Thursday, March 28, 2024  |

By Tris Dixon | 

LA AUDAZ INVASIÓN DE TYSON FURY EN EL FIN DE SEMANA DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO TUVO COMO RESULTADO UNA DRAMÁTICA Y SANGRIENTA BATALLA ANTE UN MOTIVADO OTTO WALLIN

La sangre cubría el lado derecho del rostro de Tyson Fury. No dejaba de tocársela, y pestañeaba furiosamente mientras lo hacía. Miró a su entrenador Ben Davison y dijo «¡me encanta esta mierda!» 

Sus pantalones, luciendo la verde, roja y blanca bandera mexicana, estaban ahora teñidos de un rojo parejo.



Jorge Capetillo, quien heroicamente se las arregló para controlar dos cortes que juntos necesitaron 47 puntos para ser suturados, se llevó la mayor parte de los elogios, pero los compartió rápidamente con el hombre para el cual trabajó ante el desfavorecido peleador sueco Otto Wallin en Las Vegas. 

El «Rey Gitano» Fury dijo que se identifica con los mexicanos que estaban en la ciudad celebrando el fin de semana de la Independencia de México. Reconoció los desafíos que ellos están enfrentando, y esperó que ellos se identifiquen con el gigante extranjero que vino a pelear de visitante en la Ciudad del Pecado. 

«Tyson encontró mucha simpatía de parte de la gente de México, y sintió simpatía por ellos también. Hubo una hermosa conexión», dijo Capetillo. «La pelea fue tremenda. Hubo mucho drama. Puso todo en juego. Demostró su coraje, llevó la pelea adelante, y la gente respondió muy bien, y los mexicanos estuvieron contentos porque armamos un buen show». 

Para ser un combate entre un británico y un sueco en los Estados Unidos en el Día de la Independencia de México, bueno… fue un guiso bastante variado. Pero de algún modo funcionó. 

Fury, tal como se esperaba, tuvo un rol significativo en eso. Había pasado de usar las estrellas y franjas a lo Apollo Creed ante Tom Schwarz en junio, a la bandera mexicana de «El Rey Gitano». Usó una máscara de lucha libre para su entrenamiento ante el público el martes, y otra diferente para el pesaje abierto el viernes. 

La máquina publicitaria hizo que más de 8000 personas vivan una vibrante atmósfera en la T-Mobile Arena.

Tyson Fury fue todo sonrisas antes de su pelea contra Otto Wallin, pero tuvo que ponerse serio después de sufrir un feroz corte en el 3er round. (Photo by Ethan Miller/Getty Images)

Pero las cosas no fueron perfectas durante los días previos al combate. Durante la semana de pelea, Davison admitió que la preparación había sido mejor para Schwarz. No fue el usual «mejor entrenamiento de la historia» al que siempre refieren los entrenadores. 

Y luego tuvieron que aguantar una dura noche en la oficina ante un Wallin valiente y ambicioso. 

Los fanáticos de Fury que creían que su campeón lineal los llevaría a una rápida victoria buscaron rápidamente una persona para culpar. Davison recibió las acusaciones del padre de Tyson, John, quien estaba como comentarista del canal BT Sports en esa noche. 

John Fury pidió que rueden las cabezas, especialmente la del joven entrenador, a quien le dan crédito por recuperar a Tyson desde el borde de la desesperación y la depresión, hacerlo adelgazar desde sus casi 200 kilos de peso y rescatarlo hasta de un posible suicidio.

Wallin no logró emular lo que hizo su compatriota Ingemar Johansson en 1959, cuando sorprendió a Floyd Patterson en el Yankee Stadium de Nueva York, pero superó las expectativas. Dejó bien plantado a su entrenador Joey Gamache, y tuvo un recibimiento de héroe en su tierra natal, donde lo entrevistaron en todos los diarios y participó en programas de radio y TV en horario principal.»

El promotor Dmitriy Salita dijo que Wallin se había afianzado como uno de los mejores boxeadores de peso pesado del mundo. 

Quizás sea cierto. Los cínicos dirán que boxeó con muchas ganas ante un Fury desmotivado que ya tenía sus ojos puestos en el combate de revancha del próximo 22 de febrero ante Deontay Wilder.

Fury pareció estar gradualmente encontrando su ritmo antes de que el corte cambiara la dinámica del combate. (David Becker/Getty Images)

Pero Wallin jugó un rol significativo durante otro desfile de triunfo en una dramática noche de violencia sangrienta. Y lo hizo con sus propios guantes. Fueron sus golpes lo que transformaron el rostro de Fury en una máscara púrpura, y no un codazo descuidado ni un choque de cabezas ni un momento de buena fortuna. Claramente, perdió algunos fanáticos por restregar innecesariamente su guante en la herida de Fury para exacerbar sus cortes, una maniobra totalmente innecesaria por la cual tuvo suerte de no perder un punto a manos del árbitro Tony Weeks. Pero más allá de eso, se lo vio impecable toda la semana. Se mostró afable, muy bien dispuesto ante los medios, y luego pudo también rendir lo mejor durante 12 sangrientos asaltos. Tiene muchas opciones para su futuro. 

«Estoy muy orgulloso de que Otto haya dado este gran paso y le haya dado al ‘Rey Gitano’ una pelea dura”, dijo Gamache, quien declaró que el sueco se tomaría un descanso antes de planear su siguiente salida. «Creo que la pelea debió haber sido detenida debido a ese feo corte, no tenía idea de que fue causado por un golpe. 

«En cuanto a la escena mundial a futuro, hay que ser pacientes. Otto demostró que tiene el potencial de transformarse en el campeón mundial de peso pesado». 

Para Fury, habrá un período de descanso obligado mientras sanan sus heridas. 

El curador de cortes Capetillo fue a expresar sus buenos deseos a Tyson al día siguiente, y recibió un bono en efectivo por su gran esfuerzo en mantener a Tyson en la pelea. 

«Ese fue el peor corte que yo haya trabajado o que haya visto en mi carrera”, explicó Capetillo. «Estamos hablando de un corte de dos pulgadas, profundo y ancho, y yo estaba haciendo lo mejor posible para controlar el sangrado.

«Cuando escuché a Joe (Gamache) enviando a Otto a trabajar en el corte, a rascarlo, a golpearlo, supe que tenía que hacer algo para frenarlo y que no empeore, ese era mi objetivo principal». 

Parte del párpado estaba abierta totalmente, y había un tremendo corte en arco sobre toda la ceja de Fury. Capetillo fue regañado por usar demasiada vaselina, pero dijo que mientras él viera que la gente de Wallin estaba intentando manipular las reglas, él haría su parte en defensa de su boxeador también. 

«Yo usé mucha vaselina porque veía (a Wallin) tocándole el ojo, golpeándolo, restregándolo, por eso le dije al comisionado ‘si el árbitro no dice nada yo voy a sacar ventaja de esto’», dijo Capetillo. «Uno tiene que hacer lo que sea necesario, era una cuestión de poner vaselina y tratar de que la herida sea resbalosa, tapar el corte y asegurarse de que no se abra más».

Team Fury explotó de furia cuando el retador de 28 años intentó hacer algo fuera de las reglas, pero como hombres del boxeo también apreciaron el modo en que estaba tratando de lograr cualquier ventaja posible, y no hubo mala sangre entre ambos después del combate. 

«Él lucía fuerte y muy entero. Hay que darle crédito a Otto, estaba invicto, bien preparado, es joven, zurdo”, dijo Capetillo. «Y a veces todo depende del estilo, y tuvimos que cambiar el plan de pelea. Pero Tyson hizo ajustes, y los superamos y logramos la victoria». 

Wallin no se notaba intimidado por el desafío, y ver sangre lo alentó aún más. Recibió una buena golpiza en el 11er round, pero logró contragolpear y sacudió a Fury en el 12do. Esto no fue un desfile, ni una exhibición, ni un paso previo antes de un evento más grande. Fue una pelea, y en una pelea no se pueden cometer errores. 

Y cuando el equipo de periodistas de ESPN tomó la controversial decisión de avisarle al rincón de Fury que los cortes habían sido causados por golpes legítimos en el tercer asalto en lugar de un choque de cabezas, la presión se posó sobre Capetillo para mantener a Tyson en la pelea. Cualquier detención en menos de cuatro rounds hubiese resultado en un combate nulo. Después del 4to round, un corte causado por choques de cabeza hubiese enviado la pelea a las tarjetas. Si hubiese sido detenido después de cuatro rounds y el corte fuese causado por golpes, el ganador hubiese sido el hombre que infligió el daño. 

Capetillo, quien para el final de la pelea ya había usado una botella entera de adrenalina sintética, hizo su parte. Fury hizo la suya también. 

«Un trabajo bien hecho», dijo el entrenador Davison después de que pasara la tormenta y regresara al Reino Unido. «He visto la pelea un par de veces más, y he visto los primeros tres rounds nuevamente, y estaba yendo como yo esperaba hasta que llegó el corte, que obviamente iba a tener un enorme efecto. Pero en el primer Tyson hizo lo suyo, trató de encontrar el ritmo y el timing, trató de hacer que Otto se quede corto con sus golpes. Hizo todo eso. En el segundo ya comenzó a conectar golpes duros. En el tercero comenzó a encontrar la distancia, y estaba conectando un par de golpes más fuertes, y yo esperaba que esto vaya creciendo a medida que avanzaba la pelea. Entonces vino el corte, y eso cambió las cosas un poco».

Los problemas que se dieron en los 12 asaltos implicaron que inicialmente las críticas se vieron justificadas, aunque Davison dijo que fueron aplacadas cuando las filmaciones del rincón hechas por BT Sport mostraron claramente sus consejos y su comportamiento entre rounds. 

Pero no se lo ha tomado como algo personal, de todos modos. Siempre hay alguien más a quien culpar. 

“Lennox Lewis no siempre lucía impecable ni invencible cada vez que se subía al ring. Tampoco lucía así Muhammad Ali», agregó Davison. «Pero ellos casi siempre lograban la victoria, y Tyson también lo logra todo el tiempo. Por eso, no creo que haya estado tan mal». 

Desde entonces, Fury ha estado entrenando a boxeadores amateur en un club local, y Davison dijo que a pesar de que ambos admiten que tienen mucho para trabajar, ambos están contentos con su rendimiento. El entrenador quizás busque ahora la ayuda del doctor Pearlman Hicks, quien atendiera a Vitali Klitschko luego de que éste recibiera una golpiza de Lennox Lewis en junio del 2003. Klitschko se tomó seis meses de descanso después de eso, pero el daño no fue un factor tan grande, porque su carrera continuó adelante. 

Pero aún está por verse si la revancha con Wilder es realmente el futuro que le espera a Fury. Davison no está tan convencido. 

Para empezar, Wilder tiene que superar primero a Luis Ortiz. Luego, el 7 de diciembre, Andy Ruiz Jr. defiende sus títulos en una revancha ante Anthony Joshua. Si Wilder mantiene abiertas sus opciones, entonces un choque entre peleadores de PBC ante Ruiz (si es que éste gana) debería ser una prioridad, con todos los títulos en juego. Hay suficientes combates atractivos en el peso pesado, pero hay muchas partes móviles y no hay tratos fáciles de hacer. 

Habiendo dicho esto, Wilder confesó que todos los ojos deberían estar puestos en las heridas recientes de Fury, si es que ambos van a pelear de nuevo. 

«Sin importar lo que haga, cuando pelee conmigo (ese corte) se abrirá nuevamente”, le dijo Wilder a ThaBoxingVoice. «Voy a abrirlo de un golpe, enseguida. Puede hacerse una cirugía plástica, ponerse cinta o grampas, pegárselo con cualquier tipo de cemento… carajo, hasta podría ponerse pegamento flexible. No va a importar, para nada». 

Será un objetivo. Será una preocupación. Pero eso quedará en el futuro. 

Mientras Tyson abordaba su vuelo de regreso a Manchester el domingo por la mañana desde la Terminal 3 del aeropuerto McCarran de Las Vegas, caminó por el lobby VIP y recibió una ovación de todos los que esperaban en la entrada al avión. 

La sangre alrededor de su ojo se había secado. Vestía un blazer, shorts y una gorra de béisbol. Se detuvo y posó para algunas fotos, y luego voló hacia su tierra. 

Algunos pensaron que la apuesta de Fury tratando de adueñarse del fin de semana de la Independencia de México le sería contraproducente a los boxeadores y a los organizadores, pero no fue así. Ciertamente no se agotaron los boletos, pero tampoco quedaron en negativo. Top Rank tiró sus dados, y terminó obteniendo una pelea de verdad como premio.