue tu asiento en el ringside con tiempo para este choque de ensueño, o quizás alguna de estas súper estrellas lo logren antes

Por muchas razones, diríamos que es una pelea casi perfecta. 

Manny Pacquiao vs. “El Príncipe” Naseem Hamed hubiese podido ser uno de los choques de peso pluma más significativos y esperados de la historia del deporte si el ídolo filipino emergía un par de años antes o la súper estrella británica se mantenía en actividad un par de años más. 

Hamed perdió ante Marco Antonio Barrera dos meses antes de que Pacquiao se presentara por primera vez ante los fanáticos estadounidense despachando brutalmente a Lehlo Ledwaba en una cartelera encabezada por Oscar De La Hoya en 2001. «El Príncipe» peleó solamente una vez más, en 2002, dejando a los fanáticos pensando en lo que hubieses pasado si se hubiese topado con Pacquiao, quien luego emergería como un peso pluma de élite. 



La pelea nunca será más que apenas un sueño, pero su atractivo es muy obvio. Sería un enfrentamiento entre dos personalidades carismáticas y atractivas que evolucionaron para transformarse en estrellas trascendentes del boxeo. Dos de los boxeadores más excitantes de la televisión en los últimos 25 años. Dos auténticos artistas del nocaut con mucho más que algunas vulnerabilidades interesantes. Sin embargo, a pesar de todo lo que tienen en común, Pacquiao y Hamed son diferentes de muchas maneras.

El electrizante Hamed, quien fuera presentado en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo en 2015, se alejó del boxeo para siempre a sus 28 años de edad. En una rutilante carrera profesional de 10 años, el nativo de Sheffield, Inglaterra, recogió tres títulos mundiales en el peso pluma y acumuló un registro de 36-1 (31 nocauts). Sus más notables victorias llegaron ante Steve Robinson, Manuel Medina, Tom Johnson, Kevin Kelley, Wilfredo Vázquez, César Soto y Vuyani Bungu. Hamed es también el primer boxeador en la historia en recibir retroactivamente el cinturón de campeón de la revista The Ring. 

Cuando Pacquiao cumplió 28 años en diciembre de 2006 era ya un triple campeón mundial en tres divisiones. El ídolo filipino venía de su segundo triunfo por nocaut ante el legendario mexicano Erik Morales y ya tenía garantizado un lugar en el Salón de la Fama. Pero lo sorprendente es que apenas estaba arrancando. Desde entonces, Pacquiao ha logrado títulos reconocidos por organismos grandes o de la revista The Ring en cinco divisiones más. Todavía en actividad, tiene el récord por la mayor cantidad de divisiones conquistadas (ocho) y a sus 40 años de edad es el monarca reinante de peso welter según la AMB. ¿Victorias notables? No tenemos suficiente espacio para hacer una lista. Así de increíble es el récord de este senador.

Sin embargo, aun cuando Pacquiao ha sido profesional durante casi un cuarto de siglo, ha tenido un pico en su carrera igual que todos los demás campeones. La versión veterana de hoy sigue siendo lo suficientemente buena como para lidiar con los mejores welters del mundo, pero hay muchos que piensan que lo mejor de Pacquiao se vio en los pesos más chicos. En noviembre del 2003, el veloz zurdo arrasó con el duro Barrera para quedarse con el campeonato de peso pluma lineal y el cinturón de The Ring por nocaut en 11 asaltos. Pacquiao fue absolutamente deslumbrante en una de las mejores actuaciones de la década. 

Por otro lado, el Hamed que enfrentó a Barrera en su penúltima pelea no estuvo ni siquiera cerca de su mejor versión, cayendo por fallo unánime ante «El asesino con cara de niño» en abril del 2001. Para una pelea de ensueño ante Pacquiao, haría falta una versión completamente funcional, recargada y motivada de «El príncipe» en sus mejores años en 1997. En ese año, el ambidiestro Hamed ganó cinco combates de título mundial, todos por nocaut en ocho rounds o menos, y unificó dos títulos de las 126 libras en ese período. ¿Quieren ver al mejor Naz? Ese año lo mostró mejor que nunca. 

Entonces ¿quién gana? 

Dos de las mejores mentes boxísticas de hoy nos ofrecieron diferentes perspectivas de lo que hubiese pasado si el «Pacman» y el «Príncipe» se hubiesen enfrentado en sus respectivos mejores momentos. De hecho, en su mayoría, sus opiniones son tan contrastantes como los estilos y personalidades de nuestros participantes de este choque soñado. Para sumar más a la intriga, nuestros dos expertos respaldaron sus argumentos con sólidas evidencias.

Hamed vs. Said Lawal. (Clive Mason/Allsport)

«Naz usaba su cuerpo casi como un contorsionista, y luego te conectaba con un golpe cuando no tenías idea de que podía lanzarlo desde ese ángulo», dijo el ex campeón en dos divisiones y actual analista de boxeo Paulie Malignaggi al referirse al estilo contragolpeador explosivo de Hamed. «Eso no fue algo que se le ocurrió en el momento: se entrenó de ese modo, y su mayor influencia fue el (entrenador) Brendan Ingle. Naz era el alumno perfecto para ese estilo, del mismo modo que Cus D’Amato tuvo a varios boxeadores exitosos, pero (Mike) Tyson fue el alumno perfecto para su estilo. 

«La defensa de Pacquiao siempre estuvo un poco floja, y recibía muchos golpes. Incluso a comienzos de su carrera lograban conectarlo con golpes muy duros. Lo que hace que sea entretenido verlo es que tenía un estilo muy agresivo, pero eso es lo que lo deja abierto también a que lo lastimen. Naz tenía una inclinación por atacar por el ángulo menos esperado, por lo cual, si Pacquiao quedaba abierto a golpes desde ángulos bastante esperables, imaginen lo que haría un tipo como Naz lanzando desde ángulos inimaginables». 

«La defensa de Pacquiao no es tan mala como la gente la imagina, en realidad es muy inteligente en su defensa», opinó el estimado entrenador Stephen «Breadman» Edwards, quien trabaja con el campeón mundial unificado de peso mediano junior Julian Williams. «Si Pacquiao no fuese bueno defensivamente, entonces no sería capaz de derrotar a esos pesos welters teniendo un físico tan chico y sin anotar nocauts. 

«En sus mejores momentos, Pacquiao bloquea bien los golpes, evita bien los golpes también, y su defensa definitivamente ha evolucionado con el paso de los años. En peso pluma, raramente dependía de ella porque tenía una ventaja física muy grande sobre sus oponentes. Su defensa todavía es bastante buena. De hecho, diría que su defensa es mejor que la de Naseem Hamed». 

«Si Pacquiao no fuese bueno defensivamente, entonces no sería capaz de derrotar a esos pesos welters teniendo un físico tan chico y sin anotar nocauts».

Por eso, sus opiniones no podrían ser más diferentes en lo que respecta a defensa, pero nuestros dos expertos coinciden en lo que respecta a poder de pegada en estos dos boxeadores. Hamed tenía una tasa de nocauts general de 84 por ciento, y cuando Pacquiao dejó atrás el peso pluma su récord era de 39-2 (30 KO) lo cual le daba una tasa de nocauts del 77 por ciento. 

«Naz está muy alto en la lista (de los más duros pegadores del peso pluma)», opinó Edwards. «De hecho, él y Pacquiao son dos de los mayores pegadores de la historia en las 126 libras, junto a (Sandy) Saddler, (Alexis) Arguello, Danny “Little Red” López, Azumah Nelson y (Juan Manuel) Márquez. Esos tipos pegaban duro, pero Naz era un duro fajador, y perdió solamente una vez en toda su carrera. Hubieron ocasiones en las que los rivales lograban conectarlo, pero él simplemente los conectaba de contra y le daba un giro a la pelea”. 

«Pacquiao es un duro pegador, pero tengo que clasificar a Hamed como uno de los más duros pegadores en la historia de la división de peso pluma», dijo Malignaggi. «Hay tipos que logran ganar antes del límite y hay otros que anotan nocauts. Hamed lograba el nocaut. Cuando te conectaba te ponía a dormir. Los conectaban con algo y no se enteraban qué los había golpeado.

(Jeff Gross/Allsport)

«Kevin Kelley pudo derribar a Hamed, pero quedó expuesto a su potencia de dinamita. Yo estuve en esa pelea y recuerdo haber pensado ‘Kevin lo tiró varias veces, pero a excepción de una caída el resto fueron golpes fuera de balance’. Cuando Kevin caía uno podía ver que eran caídas de verdad, y casi se podía ver que se le estaba terminando el tiempo. Hamed estaba recuperándose, pero Kelley necesitaba más tiempo para recuperarse, y eso fue un gran factor en la pelea y en el resultado». 

Edwards es un historiador del boxeo y es también reconocido por tener una alta tasa de predicciones acertadas en lo que respecta a elegir ganadores en peleas. Sin embargo, es más reconocido por ser un entrenador de primer nivel mundial que trabaja con gran conocimiento de los rivales a los que enfrenta y que ofrece planes concisos y estructurados. Si quieren una prueba de esto, miren entonces la sensacional victoria de Williams sobre Jarrett Hurd en mayo pasado. 

Entonces, ¿cómo encararía Edwards una pelea ante Pacquiao si estuviese en el rincón de Hamed? 

«Si estuviese entrenando a Naz, haría el papel de contragolpeador ante Pacquiao”, dijo. «Naz es obviamente un buen pegador, quizás mejor pegador que Pacquiao con un solo golpe, pero no tira lo suficiente, y no tiene un jab lo suficientemente bueno como para ganar por puntos». Lo que necesita hacer es atraer a Pacquiao hacia sus golpes. Yo le diría a Naz que amague todo el tiempo para obligar a Pacquiao a tomar la iniciativa, porque Hamed era un extraordinario contragolpeador. Incluso en peleas en las que estuvo en problemas, como ante Augie Sánchez y Kevin Kelley, tenía la tendencia de golpear a sus rivales de contra continuamente. 

«Más allá de eso, realmente es una pelea muy dura en lo que hace a estilos. Pacquiao es más alto, más grande, tiene más alcance y tira mejores golpes rectos. Tiene una derecha muy poco apreciada: un buen jab, doble jab, jab agresivo y combinación de mano izquierda. Realmente es una pelea muy dura, pero Naz puede conectarlo bien. Hacer que Pacquiao entre de lleno a un uppercut de izquierda o derecha es su mejor chance de ganar la pelea». 

A pesar de que Malignaggi no apreciaba tanto a Pacquiao en lo que respecta a defensa, el ex monarca de peso welter junior y welter no duda de su efectividad general en los pesos inferiores.

Pacquiao vs. Lehlo Ledwaba. (Jed Jacobsohn/Allsport)

«Las cosas que hacían especial a Pacquiao como peso pluma son las mismas que lo hacen especial ahora: la cantidad de golpes que lanza y sus combinaciones», reconoció Malignaggi. 

«Pacquiao siempre está buscando maneras de incomodarte, y como siempre está buscando la confrontación, su fortaleza física es un gran factor, y es un buen pegador. Le gustan las peleas cuerpo a cuerpo, y la mayor parte del tiempo su velocidad le ganará a la tuya, y así es exactamente como anotó triunfos sobre Barrera y Morales. Ellos tienen esa mentalidad mexicana del boxeo – puro corazón, cuerpo a cuerpo, machismo – y no dan un paso atrás, pero Pacquiao no es solamente potente, sino que tiene la velocidad detrás de sus ataques». 

Cuando se le pidió a Edwards que cambie de rincón y nos dé su plan de pelea para entrenar a Pacquiao en una pelea ante Hamed, se lo notó mucho más confiado.

«Creo que será una golpiza de cualquier modo, porque los dos son fajadores”

«Tiene que anotar con el doble jab, conectar la zurda al cuerpo y disparar esa izquierda a la cabeza», dijo el entrenador oriundo de Filadelfia. «Dar siempre el paso adelante mientras Naz se abalanza sobre él. Naz es bajo de estatura y se dobla hacia atrás con su cintura para esquivar golpes, lo cual lo pone en problemas. Fue derribado y golpeado muchas veces en sus peleas, pero nunca por alguien como Pacquiao. 

«Para mí, Pacquiao solamente tiene que ser él mismo, arremeter todo el tiempo y lanzar golpes rectos y duros. Pero tiene que asegurarse de lanzar la zurda al cuerpo y a la cabeza, para que Naz no lo anticipe. Si le buscas demasiado la cabeza a Naz, te hará tirar manos por sobre la defensa, para luego agacharse y salir con todo desde abajo con el uppercut. Naz conectaba muchos golpes de contra desde abajo y por los costados».

(Phil Cole/Allsport)

El deporte puede ser muy impredecible, y no hay deporte más impredecible que el boxeo. Lo que hace que esta pelea de ensueño sea incluso más difícil de vaticinar es la potencia de primer nivel a la que tanto Malignaggi como Edwards han hecho referencia. 

Desde el mismo comienzo de su carrera profesional, Hamed ha estado barriendo con todo gracias a su poco convencional mezcla de estado atlético y pegada. Dieciocho de sus 31 nocauts han llegado en los primeros tres asaltos, y esa es una estadística bastante ominosa para cualquier futuro oponente. También, a pesar de haber sido derribado en varias ocasiones, Hamed nunca fue noqueado, y por lo tanto nunca estuvo muy lastimado. Habiendo dicho esto, vale afirmar que Hamed nunca enfrentó a un oponente de la calidad de Pacquiao. 

La implacable agresión de Pacquiao en el peso pluma rememora al legendario ex campeón en tres divisiones Henry Armstrong, aunque las manos del filipino quizás sean más pesadas, y es también mucho más veloz de piernas. Pacquiao podría cerrar esa brecha en un abrir y cerrar de ojos, por lo cual lograr que Hamed tenga el timingpara armar un contragolpe efectivo puede llegar a ser algo más difícil de hacer que de decir. Incluso un peleador tan experimentado como Barrera tuvo problemas para lograr hacer avances contra Pacquiao. ¿Encontrar espacio para un contragolpe? Barrera apenas podía encontrar espacio para respirar. 

Es probablemente apropiado que nuestros dos expertos no solamente estén en desacuerdo sobre el resultado, sino que también lo estén en la forma de lograrlo. 

«Creo que será una golpiza de cualquier modo, porque los dos son fajadores”, dijo Edwards. «Creo que Naz puede derribar a Pacquiao y atropellarlo de algún modo, pero en general, el Pacquiao que le ganó a Barrera en 2003, ese es un boxeador especial. Creo que Naz fue muy grande, pero no sé si es tan especial. Desde mi punto de vista, creo que Pacquiao lo noquearía alrededor del octavo o noveno round. Muy pocas personas en la historia del boxeo hubiesen podido derrotar a Pacquiao en ese momento».

«Si Naz te conecta entre una combinación y otra, o si te sacude la cabeza con esos terribles uppercuts, no harán falta demasiados de esos para hacerte cambiar la perspectiva de la pelea o para noquearte».

«No imagino una pelea tan aplastante para nadie», contragolpeó Malignaggi. «Creo que Naz hubiese guiado a Pacquiao para hacerlo entrar en el rango de sus golpes a comienzos de la pelea. Pacquiao siempre sale un poquito demasiado excitado, y no creo que le pelee a Naz de manera cuidadosa o prudente. Algunos dirán ‘oh, las combinaciones de Pacquiao’, pero si Naz te conecta entre una combinación y otra, o si te sacude la cabeza con esos terribles uppercuts, no harán falta demasiados de esos para hacerte cambiar la perspectiva de la pelea o para noquearte. El instinto de Pacquiao es tomar la ofensiva, y responde a la negatividad siendo más ofensivo y demostrando tener más corazón que su rival. Por eso es que creo que Naz podría noquearlo. Tienes que ser astuto para ganarle a Naz, y los estilos hacen a las peleas». 

Si estás buscando que sea yo quien rompa este empate, entonces lamento decepcionarlos, porque yo también estoy indeciso. Lo único que diré es que Hamed necesitaría un nocaut. En las divisiones inferiores, Pacquiao fue superado por puntos solamente una vez, y eso fue ante Erik Morales en las 130 libras. Para hacer eso, «El Terrible» tuvo que igualar a Pacquiao en cantidad de golpes lanzados y en intensidad, y ese no es el estilo en el que peleaba Hamed. Si Pacquiao vs. Hamed llega a la distancia, entonces veo a Pacquiao como ganador amplio, pero también es capaz de ganar por nocaut. La gran pregunta es: ¿Qué pasa si Hamed conecta su mejor golpe? Personalmente, creo que el Pacman necesitaría una almohada allí mismo. 

El resultado de una pelea de ensueño entre boxeadores de generaciones diferentes obviamente se reduce a una opinión. La única regla importante es mantener el balance. Si has visto docenas de peleas de uno de ellos, pero apenas una o dos del otro, entonces sería bueno hacer un poco de investigación. Pacquiao sigue activo, mientras que el «Príncipe» hizo su último combate en 2002. Pacquiao es querido y reconocido universalmente, mientras que a Hamed hay quienes lo aman o lo odian, sin términos medios. Eliminen los datos no esenciales y formen su propia opinión basándose solamente en lo que cada uno de ellos podía hacer en el ring. 

Una sola cosa es segura: Pacquiao-Hamed hubiese sido un combate para alquilar balcones. 

Tom Gray es Editor Asociado de The Ring Magazine. Síganlo en Twitter @Tom_Gray_Boxing.