Saturday, April 27, 2024  |

By Gareth A Davies | 

James Haskell, estrella del rugby, se une a Bellator

Los atletas de peso pesado Brock Lesnar y Jack Swagger entraron respectivamente a la UFC y Bellator desde la WWE. Ellos simplemente querían probarse en la lucha de verdad. La estrella inglesa del rugby James Haskell se retiró del castigo físico de su trabajo en el rugby hace seis meses, a sus 34 años, luego de 17 años de actividad. Pero el ancho delantero, de casi dos metros de altura y 117 kilos de peso, quiere probarse a sí mismo en la jaula ante peleadores de peso pesado. No se equivoquen: Él sabe en lo que se mete. He conocido a Haskell durante años, he trabajado con él en programas televisivos de AMM, y su interés y sus conocimientos son profundos. Haskell ha usado el jiu-jitsu como parte de su entrenamiento de rugby, y admite que lo ha ayudado a posicionarse para robar el ovoide. Pero ahora es hora de probar la confrontación real. 

«Hay gente que puede doblarte como una colchoneta en el gimnasio en este deporte. Pero ya lo estoy tomando muy seriamente», explicó. «Voy a enterarme por las malas si es que soy lo suficientemente duro como para ser un peleador en la vida real». 

Haskell, un personaje tan real y voluntarioso como se pueda desear, hará que éste sea un viaje fascinante.



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Gaethje es un talento para atesorar

Justin Gaethje tiene uno de los corazones más grandes de las AMM, tanto dentro como fuera del Octágono. No solamente es un extraordinario peleador que ofrece peleas atractivas a sus fanáticos (el estadounidense es uno de los más explosivos, libra por libra, en este deporte) sino que también es un buen tipo. He admirado siempre su personalidad desde que se unió a la UFC tras una racha como campeón en la World Series of Fighting. Gaethje tuvo otra típicamente bulliciosa actuación para alzarse con la victoria en el combate principal de la noche ante su popular oponente, Donald “Cowboy” Cerrone, en Vancouver a mediados de septiembre, ganando por nocaut en el primer round. Por cierto, Gaethje tiene formidables victorias ante Edson Barbosa, y un par de guerras en las que no triunfó ante Dustin Poirier y Eddie Álvarez. Pero son las inquietudes de Gaethje fuera de la jaula y lo que lo inspiran sus orígenes personales lo que nos presenta un interesante contraste entre este relámpago de 30 años (155 libras en las AMM, o peso ligero) y su forma de ser fuera del ring.

(Jeff Bottari/Zuffa LLC/Zuffa LLC)

Miren esto: «Yo crecí en un pueblito llamado Safford (en Arizona), que tenía como 10.000 pobladores. Es bastante alejado de todo, también. Tenemos un Walmart, y nada más que ese Walmart. Tienes que manejar por dos horas antes de llegar a una ciudad. La minería de cobre es la fuente de trabajo principal allí», explicó, agregando que es la razón principal para que la gente siga allí viviendo. Su hermano mellizo Marcus y su padre John trabajan en la mina. Justin trabajó allí durante un verano. «Yo tenía un trabajo en el que trabajaba siete días a la semana durante 12 horas, y luego manejaba una hora de ida y otra de vuelta a casa. Hice eso durante tres meses seguidos, y solamente tuve un día libre por enfermedad. Fue una experiencia muy loca. Trabajan muy duro». 

Su trabajo se llamaba «la pala». «Tienes una especie de cucharón, y vas levantando la tierra y la tiras sobre un camión remolque. Es el camión de remolque más grande que hayas visto en tu vida. La mina misma es tan grande como la puedas imaginar. Es enorme. No se puede abarcar todo de un solo vistazo. Tendrías que verla desde el cielo. Tiene probablemente 600 metros de profundidad. Es un enorme agujero abierto. Mi padre trabajó ahí, y su padre también. Hubo una huelga a comienzos de los ‘80s y mi abuelo estuvo en la huelga, y mi papá cruzó la línea del piquete y fue a trabajar a la mina cuando tenía 18 años. Comenzó en una época muy loca. Fue subiendo de a poco, y ahora es supervisor. Nunca fue a la universidad, pero está en una posición que ocupa gente universitaria, y realmente es muy respetado en toda la mina. Mi hermano mellizo es mecánico de palas mecánicas, cuando se rompen las arregla. Es parte del equipo». 

Su padre es de origen alemán, su madre es mexicana. La familia votó para que Justin vaya a la universidad. Y así lo hizo, en Colorado, graduándose con un título en ciencias sociales (y practicando lucha libre, de donde sacó su amor por las peleas). Cuando ya no pelee, planea transformarse en trabajador social con jóvenes. «Ayudar a la gente es muy reconfortante. Te hace feliz, para empezar, y en segundo lugar yo tuve a los mejores padres que un niño pueda desear. No todo el mundo tiene esa suerte. Yo tengo un par de amigos que no tuvieron la misma influencia positiva en sus vidas. Si yo pudiera usar esta plataforma que tengo para llegar a los jóvenes, sería excelente. Tan solo poder seguir mi sueño fue algo grande para alguien que viene de donde yo vengo. Ahora mismo yo soy una inspiración para todos los chicos que viven ahí. Es una buena sensación».

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Un momento desgraciado en la UFC México

Escribo esto desde mi rol de Sr. Enojado luego de los eventos recientes en la UFC México. Sabemos que el boxeo – junto con el fútbol – es el deporte más popular en México, un país con un enorme establo de boxeadores de élite que nada tiene que envidiarle a ningún país del mundo. Y, aun así, el comportamiento de los fanáticos en el evento estelar entre Yair Rodríguez y Jeremy Stephens fue tan malo como cualquier cosa que yo haya visto en cualquier parte del mundo en la historia de las AMM. La pelea principal de la UFC México terminó en menos de 15 segundos, cuando un «piquete de ojos» de Rodríguez dejó a Stephens incapacitado de continuar, con el árbitro Herb Dean terminando el combate luego de darle a Stephens los cinco minutos reglamentarios para recuperarse, lo cual dio como resultado un «combate nulo». “El Pantera”, ídolo en México, estaba furioso por el resultado, con su petulancia haciendo muy poco para ayudar a sedar a la multitud mientras llovían botellas sobre Stephens y los oficiales del ring.

Stephens y su equipo tuvieron que ser escudados físicamente por una falange de gente de seguridad mientras llovían botellas y contenedores plásticos arrojados por docenas de espectadores. Hasta el equipo de transmisión televisiva tuvo que buscar refugio bajo las mesas. Estas cosas pasan en los deportes de combate cada tanto, y es lamentable. Pero en general no es el comportamiento de los fanáticos de las AMM. O de cualquier deporte. Son las acciones de gente violenta que no tiene respeto por las artes marciales mixtas ni por sus protagonistas. La rivalidad entre estos dos peleadores, por cierto, no terminó en el Octágono. Según Stephens, casi se agarran a golpes con Rodríguez después del evento en el hotel, donde fue desafiado verbalmente por Rodríguez, a quien empujó. 

“Quedó todo filmado”, dijo Stephens, muy apreciado por los fanáticos por su manera de recuperarse en peleas que le son adversas, un par de días más tarde. «Pero no hay manera de que lo suban a las redes sociales, porque él actuó como un mariquita en el hotel. Pensé que trataba de actuar como un varón, pero desafortunadamente no fue así». 

Stephens, conocido como «Pequeño Bárbaro», le dijo a ESPN tras regresar a los Estados Unidos que «ahora me quiere llamar y decirme algo. No conozco a Yair, y él no me conoce, pero yo no soy así. No voy a dejarlo venir a hablar mierda, especialmente después de que me metió un dedo en el ojo».