Friday, April 26, 2024  |

By Doug Fischer | 

Ringside

CÓMO ODIAR A CANELO DE LA MANERA CORRECTA

Deontay Wilder anotó un nocaut de un solo golpe ante Luis Ortiz el pasado 23 de noviembre, y la mitad de los usuarios de Twitter que siguen el boxeo lo declararon como el mayor pegador en la historia y uno de los mejores campeones de peso pesado de todos los tiempos. 

Dentro del mismo MGM Grand Garden Arena en Las Vegas, el 2 de noviembre, Canelo Álvarez se transformó en el primer campeón mediano reinante en ganar un título de peso semipesado noqueando a Sergey Kovalev, pero muchos de los fanáticos que se dejaron llevar por la Manía del Bombardero de Bronce tres semanas más tarde se encargaron de desestimar este logro. Algunos incluso llegaron a cuestionar si tenía algún mérito, del todo. 

Kovalev era un «viejo» de 36 años, decaído y obligado a bajar drásticamente de peso, dijeron. 



Álvarez era favorito 3 a 1, agregaron, por eso hizo lo que tenía que hacer. No lo suban en el ránking libra por libra, y no se atrevan a mencionarlo en el mismo renglón que a Julio César Chávez, exigieron ellos. 

Entiendo el pensamiento que tienen y su resistencia a la hipérbole promocional que precedió y siguió a la pelea. Pero si Álvarez no recibe crédito por hacer lo que todos pensaron que haría ante un oponente «viejo», ¿por qué tantos de sus críticos se vuelven locos cuando Wilder, un favorito de 6-1, noquea a un tipo de 40 años como Ortiz? ¿No hizo acaso lo que se suponía que haga, que era anotar otro nocaut ante el único retador legítimo de peso pesado que ha enfrentado en su reinado de cinco años, además de Tyson Fury? 

La respuesta es sencilla: Canelo Álvarez es la estrella más grande del boxeo. Wilder no lo es. Y siempre habrá un contingente muy locuaz de críticos de quienquiera que sea el boxeador más popular del planeta, especialmente si es simultáneamente uno de los atletas más ricos del planeta.

El odio es parte del boxeo. Si odias a Canelo, ¡hazlo con todo, sin límites!

Sin embargo, hay críticas legítimas y hay odio. Hacer una crítica legítima sería no reconocer a Álvarez como campeón en cuatro divisiones, al restarle el título súper mediano secundario de la AMB que obtuvo al superar a un muy inferior Rocky Fielding hace un año atrás. Los que odian a Canelo aducen que Kovalev no solamente estaba «acabado», sino que también perdió el combate a propósito ante Álvarez. 

El resto de esta columna está dedicado a quienes tuvieron la ignorancia o el atrevimiento de decir una cosa así. Yo sé que ustedes NUNCA le darán crédito a Álvarez por NADA de lo que hace sobre el ring. Y está todo bien. 

Pesada joya es la corona, sin duda, y las diademas de los reyes del boxeo, incluso llegando hasta la época de Jack Johnson, usualmente están cargadas con el peso del odio. El odio es parte del boxeo. Si odias a Canelo, ¡hazlo con todo, sin límites!

(Photo por Valery SharifulinTASS via Getty Images)

Durante los últimos 20 años, he sido acusado de odiar a las siguientes estrellas: Mike Tyson, Roy Jones Jr., Oscar De La Hoya y Floyd Mayweather Jr.

Si eso fuese verdad (y no creo que lo sea, pero ese es tema para otra columna) eso quiere decir que tengo más experiencia que ustedes en este tema. Por eso, permítanme dar algunos consejos a los «haters» de hoy: Si quieren faltarle el respeto a los oponentes de las estrellas, no se cuelguen de las teorías conspirativas de turno después de que ellos pierdan las peleas, mejor desacredítenlos ANTES de la pelea. 

Álvarez es «el hombre a vencer» en tres divisiones (mediano, súper mediano y semipesado), y tiene desafíos significativos en las tres divisiones: Algunos de esos boxeadores que están entre los mejores libra por libra son Gennadiy Golovkin y Artur Beterbiev, el campeón de The Ring en las 168 libras Callum Smith, los talentosos y esquivos Billy Joe Saunders, Dmitry Bivol y Demetrius Andrade, y los duros boxeadores-fajadores como David Benavidez y Jermall Charlo. 

¿Acaso sería tan difícil darle crédito por enfrentar a algunos de estos retadores? Por eso, desacreditemos a esos boxeadores ahora, en lugar de más tarde. 

Para empezar, deberías aducir que cualquier semipesado o mediano que enfrente a Canelo en el peso súper mediano fue exigido a modificar su peso natural. (De hecho, comencemos a referirnos a la división de las 168 libras como «peso Canelo», cuando sea que él pelee en ese peso). 

También, consideremos a cualquier boxeador de más de 30 años como un «viejo» (y no, no importa si se hicieron profesionales a los 20 años). Por eso, refiéranse a Beterbiev, quien cumplirá 35 en enero, como un «veterano envejecido» si se enfrenta a Álvarez en 2020. (Y no importa si Beterbiev tiene apenas 15 combates profesionales. Usen ese hecho en contra de Álvarez. ¡Beterbiev es viejo y TAMBIEN inexperto!)

Tienes que reclamar que Golovkin, quien cumplirá 38 años en abril del 2020, es un ANCIANO. Álvarez recibirá cero crédito por derrotar a su rival más importante, si es que ambos se enfrentan por tercera vez. 

No puedes decir que Benavídez y Bivol sean viejos, pero puedes aducir que Benavídez, quien cumplió 23 en diciembre, es un bebé. También puedes decir que el nativo de Arizona lució como si todavía estuviese desarrollándose en su combate ante Anthony Dirrell. Bivol, quien cumplió 29 en diciembre, ya superó la etapa de desarrollo, pero con apenas 17 combates profesionales, uno puede decir cómodamente que está demasiado verde para un boxeador con 56 peleas. (Ya que estamos, hay que señalar lo aburrido que lució Bivol en sus últimos cuatro combates, que llegaron a la distancia. Y hay que decirles a todos que él no fue capaz de completar su transición del boxeo amateur al boxeo profesional). 

Hablando de aburrido, hay que rehusarse a darle a Canelo crédito alguno si es que enfrenta a dos eternos aburridores seriales como Saunders y Andrade. Sí, ellos tienen ese estilo de zurdo mañoso que confunde a la mayoría de los boxeadores, y probablemente puedan frustrar a Álvarez, pero ya sabes que no lo pueden lastimar, y es difícil que puedan superarlo por puntos. Por eso, comencemos a hablar y twittear diciendo que las cartas están marcadas en contra de ellos dos desde el momento en que firmen el contrato. Si ganan legítimamente 2 o 3 rounds, la pelea será declarada empate. Si pueden ganar 4-5 rounds, asegúrense de gritar «¡robo total!» cuando ellos pierdan. 

Smith y Charlo son boxeadores de acción en sus mejores momentos, pero el inglés de 29 años de edad lució muy mal defendiendo sus títulos de The Ring y la AMB ante John Ryder. Álvarez no podrá ser ponderado positivamente por derrotar a un campeón que necesitó una decisión de regalo para retener sus títulos. En lo que respecta al nativo de Houston de 29 años de edad, simplemente digan que Canelo huyó de él durante los dos años anteriores, y que Jermall se «enmoheció» esperando a Canelo. 

Con esto completamos un manual de odio que podría cubrir los próximos tres años de logros de Álvarez. ¿Y quién sabe? Quizás tengamos suerte y lo veamos perder durante todo ese tiempo.