Friday, April 26, 2024  |

By Don Stradley | 

LA HISTORIA DE JOE LOUIS CONTINÚA FASCINANDO E INSPIRANDO A ESCRITORES A 80 AÑOS DEL FIN DE SUS MEJORES AÑOS

En los años transcurridos desde su muerte en 1981, Joe Louis les ha dado a los autores una fuente casi inagotable de inspiración. Ellos aman el modo en que Louis personificó el espíritu de pelea de los Estados Unidos en un tiempo de peligro en la historia, y el modo en que el alemán Max Schmeling, supuestamente golpeándolo con tanta fuerza que en un momento Schmeling miró al ringside con un gesto de dolor similar al de una víctima de asesinato.

Solamente en 2019, Louis fue el sujeto de dos nuevos libros, incluyendo una novela ilustrada que apunta a jóvenes adultos. Una de ellas es «A Fist for Joe Louis and Me», realizada por Trinka Hakes Noble y Nicole Tadgell. Con un lanzamiento anunciado para marzo del 2020 está el libro de Thomas Myler titulado «Joe Louis: The Rise and Fall of the Brown Bomber», un mastodonte de 352 páginas publicado por Pitch Publishing con un precio de $32.95. Dos apuestas tan grandes son la prueba de que las editoriales todavía le tienen fe a Louis.

«Joe Louis es tan interesante y complejo, pero aun así nunca habló mucho ni reveló muchas cosas sobre sí mismo».



De los más de mil productos en Amazon que llevan el nombre del gran campeón, más de 300 de ellos están en la categoría de libros, que también incluye libros sobre sus oponentes y viejas revistas en las que habían notas sobre Louis. Aun así, lo que más atrae la atención es el torrente reciente de libros de tapa dura y blanda dedicados a Louis, con más de media docena de grandes biografías, además de grandes investigaciones sobre la pelea Louis-Schmeling, estudios académicos, colecciones de fotos y hasta una novela editada en 2017 titulada «Joe Louis is Coming to Town!», por Leonard Varasano. Hay un libro reciente sobre historia de los deportes en Detroit con Louis en la tapa, y en la década pasada se editaron dos reediciones del libro «How To Box» de Louis, un título escrito por encargo que apareció por primera vez en 1948, y que muestra que los editores actuales están sedientos de publicar casi cualquier cosa de Louis. El gran Willie Pep, ganador de 229 combates y fallecido hace 13 años, no recibe ni la décima parte de la atención.

La racha de campeonato de Joe Louis en el peso pesado es el reinado ininterrumpido más largo en la historia del boxeo, con 11 años, ocho meses y ocho días.

Es válido preguntarse por qué sucede esto. Louis tuvo algunas grandes peleas, sin duda. Un magnífico reinado de campeonato, y una larga y trágica caída, todas características atrayentes para cierto tipo de autores. Pero ha sido sorprendente que un hombre que peleó muchos años antes de que la mayoría de los hogares tengan televisores todavía ocupe un sitio tan importante en la mente de escritores y editores. Podríamos esperar esto de un jugador de béisbol, pero ¿de un boxeador? 

Tendríamos que mirar a dos boxeadores de cosecha más reciente (Muhammad Ali y Mike Tyson) para encontrar nombres que aparezcan con mayor frecuencia en la categoría de boxeo de Amazon. Ambos han superado a Louis con mucha distancia. Pero he aquí el asunto: Los mejores años de Louis quedaron atrás hace ya 80 años. Usando el mismo estándar, ¿se escribirán libros sobre Ali en la década del 2040? ¿O sobre Tyson en la década de 2060? Como ícono estadounidense, Louis ha tenido un enorme poder de permanencia.

«Tienes que mirar la época en la que vivió», dijo Randy Roberts, profesor de historia en la Universidad Purdue, y autor de ‘Joe Louis: Hard Times Man (2010)’. «El boxeo era muy grande. Era una parte importante de la vida en los Estados Unidos. Eso es parte de ello. Lo que él significó para la comunidad afroamericana es parte de ello.

Pero para mí, quizás lo más grande es que Joe Louis es tan interesante y complejo, pero aun así nunca habló mucho ni reveló muchas cosas sobre sí mismo. No sé si ‘misteriosa’ es la palabra correcta, pero quizás lo sea. Uno se pregunta qué es lo que realmente pensaba él sobre algunas cosas. Sus emociones más profundas nunca fueron reveladas. En la foto que se usó para la tapa de mi libro, usaron esta vieja imagen que es fascinante. Hay mucha expresividad en su rostro. Hay casi una mirada de tristeza, además de parecer amenazante, y tiene una luz similar a la de una película de horror. Uno puede mirarlo fijamente, pero es inescrutable». 

Además de su enigmática naturaleza, Louis era pura dinamita en el ring. Jerry Izenberg, legendario columnista del periódico New Jersey Star Ledger y miembro del Salón Internacional de la Fama del Boxeo, todavía sostiene su admiración por la habilidad de Joe Louis para noquear en seco a sus rivales. «Fue el mejor peso pesado que yo haya visto y conocido», le dijo Izenberg a The Ring. «En el aspecto técnico era muy superior a Ali y a otros que eran sobresalientes también. Su gancho de izquierda al plexo solar recorría apenas unos 20 centímetros, y era tan rápido que la mayoría de la gente pensaba que la derecha que venía detrás era la responsable por el nocaut. Los periodistas en el ringside a menudo no veían esa izquierda – así de rápida era».

¿Acaso ha logrado alguna pelea de boxeo alcanzar una relevancia social e histórica tan grande como la que tuvo la destrucción de Max Schmeling a manos de Joe Louis en un solo round? No es de sorprenderse que los escritores se fascinen con Louis.

Si el golpe de nocaut de Louis y su aspecto de esfinge no fuesen suficientes, agreguemos a eso su explosiva serie de dos combates ante Schmeling. Noqueado en el 12do asalto de su combate de 1936, con su aura de invencibilidad mancillada y sus millones de fanáticos de raza negra desconsolados, Louis regresó con furia para la revancha en 1938 y bombardeó a Schmeling para noquearlo a los 2:04 minutos del primer asalto. Habían comentarios que ligaban a Schmeling to Hitler, y el simbolismo político del combate no tenía precedentes. Pero en retrospectiva, algo de la mitología de ese choque ha sido alterada ligeramente para hacer que sea más significativo que lo que realmente fue. Schmeling era alemán, es cierto, y habían propagandistas nazis que querían beneficiarse de sus éxitos, pero ciertamente él no compartía ninguna simpatía con el nazismo. También es de notar que la revancha de Louis con Schmeling fue una pelea muy lucrativa en aquel momento, peor un hecho que quedó olvidado es que la recaudación de Louis-Schmeling II fue apenas un poco más grande que la del combate entre Louis y Max Baer en 1935, y significativamente menor que la de Louis ante Billy Conn en 1946. Pero con Louis, las ventas de boletos eran apenas una parte menor de la leyenda.

«Las peleas con Schmeling son las que hicieron que él trascienda al boxeo».

«Fue la pelea que hizo que los estadounidenses blancos lo alienten”, dijo Roberts sobre Louis-Schmeling II. «Fue una pelea dramática, y tocó emocionalmente a los Estados Unidos. Sin Schmeling, Louis no hubiese sido tan grande en el sentido histórico. Las peleas con Schmeling son las que hicieron que él trascienda al boxeo. Sin Schmeling, quizás no lo hubiese logrado. Sería como la carrera de Muhammad Ali, si le quitas a Joe Frazier. Para ser un gran boxeador necesitas buenos rivales. Necesitas una rivalidad intensa. Necesitas ese momento definitorio que la gente puede recordar siempre. Schmeling fue su bête noir”. 

Pero Louis quizás hubiese causado un gran impacto, de todos modos. A diferencia de la mayoría de los boxeadores afroamericanos de su época, Louis no fue forzado a pasarse años peleando en lugares exóticos por poco dinero, ni a perder peleas adrede ante el nuevo boxeador estelar de su promotor. Louis fue tratado como una estrella desde sus comienzos. «Tenía buenos mánagers», dijo Roberts, «y cuando firmó con Mike Jacobs, quien quería controlar el boxeo en Nueva York, era como si Jacobs tuviese las llaves del reino. Los boxeadores de raza negra no lograban buenos contratos en aquellos tiempos, pero los campeones de peso pesado inmediatamente anteriores a él no habían causado mucho impacto entre la gente. Jacobs sabía lo que tenía con Louis. El deporte necesitaba a Louis».

Louis, en parte debido a sus esfuerzos para levantar el estado de ánimo de las tropas durante la Segunda Guerra Mundial, es el primer ídolo deportivo afroamericano en haber logrado la admiración de la raza blanca en su país.

Aquellos años tempranos son también parte de lo que fascina a los autores sobre la historia de Louis. Es como si su vida pudiera dividirse prolijamente en tres secciones muy atrayentes, como si el guionista de su existencia se hubiese propuesto crear a un personaje inolvidable. Está el período de 1934 a 1941, en el cual el joven Louis emergió de la oscuridad para tomar por asalto primero a Chicago y luego a Nueva York. Luego está el período intermedio, donde regresó luego de sus deberes militares en la Segunda Guerra Mundial como una especie de símbolo nacional, solo para terminar sufriendo dolorosas derrotas en el ring e infinitos trastornos por sus impuestos impagos. Y finalmente su extraño período en Las Vegas, donde calmó sus deseos de acción constante, donde sus ataques de pánico y paranoia podían ser tapados por sus asociados en el casino, y donde podía ser el Joe Louis que nadie realmente conocía, el que disfrutaba de las drogas, el juego y las prostitutas. Parte del encanto de Louis fue que siempre pareció ser un caballero educado, pero en el fondo era tan crudo y despiadado como cualquier otro boxeador. Desarrolló el gusto por los narcóticos durante los años ‘30 cuando se iba de fiesta con sus amigos del mundillo del espectáculo, y ya estaba experimentando con la heroína para cuando cumplió 50. Aunque estos años posteriores le aportaron algo de complejidad e interés a sus biógrafos, la mayoría de ellos se contentó con cubrir extensamente el período previo a la guerra. Probablemente sea más divertido discutir sobre Louis derrotando a Primo Carnera que hablar de su adicción a la cocaína. 

Extrañamente, aunque Louis recibió una amplia cobertura de los diarios en su época, no fue un tema particularmente atrapante para autores de libros hasta años después de muerto. Habían existido un par de «autobiografías» escritas con la ayuda de otros autores durante su vida, y una o dos cortas biografías, pero incluso en los años inmediatamente posteriores a su deceso no hubo un gran interés de los editores de libros en la vida de Louis. «La muerte de Louis no fue gran cosa”, dijo Roberts. «Se sintió en la comunidad del boxeo, pero no tuvo el tipo de impacto mundial que tuvo la muerte de Ali. Se puede discutir mucho si estás de acuerdo o no con Ali, pero él era una figura mundial con mucha atención de los medios».

La llegada del libro de Chris Mead, editado en 1985 y titulado «Champion: Joe Louis, Black Hero in White America», pareció despertar el interés del público. Reflexivo, melodramático, cargado de anécdotas sobre Louis, el libro de Meads recibió un gran impulso publicitario, e incluso se publicaron extractos en Sports Illustrated. Fue un gran evento editorial, y pareció alentar a otros autores a saquear el legado de Louis en provecho propio. Este renovado interés en Louis siguió adelante durante la década de 1990, y no ha cedido. Hasta la llegada de la catarata de nuevos libros sobre Ali desde su muerte en 2016, Louis rivalizó con Ali en lo que respecta a espacio en los estantes de las principales librerías. O quizás en los chips de memoria del Kindle, si así lo prefieren. 

«Louis y Ali comparten un extraño lazo», dijo Izenberg. “Hitler y Vietnam. La segunda pelea de Louis ante Schmeling fue en un momento en el cual estábamos al borde de lo que geográficamente se transformó en nuestra mayor guerra en toda la historia. Su final de cuento de hadas en aquella pelea en un momento en el que su país sabía lo que ese título hubiese significado para Hitler fue la victoria más popular de la historia para cualquier boxeador estadounidense. Por el contrario, Vietnam dividió a este país como nunca antes. Ali fue una voz potente y temprana en contra de esa guerra, y fue elevado a un lugar especial en la conciencia pública cuando Estados Unidos cambió dramáticamente su visión de las cosas y lo transformó en héroe».

¿Podría un Mike Tyson ser sujeto de libros y estudios décadas después de su retiro, o será demasiado identificado con la celebridad barata que definió su era? 

«No creo que Tyson tenga la longevidad de Louis o Ali”, dijo Roberts. «Fue una figura interesante, pero no estoy seguro de que haya trascendido al boxeo. Su carrera fue una de esas cosas para las cuales uno tiene que estar ahí. 

Louis, en cambio, está en la historia», dijo Izenberg. «Olvídense de Tyson. Pero creo que Ali será discutido no solamente a 80 años de su retiro, sino 80 años después de hoy. Él y Louis tienen ambos un tipo de historia que perdura en la memoria». 

La pregunta obvia es, entonces, ¿cuánto durará este interés en Louis? Mientras más tiempo pasa, ¿seguirá habiendo curiosidad por un hombre que realizó su primera pelea profesional en 1934? Quizás este sea el atractivo más perdurable de Louis, más incluso que sus casi 12 años con el título mundial en sus manos, y también su mayor logro. 

«Hay tantas cosas para escribir sobre él», dijo Roberts. «Me gustaba de antes, pero luego de escribir mi libro estoy incluso más fascinado con su historia». 

Por ahora, y al menos en el futuro inmediato, un boxeador que comenzó su carrera durante los años del Dust Bowl y John Dillinger sigue siendo un tema candente para las editoriales de libros. ¿Por qué no? Si alguien se merece ser tema de un libro cada tanto, será el tipo que aplastó a la amenaza de los nazis en el medio del Yankee Stadium a los 2:04 del primer round.