Saturday, April 27, 2024  |

By Thomas Hauser | 

JABS Y RECTAS DE PUÑO Y LETRA

Peleando con una conmoción cerebral

El entrenador Rob McCracken fue ampliamente criticado por los comentarios que hizo ante la BBC durante las etapas iniciales de la promoción de la revancha del 7 de diciembre pasado entre Anthony Joshua y Andy Ruiz. Refiriéndose a los momentos posteriores al tercer round de su primera pelea entre ambos, McCracken dijo «yo conozco (a Joshua) mejor que todos estos expertos que virtualmente no lo conocen, o que lo han visto una o dos veces. Yo supe que tenía una conmoción cerebral, y estoy tratando de que pasen un par de rounds más, un round por vez, y así ver cómo está. ¿Podrá recuperarse? ¿Podrá volver a meterse en la pelea? Pero el púgil estaba con los ojos vidriados cuando recibió ese golpe inicial en el tercer asalto, y llevó eso con él hasta el final. Es una situación de pesadilla. El boxeo profesional es mortífero, y uno está en el rincón con un peso pesado que no responde como debería». 

«¿Cómo puede McCracken dejar que AJ pelee con una conmoción cerebral?», respondieron los críticos. «Eso es horrible». 

Pero los boxeadores a menudo continúan peleando luego de una conmoción en una pelea. Eso no es un secreto para nadie, o al menos para nadie que tenga suficiente sentido para entender lo que está pasando. 



Una conmoción cerebral es una pérdida temporal de las funciones normales del cerebro, a menudo causadas por un golpe en la cabeza. Dependiendo de su severidad, una conmoción puede afectar la memoria, el buen juicio, los reflejos, el habla, el balance y la coordinación muscular. Los síntomas físicos adicionales pueden incluir dolores de cabeza prolongados, perturbaciones en la visión, mareos, náuseas, vómitos, zumbidos en los oídos, sensibilidad ante la luz, y pérdida de olfato o gusto. 

Una persona que sufre de una conmoción no necesariamente pierde la conciencia. Una conmoción «leve» puede tener como resultado que alguien se sienta mareado o «sacudido». Una persona que experimenta una conmoción «moderada» podría perder el conocimiento durante un segundo. Una conmoción «severa» puede involucrar un período más largo de inconsciencia. La severidad y duración de los demás síntomas también son un factor en la evaluación de la seriedad de una conmoción. 

No hay dos conmociones que sean exactamente iguales. Y no hay tratamientos científicamente validados para las conmociones, más allá de un par de medicamentos que son usados para tratar los síntomas de una conmoción, pero nunca la conmoción misma. 

Veamos un poco los efectos secundarios a largo plazo en una conmoción severa. 

La persona lesionada podría sentirse saludable. Pero los mareos y la visión doble o borrosa pueden durar un año, o más. La persona podría tener problemas para secuenciar las cosas (por ejemplo, recordar el orden en el cual debe realizar tareas sencillas). La fatiga constante, ansiedad y depresión son comunes. 

Clay Moyle (quien ha escrito biografías de Sam Langford, Billy Miske y Tony Zale) experimentó los efectos colaterales de una conmoción severa cuando cayó 3 metros de una escalera, golpeó su cabeza sobre las raíces protuberantes de un árbol, y quedó inconsciente durante aproximadamente nueve minutos. La condición de Moyle ha mejorado desde entonces. Pero más de tres años después, aún sufre de problemas motrices y otros síntomas. Hace un tiempo, me dijo «No hubo nada más frustrante para mí que el hecho de que casi todos los que me veían no solamente pensaban que yo estaba bien, sino que pensaban que todo lo que me pasaba era producto de mi imaginación. Mi hermana esencialmente convenció a mi madre y otros hermanos que mi único problema era que yo estaba sufriendo de ansiedad. Sí, claro, yo sufría de ansiedad, pero era porque mi cerebro no se sentía ni remotamente igual, y simplemente tratar de funcionar normalmente día a día se había transformado en una lucha para mí».

Si un jugador de la National Football League es derribado, y tarda en ponerse de pie porque «le sacudieron la campanita», es sacado del partido y evaluado en una carpa de protocolos de estudios de conmociones cerebrales antes de que se le permita regresar al campo de juego. El examen explora síntomas físicos y cognitivos. 

En contraste, si un boxeador es derribado y tiene problemas para ponerse de pie, no hay tienda de protocolos de estudio posibles en la cual lo puedan examinar durante 10 minutos antes de determinar si puede o no seguir peleando. 

El árbitro tiene la autoridad para detener el combate. Pero en lo que respecta a síntomas neurológicos, la decisión la toma el médico de ringside. 

Todos hemos visto a médicos de ringside iluminando las pupilas de los boxeadores entre un round y otro. Pero no todo es conmoción cerebral. El médico está viendo si las pupilas tienen el mismo tamaño y si ambas reaccionan de manera diferente entre sí. Si las pupilas no son del mismo tamaño o están reaccionando de modo diferente, eso a menudo indica que hay sangrado en el cerebro. El boxeador debería ser llevado al hospital tan pronto como sea posible. 

¿Cómo hace un médico para determinar en medio de una pelea si un boxeador está sufriendo de suficientes síntomas de conmoción cerebral como para exigir que la pelea sea detenida? 

Es un arte y una ciencia, un área gris sin respuestas evidentes. No hay guías claras para que un médico pueda seguirlas. Los estándares están evolucionando. Los pasos tomados varían de un médico al otro, y de un estado a otro. 

El boxeo es un ataque físico legalizado. Hay conductas que de otro modo serían ilegales que están autorizadas en un ring de boxeo. Las reglas para los cuidados médicos durante una pelea también son diferentes a la norma. Cierta continuidad en la participación, que no se permitiría en otros deportes, es permitida durante una pelea. Un boxeador que es «sacudido» tiene más chances que otros de sufrir una segunda pérdida de funciones cerebrales más serias aún durante esa misma pelea. Pero a menudo se le permite seguir peleando. 

La realidad dicta que la magnitud de una pelea y lo que ha sucedido en las etapas iniciales de la pelea también pesa en ese proceso. 

Deontay Wilder estuvo involucrado en dos incidentes muy conocidos. En el 7mo round de su pelea del 3 de marzo de 2018 ante Luis Ortiz, éste sacudió a Wilder y luego siguió su ataque con una andanada de golpes que sacudió a Deontay de un lado al otro del ring. Wilder pareció estar «noqueado de pie». Pero se mantuvo parado. Por lo que aparentaba, sufrió una conmoción «leve» de la cual se recuperó rápidamente. 

Nueve meses más tarde, Wilder derribó a Tyson Fury en el último round de su pelea de campeonato. Fury cayó de espaldas, apenas consciente. Luego se puso de pie justo al conteo de 10, un esfuerzo heroico que evocó imágenes de un Larry Holmes apenas consciente levantándose de las lonas a duras penas ante Earnie Shavers y Renaldo Snipes. Eso fue, seguramente, una conmoción «moderada». 

Ninguna de las peleas de Wilder podrían haber continuado si hubiesen sido peleas preliminares a cuatro asaltos. Pero dadas las circunstancias de la pelea, ambas siguieron adelante. Quizás las cosas no deberían ser así, pero así es como son. 

Seamos honestos. Si las peleas se detuvieran cada vez que un boxeador queda mareado o sacudido, no existiría el boxeo. 

La dirección de correo electrónico de Thomas Hauser es [email protected]. Su libro más reciente, titulado «A Dangerous Journey: Another Year Inside Boxing», ha sido publicado por la editorial University of Arkansas Press. En 2004, la Asociación de Periodistas de Boxeo de Estados Unidos honró a Hauser con el Premio Nat Fleischer a la excelencia en el periodismo de boxeo.