Saturday, April 20, 2024  |

By Michael Montero | 

CON CINCO MUERTES EN EL 2019, EL BOXEO ENFRENTA NUEVAMENTE LA URGENTE PREGUNTA DE CÓMO DEFENDER LO MEJOR POSIBLE A SUS BOXEADORES

El boxeo siempre ha sido, y siempre será, un deporte muy peligroso. 

Durante décadas, las lesiones graves e incluso las fatalidades en el ring eran simplemente consideradas como parte de los riesgos asociados con el pugilismo profesional. Este tipo de actitudes era común en otros deportes peligrosos también. Sin embargo, en el siglo XXI, se han dado grandes pasos para mejorar los estándares de salud y seguridad en el ámbito del deporte mundial. 

Un par de años atrás, la National Football League aceptó compensar a miles de jugadores retirados por un total de más de mil millones de dólares en lo que se dio a conocer como el «Acuerdo Extrajudicial por Lesiones Cerebrales de la NFL»: Más aún, se hicieron varios cambios en las reglas del deporte, estándares de entrenamiento y práctica, y equipos de los jugadores con el fin de limitar conmociones cerebrales. Luego de la muerte del estelar piloto de autos Dale Earnhardt en la carrera de Daytona 500 del 2001, NASCAR comenzó a hacer una serie de cambios apuntando a la seguridad de los pilotos. Se hicieron mejoras a la vestimenta de seguridad de los pilotos, el diseño de los autos y hasta las pistas. Los resultados han sido extraordinarios, con cero fallecimientos en la serie estelar de NASCAR desde la tragedia de Earnhardt. 



Mientras tanto, en 2019, cinco boxeadores profesionales fallecieron como resultado de las lesiones sufridas en el ring. 

El 19 de julio, el ruso Maxim Dadashev combatió durante 11 durísimos rounds ante el potente puertorriqueño Subriel Matías antes de que el entrenador Buddy McGirt tirara la toalla. Matías dominó el combate hacia el final, y la eliminatoria de título de peso welter junior se transformó en una golpiza unilateral que muchos sintieron que podía haber sido terminada antes. Momentos después del final del combate, Dadashev tuvo problemas para abandonar el ring, y colapsó a los pocos minutos. Hicieron falta varios minutos críticos (que seguramente hicieron a la diferencia) para que la Comisión de Atletismo de Maryland ponga a Dadashev en una camilla y lo transporte a un hospital cercano. Luego de someterse a una cirugía neurológica de emergencia y ser inducido a un coma, Dadashev falleció varios días más tarde.

Los fallecimientos de Maxim Dadashev (en la foto aquí adjunta) y Patrick Day (a quien se lo ve siendo sacado del ring en una camilla en la imagen superior) sacudieron al mundo, trayendo nuevamente el tema de la seguridad del boxeador a lo más alto de las discusiones del deporte en el 2019.

Esa misma semana en Argentina, el peso ligero Hugo Santillán colapsó mientras se leían las tarjetas tras su demoledora pelea de 10 asaltos ante el uruguayo Eduardo Javier Abreu. Él también fallecería en el hospital tras someterse a una cirugía en el cerebro, luego de sufrir varios ataques al corazón durante su internación. Un mes antes, Santillán había sido dominado en 10 asaltos ante el alemán Artem Harutyunyan en Hamburgo. Como consecuencia de eso, los oficiales alemanes suspendieron a Santillán, algo que la comisión argentina (y su equipo) simplemente desestimaron. No es solamente que Santillán haya peleado 35 días luego de una golpiza unilateral en una derrota, sino que había estado entrenando (y presumiblemente guanteando con otros púgiles como parte de su entrenamiento) en ese tiempo.


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En septiembre, el búlgaro Boris Stanchov falleció luego de sufrir un ataque cardíaco en el quinto asalto de un combate de peso ligero junior en Albania. Se revelaría luego que había estado peleando de manera ilegal, usando la licencia de boxeador y los reportes médicos de su primo. El récord oficial de Stanchov antes del combate con el boxeador local Ardit Murja era de 0-5. La pelea, pactada a seis asaltos, fue una golpiza total. Los tres jueces la habían anotado en 40-36 para el albanés antes de que Stanchov colapsara. 

En octubre, el peso mediano junior estadounidense Patrick Day fue dominado y derribado en tres ocasiones por el prometedor invicto Charles Conwell en Chicago. La tercera caída en el 10mo round fue particularmente devastadora, porque la nuca de Day chocó duramente contra las sogas, alentando al árbitro Celestino Ruiz a detener de inmediato el combate. Day fue llevado prontamente al Northwestern Memorial Hospital, donde sufrió múltiples ataques y cayó en coma. Nuevamente, se realizó una cirugía en el cerebro, pero fue demasiado tarde. Day sucumbió ante sus traumáticas lesiones cerebrales cuatro días más tarde.


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En noviembre, el peso mediano australiano Dwight Ritchie falleció luego de una sesión de guanteo con su compatriota Michael Zerafa, quien se preparaba para su revancha ante Jeff Horn, en Melbourne. Se describió en las redes sociales como un «suceso extraño». Aparentemente, Ritchie fue conectado con un duro golpe al cuerpo, caminó hacia su rincón, colapsó y no pudo ser revivido. Se desconoce qué lesiones o problemas médicos pueda o no haber traído Ritchie con él a ese día de entrenamiento. 

Todas las fatalidades del cuadrilátero son únicas y devastadoras para la comunidad de boxeo. Los fanáticos, medios y participantes del deporte terminan teniendo más preguntas que respuestas. Esto no es nada nuevo. Según los registros de la Colección de Fatalidades de Manuel Velázquez, más de mil boxeadores en todo el mundo han fallecido desde la publicación de las Reglas del Marqués de Queensberry a fines del siglo XIX. Y, aun así, en la era de las redes sociales, los fanáticos modernos del boxeo y los periodistas jóvenes debaten temas de seguridad con una energía que quizás nunca antes hayamos visto. Es un tema en el que me he involucrado apasionadamente en años recientes, particularmente en lo relacionado con las pruebas antidoping para drogas de mejora del rendimiento (PEDs, por sus siglas en inglés). La discusión es incómoda y a menudo complicada. Luego de hablar con varios miembros de la comunidad del boxeo, lo que sigue es una lista de lo que está fallando, lo que serviría para ayudar y lo que deberíamos investigar más en lo referente a mejorar los estándares de salud y seguridad en la Dulce Ciencia.

LO QUE ESTÁ FALLANDO

El sistema de regulación estatal: 

Actualmente, el boxeo en los Estados Unidos está regulado a nivel estatal, lo cual significa que las leyes y estándares de seguridad varían de jurisdicción en jurisdicción. Esto lleva a menudo a situaciones en las cuales los buscan armar peleas entre boxeadores con riesgos o historiales médicos comprometidos en estados con comisiones más permisivas. Tomemos el caso de Julio César Chávez Jr., quien al cierre de esta edición tenía pactado enfrentar a Daniel Jacobs en Las Vegas, el 20 de diciembre. La Comisión Atlética del Estado de Nevada (NSAC), por sus siglas en inglés) es una de las pocas jurisdicciones que realiza pruebas regulares de PED para peleas pactadas en ese estado. El 24 de octubre, un agente de recolección de muestras de la Agencia de Anti-Doping Voluntario (VADA, por sus siglas en inglés) llegó al Wild Card Boxing Club en Hollywood, donde Chávez estaba entrenando, para recoger unas muestras. Chávez se rehusó a darlas, y fue suspendido por el director ejecutivo de la NSAC, Bob Bennett.

Julio César Chávez fue suspendido por evadir una prueba de drogas por la comisión de Nevada, pero su pelea con Daniel Jacobs fue mudada a Arizona.

En lugar de cancelar el combate, el promotor Eddie Hearn de Matchroom Boxing simplemente buscó realizar el combate bajo la supervisión de otra comisión. En última instancia, la Comisión de Boxeo y AMM de Arizona aceptó realizar el combate, y el evento fue reprogramado para la ciudad de Phoenix. VADA, respetando la suspensión de la NSAC, declinó continuar con sus responsabilidades ligadas a los tests anti-dopings de ese combate. La tarea fue continuada por una empresa privada con fines de lucro llamada Drug Free Sport, que ha sido criticada por una tasa muy baja de pruebas positivas y por su falta de efectividad, y hasta ha sido acusada de manejar inadecuadamente pruebas de drogas para jugadores de la NFL en el pasado. Dado el historial de pruebas fallidas de Chávez Jr. En pruebas anti-doping (fue multado y suspendido por NSAC luego de dar positivo a un diurético ilegal antes de su pelea ante Troy Rowland en 2009, y nuevamente tras dar positivo por uso de cannabis antes de su combate ante Sergio Martínez en 2012), los fanáticos dudaron razonablemente antes de comprar boletos. Y, aun así, Hearn les aseguró a todos que si Chávez fallaba una prueba más sería reemplazado por Gabriel Rosado, y todo siguió su curso con fuertes ventas de boletos. Mientras tanto, Rosado ha perdido siete de sus últimas 12 peleas desde 2013. 

«Necesitamos estándares de seguridad y salud uniformes en los 50 estados, con o sin intervención del gobierno”, le dijo el promotor Lou DiBella a The Ring. «Los boxeadores que están en peligro no deberían tener la posibilidad de buscar una sede complaciente para sus peleas, y los promotores y manejadores no deberían arreglar peleas peligrosas explotando la falta de medidas de salud y seguridad que imperan en muchos estados. Yo sé de muchos ejemplos en los que boxeadores de Nueva York (donde reside DiBella) que no pudieron recibir permisos para pelear en ese estado debido a problemas médicos recibieron permiso para pelear en otras partes».

Recortes drásticos en el peso corporal: 

En 1983, una revancha entre Eddie Mustafa Muhammad y Michael Spinks fue cancelada el mismo día de la pelea cuando Muhammad no pudo cumplir con el límite de la división de peso semipesado en las 175 libras. Como reacción a eso, los poderes a cargo del boxeo movieron los hilos para que los pesajes se realicen el día antes del combate. La razón oficial que se dió fue para que los boxeadores tuviesen más tiempo para rehidratarse y descansar, y así recuperarse bien antes de subir al ring, lo cual tenía mucho sentido. Pero no tomó demasiado tiempo para que los boxeadores descubran maneras de rebajarse a pesos que no les resultaban naturales, a fin de lograr una ventaja competitiva. Este tema ha empeorado en años recientes con la explosión de la industria de suplementos alimenticios deportivos. Muchos boxeadores están usando suplementos peligrosos para bajar de peso de manera no saludable, deshidratando no solamente a su cuerpo sino también a su cerebro, que es aún más importante. «El recorte drástico en el peso corporal es un problema», dijo la presidenta de VADA, Margaret Goodman, «y yo creo que sabemos que el sistema actual ha sido tan bastardeado que casi nadie pelea ya en su división de peso natural».

La cancelación de la revancha entre Eddie Mustafa Muhammad y Michael Spinks llevó a que se instauren los pesajes en los días anteriores a la pelea.

Se está haciendo cada vez más común ver combates desparejos con escenarios en los cuales un boxeador se rehidrata muy por encima del límite de la división en la que está peleando, quedando a menudo muy por encima de su oponente en la noche de la pelea. Un oficial de una comisión nos contó de una situación reciente en la que un campeón de peso ligero se rehidrató casi 10 kilos después de bajar de la balanza, esencialmente entrando al ring con el peso corporal de un mediano. Eso no solamente pone en peligro al oponente, sino también al boxeador que realiza esos cambios tan drásticos en su peso. «He hablado literalmente con docenas de neurólogos sobre este tema”, dijo DiBella, «y todos me dicen lo mismo: la falta de suficiente líquido dentro del cráneo y alrededor del cerebro incrementa de manera exponencial el peligro de una lesión del boxeador debido a golpes a la cabeza».

Cultura del falso machismo: 

¿Cuántas veces hemos visto a un boxeador que está siendo apabullado y está abajo en las tarjetas, aferrándose a poco más que una victoria moral en lo que de otro modo sería una paliza unilateral? El mayor temor de muchos boxeadores es ser vistos como cobardes que abandonan la pelea. El boxeo tiene una cultura de «muerte antes de la deshonra», y a menudo vemos que los rincones no están dispuestos a proteger a sus boxeadores de sus propios malos instintos. Los fanáticos más sedientos de sangre no son de mucha ayuda tampoco, particularmente en la era de las redes sociales. Si un árbitro detiene una pelea de manera prematura a ojos de los fanáticos, luego recibirá durísimos comentarios en Twitter. Cuando Sergey Kovalev fue noqueado en el 11er asalto de su pelea del pasado 2 de noviembre ante Canelo Álvarez, fue acusado de dejarse ganar a propósito por algunos fanáticos e incluso por periodistas acreditados. Un mar de videos denunciando la «pelea arreglada» se pudo ver luego en YouTube.

El boxeo tiene una cultura de «muerte antes de la deshonra», y a menudo vemos que los rincones no están dispuestos a proteger a sus boxeadores de sus propios malos instintos.

Luego tenemos el tema de las sesiones de sparring, que a menudo quedan lejos de toda vigilancia. Pregúntenle a cualquier reportero del medio y verán que dicen que no es poco común ver a un boxeador que acaba de ser noqueado regresando al gimnasio a entrenar e incluso guantear apenas unos días después de su derrota. «Una suspensión de 45 días para alguien que ha sido noqueado en seco no es suficiente”, dijo DiBella. «En general, eso implica que los boxeadores pueden pelear en el día 46. Eso significa que han estado guanteando, entrenando y recibiendo castigo, cuando deberían haber estado fuera del gimnasio por completo. Los entrenadores, manejadores y promotores deben hacerse cargo de esto». El director ejecutivo de la Comisión Atlética del Estado de California (CSAC, por sus siglas en inglés), Andy Foster, está de acuerdo. «Un boxeador pelea el viernes por la noche y está de regreso en el gimnasio entrenando el lunes, guanteando un par de días más tarde», dijo. «Esto sucede todo el tiempo. Así es la industria, y esto tiene que terminar». 

Luego de que Joshua fuese noqueado por Andy Ruiz Jr. El 1ro de junio en Nueva York, circularon rumores indicando que había sido noqueado durante los guanteos una semana o dos antes del combate. Esta es otra ocurrencia muy común en el boxeo. Los nocauts durante los guanteos suceden, y generalmente no son reportados. Los boxeadores y sus equipos de trabajo no quieren perderse el cheque, los promotores no quieren devolver dinero de entradas, y las cadenas televisivas no quieren cancelar sus shows. ¿Cuántos boxeadores han entrado al ring en la noche de la pelea luego de haber sufrido una conmoción leve durante el entrenamiento? «Este ha sido un tema de discusión muy importante en nuestra convención anual en años recientes», dijo el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán, a The Ring. «Estamos trabajando actualmente en un programa destinado a tener registros de actividad mensuales en cada gimnasio, en los cuales los boxeadores deben reportar la cantidad de rounds guanteados cada día. También, cualquier nocaut que tenga lugar en el gimnasio deberá ser reportado a la comisión local». 

QUÉ SERVIRÍA PARA AYUDAR 

Pruebas continuas anti-PEDs

En 2016, el CMB se asoció con VADA y lanzó el Programa de Boxeo Limpio, que obliga a los 15 boxeadores más altos en el ránking del CMB en cada división a someterse a pruebas anti-PEDs durante todo el año. Las cinco mejores boxeadoras de cada división fueron sumadas al programa en 2019. El CMB se merece mucho crédito por este logro, pero hay temas por resolver. El CMB le aporta a VADA actualmente unos $13.000 dólares mensuales para realizar pruebas al azar y a su discreción. Más de 300 boxeadores están sujetos al programa, viviendo y entrenando en muchas partes del mundo. Los costos asociados con recoger muestras, enviarlas a los laboratorios y luego realizar las pruebas varían y pueden ser muy caras. El presupuesto actual no asegura que los boxeadores se hagan las pruebas con suficiente frecuencia. De hecho, muchos boxeadores que participan en el CBP no se realizan ninguna prueba durante un año de calendario completo. «Para hacerlo realmente bien, creo que un presupuesto anual de más de $1 millón de dólares sería un buen comienzo», dijo Goodman. «El dinero podría ser generado por la venta de boletos. Creo que algún sponsor como las empresas de cerveza también podrían contribuir, sería una gran publicidad para ellas». Sulaimán está de acuerdo en que hace falta más dinero. «Estamos tratando de obtener sponsors, buscar maneras de obtener fondos, y encontrar otros modos de incrementar los fondos para el programa», dijo.

El presidente del CMB Mauricio Sulaiman ha hecho muchas cosas tratando de mejorar la seguridad de los boxeadores, pero es necesario hacer más cosas.

La buena noticia es que estamos viendo más boxeadores enrolándose en pruebas completas de VADA a su propio costo antes de un combate pactado. Esto significa que están de acuerdo en hacer pruebas al azar, dando a veces docenas de muestras de orina y/o sangre durante ese proceso, desde el momento en que se enrolan en el plan hasta la noche de la pelea. VADA publica los nombres de los boxeadores que se han enrolado en el programa en su página web y sus redes sociales. Los boxeadores que dan este paso adicional deberían ser felicitados, pero hay un vacío legal en medio de eso. «Un mes o algo así de pruebas VADA antes de una pelea no significa mucho», le dijo DiBella a The Ring. «De hecho, los tramposos son a menudo los que implementan los calendarios de pruebas, para cubrirse de antemano”.

Chequeos y pesajes durante todo el año: 

«El peso es el enemigo número uno del boxeador», dijo Sulaimán. «Hemos estado tratando de cambiar esto con educación, guía y procedimientos actualizados». De manera similar a su programa de control de boxeo limpio, el CMB tiene un programa de manejo de pesajes para peleas de título mundial. Se requiere a los boxeadores realizar chequeos a los 30, 14 y 7 días antes de cada pelea pactada. Ellos no pueden pesar más de un 10 por ciento por encima del límite de la división en el pesaje de 30 días antes, 5 por ciento a los 14 días, y 3 por ciento a los 7 días. Además de eso, Sulaimán nos dijo que «los boxeadores deben enviar su peso actual al momento de firmar cualquier contrato para pelear por títulos del CMB. De ese modo, queda clara la cantidad de peso que tienen que perder durante sus entrenamientos». La CSAC aprobó recientemente una regla para cancelar cualquier combate si un boxeador pesa más del 15 por ciento por encima del peso pactado para el combate al momento de subir al ring. La regla debería entrar en efecto a fines del año próximo. Tanto el CMB como la CSAC se merecen crédito por tomar cartas en el asunto, pero esto no tiene suficiente alcance. 

Todos los boxeadores clasificados, sin importar si tienen o no un título, deberían tener que pesarse una vez por mes y mantenerse dentro del 12 por ciento del límite de la división en la que compiten, a riesgo de perder sus clasificaciones. Por ejemplo, un peso mediano debería tener que mantener un peso de 179.2 libras o menos (unos 81 kilos, lo cual sería un 12 por ciento por encima de las 160 libras o 72.570 kg que representan el límite de la división) durante los 365 días del año. Esto no solo alentaría a los boxeadores a competir en una división más natural para su tipo de cuerpo, sino que evitaría que se fuercen a los rivales a subir o bajar al peso del oponente también. Sulaimán notó que el CMB está trabajando actualmente en una plataforma en la que cada boxeador deberá registrarse mensualmente con su comisión local. No se ofrecieron detalles sobre cuáles serán los requerimientos de peso mínimos para que los boxeadores cumplan, ni sobre las acciones disciplinarias que se aplicarán a quienes no lo hagan.

El peso mediano australiano Dwight Ritchie falleció luego de una lesión sufrida durante una sesión de sparring. La reforma en la seguridad de los boxeadores debería extenderse más allá del ring para abarcar los gimnasios.

Diagnóstico anual de imágenes cerebrales: 

Obviamente, los golpes traumáticos en la cabeza son la preocupación principal sobre la salud de los boxeadores. La mejor manera de detectar anormalidades en el cerebro es a través de la tecnología conocida como resonancia magnética. «Se debería requerir que todos los boxeadores se realicen una resonancia magnética básica antes de su primera pelea profesional como condición para obtener una licencia de boxeo a nivel federal», dijo DiBella. «Una resonancia básica permitirá realizar comparaciones significativas en el futuro. Si un boxeador es noqueado tras un golpe a la cabeza, deberían exigirle otra resonancia antes de su siguiente combate». 

A pesar de que algunas autoridades exigen resonancias cada año, tal como lo hace el CMB con sus campeones y retadores, muchas comisiones estatales aceptarán una resonancia de hasta 5 años antes para emitir una licencia de boxeador. «El problema es que muchos boxeadores no compiten por un título,” dijo Sulaimán. «Y el costo de una resonancia magnética es muy alto para boxeadores que recién se inician». Un puñado de boxeadores pueden pagar estudios regulares de esta naturaleza (una resonancia cuesta $500 dólares o más) pero la gran mayoría no puede. Sin embargo, hay recursos disponibles. «El Centro Lou Ruvo Center para la Salud Mental está realizando investigaciones en la actualidad, por lo cual cualquier boxeador puede ir y recibir exámenes neurológicos gratuitos anuales, así como resonancias magnéticas», dijo Goodman. El Centro Lou Ruvo es parte de la mundialmente reconocida Clínica de Cleveland, que tiene locaciones en Ohio, Florida, Nevada y Canadá. 

Uniformidad:

Esto se retrotrae a las fallas que existían dentro de los sistemas de regulación estatal, así como a situaciones que se dan fuera de los Estados Unidos, tal como se vieron en la tragedia de Hugo Santillán. Debería haber una adhesión global a todas las suspensiones médicas y/o sentencias disciplinarias emitidas por cualquier comisión. Boxrec.com debería servir como registro internacional de suspensiones. Más aún, las pruebas de PEDs y programas de manejo de peso deberían ser parte de las reglas unificadas de la Asociación de Comisiones de Boxeo (ABC, por sus siglas en inglés) asegurando que los boxeadores clasificados en todos los organismos rectores estén sujetos a ellas. Por el momento, el CMB es el único grupo que está tomando acciones significativas hacia la seguridad de los boxeadores, y ya es hora de que otros hagan lo mismo. Sulaimán le dijo a The Ring que su organismo ha presentado sus programas de seguridad de los boxeadores en múltiples convenciones de la ABC, pero el comité ejecutivo no las ha incorporado a sus reglas unificadas. «Respeto a todos los comisionados que participan en la ABC», dijo DiBella, «pero la ABC es un chiste. Es un organismo meramente decorativo y sin poder real. No tiene la capacidad para realizar cambios ni para controlar la ejecución de ninguna ley». Con la actual ausencia de cualquier regla centrada en las pruebas de PED, resonancias magnéticas y manejo de peso, es difícil argumentar en contra de ese punto.

Lo cual nos lleva al tema de la comisión nacional de boxeo en los Estados Unidos. Muchos sienten que un cuerpo rector a nivel nacional, ya sea federal o privado, es necesario. «Es la única manera de que se cumpla con la uniformidad de criterios”, dijo Goodman. «Lo hemos necesitado durante muchos años, pero desafortunadamente las cuestiones políticas nunca dejarán que eso suceda». DiBella concuerda. «Necesitamos una comisión y un comisionado, como la NFL, la NBA y otras. Incluso si no lo logramos, necesitamos regulaciones de salud y seguridad ya estandarizadas en todas las jurisdicciones estatales, y eso debería incluir pruebas de drogas». 

Transparencia:

Uno de los temas más importantes ahora mismo en relación a las pruebas de PED es la total falta de transparencia para con los fanáticos, los medios, los boxeadores y las empresas promotoras. Cuando un boxeador se ofrece voluntariamente para someterse a estrictas pruebas VADA o se enrola en el CBP, los detalles de las muestras recogidas (qué, cuando, donde) y las pruebas realizadas deberían ser publicadas para que el público las vea. Si de algo sirve, Sulaimán nos dijo que el CMB está trabajando en agregar esta información a su página web en el futuro. 

En el caso de hacer hallazgos adversos, el proceso de adjudicación debería ser manejado por una autoridad con un protocolo uniforme. VADA (y otros grupos de pruebas antidoping) se limitan a realizar pruebas y reportar los resultados a las partes involucradas. El CMB, por ejemplo, adjudica sanciones basándose en los resultados de cualquier hallazgo adverso realizado a través del CBP, lo cual muchos ven como inapropiado. «No podemos confiar en organismos rectores para que controlen estas cosas, por muy buenas intenciones que puedan tener», agregó DiBella. «Necesitamos tener estándares bajo una sola autoridad. 

Capacitación:

Esto no debería estar en discusión. Todos, desde las autoridades de las comisiones, pasando por entrenadores y mánagers y llegando hasta los boxeadores mismos, deberían recibir capacitación sobre los peligros de golpes repetidos en la cabeza, rebajas drásticas en el peso corporal, y suplementos alimenticios desconocidos. «Tenemos que empezar por educar a los boxeadores y entrenadores en el nivel de gimnasio», le dijo Foster a The Ring. «Por ejemplo, ellos tienen que entender que es mejor para ellos, a fin de extender sus carreras y sus vidas, si los boxeadores esperan al menos 45 días después de su último combate para volver a guantear en el gimnasio. Así tendrán menos riesgo de ser noqueados en el futuro, y tenemos estudios que lo prueban”. Foster dijo que la CSAC está trabajando actualmente en una campaña para enviar oficiales de la comisión a gimnasios para conversar con entrenadores y presentarles información sobre salud y seguridad. La comisión de California tiene una de las jurisdicciones más activas del mundo, con una mayor cantidad de carteleras que Nueva York, Nueva Jersey, Texas y Nevada combinadas cada año. Con suerte, otras comisiones seguirán su ejemplo. Muchos de los problemas que enfrentan los boxeadores se deben simplemente a la falta de información. 

LO QUE DEBERÍAMOS INVESTIGAR MÁS PROFUNDAMENTE

Regla de «piedad»: 

Esto se relaciona con el escenario de posibles golpizas unilaterales que se discute previamente. ¿Debería detenerse un combate tras una cierta cantidad de caídas? ¿Debería detenerse una vez que la brecha entre ambos peleadores en cantidad de golpes de potencia conectados llega a cierto límite? ¿Debería haber un miembro de la comisión que conozca el total de las tarjetas luego de cada round, para monitorear si un boxeador debería ser impedido de continuar cuando ya se le haga imposible remontar el resultado? «Si un boxeador no tiene chances de ganar, está recibiendo una paliza, y ha sido derribado en múltiples ocasiones, la pelea ya no es competitiva”, le dijo Foster a The Ring. «Los fanáticos no están recibiendo nada si la pelea continúa, entonces ¿para qué dejarla seguir?»

Cabezales y tamaños de guantes: 

Contrariamente a la creencia popular, los cabezales o cascos usados en el amateurismo no mejoran la seguridad ante una posible conmoción cerebral. De hecho, numerosos estudios realizados en años recientes han demostrado que en realidad llevan a más conmociones, lo cual ha alentado a la International Boxing Association (AIBA, por sus siglas en inglés) a prohibir los cabezales antes de las Olimpíadas de Rio 2016. «Las lesiones más serias comienzan en el gimnasio», afirmó Goodman. «El cabezal crea una falsa sensación de seguridad. No hay cabezales que yo conozca que protejan ante la posibilidad de lesiones cerebrales, aunque muchas empresas indiquen que sí lo hacen. Y los guantes más grandes solamente protegen las manos, y no la cabeza». 

«Pensemos en esto de la siguiente manera”, dijo DiBella. «El cabezal solamente te da un objetivo más grande para golpear, y los guantes más grandes son un arma más amplia y abarcadora para golpear». Hay estudios que han demostrado que los guantes más pequeños son más seguros, pero el jurado todavía no ha dado su veredicto. Se necesita más investigación en lo que respecta a cómo afectan los diferentes tipos de relleno y tamaños de guantes para ver si afectan o no a las lesiones cerebrales. Los fabricantes de todo el mundo varían en relación a los materiales que usan y los métodos con los cuales arman sus guantes de boxeo. ¿Debería existir una uniformidad en la fabricación y los materiales existentes? Las regulaciones sobre cabezales y tamaños de guantes existen en el boxeo de hoy, pero varían entre una jurisdicción y otra, y deben ser optimizados. 

Menos rounds y menor duración de rounds: 

«Me gustan las peleas de campeonato a 12 rounds de tres minutos cada uno, porque respeto la historia del boxeo», dijo DiBella, «pero si un estudio se realiza sobre la reducción de la cantidad de rounds o incluso sobre acortar la duración de los rounds y se concluye que eso trae ventajas a la salud y seguridad de los boxeadores, yo lo apoyaría. Probablemente tendríamos mejores peleas en lo que respecta a la acción, lo cual haría que el boxeo sea mucho más atractivo para los fanáticos más jóvenes». Andy Foster está de acuerdo. «Todos sabemos lo que es una verdadera pelea de campeonato», dijo, «pero hay tantos organismos rectores ahora y tantas versiones de los títulos que siento que casi todas las carteleras de club de barrio tienen peleas de campeonato. ¿Quizás debamos limitar eso a las peleas de unificación? Incluso cuando los campeones hacen peleas ‘de preparación’ ante oponentes de menor nivel, ¿deberían tener 12 rounds? Quizás podríamos acortar la duración de las peleas en las defensas voluntarias». Cortar la cantidad de rounds podría hacer que muchos puristas se escandalicen, pero es un concepto que bien vale explorar.

Combates extenuantes de 15 rounds, como el de Evander Holyfield vs. Dwight Muhammad Qawi I, son cosas del pasado. Quizás los combates a 12 asaltos también deberían serlo.

Las artes marciales mixtas (AMM), que están siendo cada vez más populares con la juventud estadounidense y los principales medios deportivos, tiene peleas de título mundial de cinco rounds, y en general limita sus peleas sin títulos en juego a apenas tres rounds. Las AMM han estado reglamentadas en los Estados Unidos durante los últimos 18 años. Se han registrado siete muertes en eventos de las AMM durante ese tiempo, comparados con 26 fallecimientos en el boxeo profesional. 

Límites de rehidratación: 

Tanto el CMB como la FIB tienen actualmente límites de rehidratación para sus combates de campeonato. El CMB pesa a sus boxeadores al llegar al lugar del combate el día del evento, mientras que la FIB realiza esos pesajes por la mañana. No hay todavía un consenso general sobre si los límites de rehidratación son buenos o malos. «No me gusta la regla de la FIB», dijo Foster. «El boxeador esencialmente está cortando peso dos veces. Tengo muchos datos que muestran que esto no ayuda en mucho». 

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Si hasta este punto de este artículo todavía sigues leyendo, bueno, entonces evidentemente tienes una dedicación a la seguridad de los boxeadores que está por encima del promedio general. Este tema no parece recibir la misma cantidad de clics, «likes» y «shares» en redes sociales que muchos otros temas jugosos. Pero, aun así, con todos los temas que el boxeo enfrenta hoy en día, y hay muchos, éste será sin dudas uno de los más salientes. También están aquellos que argumentan que no se puede hacer nada, pero están equivocados. Hay cosas que podemos hacer ahora mismo para mejorar la seguridad de los boxeadores. El proceso para llegar a eso será complicado y muy debatido, pero finalmente habrá valido la pena. Porque hoy, al igual que siempre, el boxeo sigue valiendo la pena. 

Michael Montero puede ser encontrado en YouTube, Twitter, Facebook e Instagram en @MonteroOnBoxing. Su podcast semanal «The Neutral Corner» puede ser escuchado en iTunes, Spotify, y cualquier lugar donde se descarguen podcasts.