Friday, April 19, 2024  |

By Photographer/writer Sye Williams | 

UN RECORRIDO ÍNTIMO JUNTO AL RETADOR DE PESO LIGERO RYAN GARCÍA EN LA SEMANA DE SU PELEA EN LAS VEGAS

Conocí a Ryan García hace unos años en una conferencia de prensa. Era todavía un jovencito en aquella época, quizás estaba en la escuela secundaria, y peleaba en la parte inicial de una cartelera de boxeo. Un rostro conocido de los eventos de prensa, el periodista Beto Durán, me dijo que Golden Boy Promotions tenía muchos proyectos para García, pero que no había una opinión ya establecida sobre qué tan bueno podía ser. 

Luego de verlo pelear, me di cuenta de por qué algunos fanáticos tuvieron sus dudas, y honestamente estaría mintiendo si dijera que no tuve mis dudas también. Tenía la confianza y el carisma de un campeón mundial experimentado, y tenía una fenomenal velocidad de manos, pero yo estaba preocupado de que dejara que sus oponentes se acercaran demasiado mientras él llevaba la cabeza muy erguida. Yo pensé que tenía el mal hábito de no bloquear las derechas sobre la defensa, también. 

Pero era un boxeador atrayente, y diferente a la mayoría de los demás boxeadores por tener una presencia en redes sociales que era muy divertida para seguirla. No me tomó demasiado tiempo antes de verme envuelto por completo en la locura de «King Ry», y ofrecí mis servicios como fotógrafo. 



Iba a terminar siendo un viaje interesante. ¿Protegería quizás sus fallas ante los lentes de la cámara, como hacen muchos otros boxeadores a lo largo de su carrera, o trataría de corregirlas? Y si las corregía ¿acaso serían suficientes sus atributos ya existentes? A fines de 2018 comenzó a trabajar con el entrenador de Canelo Álvarez, Eddy Reynoso, y a sus 21 años, tras apenas unas pocas peleas, creo que desarrolló una tasa de golpes impresionante. Su pelea con Romero Duno, combate co-estelar de la pelea de Canelo ante Sergey Kovalev en el MGM Grand en Las Vegas, fue un campo de pruebas para él como boxeador y como joven estrella. Las fotos que les presento aquí representan mi perspectiva con el Team García durante la semana de la pelea, y el momento de la verdad de Ryan sobre el ring.

Ryan es un adicto al trabajo en lo que respecta a la presencia en redes sociales, y hay un método en toda su locura. Cada vez que miro, su cantidad de seguidores sube más de medio millón. Tiene múltiples cuentas de Instagram, múltiples plataformas, múltiples teléfonos, y publica con frecuencia estudiada para aparecer en los momentos de mayor atención pública durante el día. Probablemente le presta atención hasta a las fases de la luna. Yo publico fotos de cuerpos desnudos y a veces de cuerpos muertos, y apenas si puedo lograr 3000 seguidores @syewilliamsthesequel.

He seguido a Ryan durante un par de años y solía verlo rodeado de fanáticos cuando abandonaba el ring luego de sus combates o hacía sus lentas caminatas por el casino hacia el lobby del hotel contiguo en Fantasy Springs, en Indio, California. Pero era diferente en el MGM Grand. Esto no fue una pandilla de chicas con el rostro de Ryan impreso en sus camisetas. Esto era un grupo de periodistas serios haciendo preguntas implacables sobre su credibilidad y habilidad.

Ryan y Canelo parecían estar disfrutando de compartir su vestuario, que fue visitado por muchas luminarias que fueron parte de la multitud esa noche. Julio César Chávez pasó por ahí vistiendo un smoking para desearles lo mejor, mientras que un ridículamente bronceado Dan “Bilz-illionaire” Bilzerian, también llamado el «Rey de Instagram» esperaba que lo presenten. El reconocido autor Thomas Hauser ocasionalmente levantaba la vista de su anotador, quizás solamente para buscar las palabras correctas. El monarca de peso ligero Devin Haney pasó a visitar. Me dicen que él y Ryan tienen un historial amateur en común. Parecen gustarse mutuamente de manera genuina, y comparten sonrisas amplias y generosas. Cuando se pararon frente a frente, uno podría imaginarlos en un futuro póster. Chris, el guardaespaldas a cargo, se plantó fuera de la puerta entre Gervonta “Tanque” Davis y Adrien «Huele a Vodka» Broner, quien pasó por ahí para saludar… o algo así. Ryan golpeó las guanteletas con mucha pasión, hizo sombra y corrió unas vueltas agitadamente por su vestuario mientras esperaba el combate. Canelo simplemente se relajó en su sillón, viendo videos de AMM en su celular.

La semana de la pelea previa al combate con Duno fue muy lenta. Estuvieron las llegadas oficiales el martes, los entrenamientos abiertos del miércoles, la conferencia de prensa de la cartelera previa el jueves, el pesaje el viernes y mucha espera en medio de todo eso. 

Cuando finalmente bajamos por el largo pasillo hacia el Grand Arena el sábado por la noche y nos frenamos en la boca de ingreso, quedé sorprendido. Mientras estábamos ahí, enfrentando el ring desde la distancia, esperando que DAZN nos dé la señal para empezar a caminar, el momento me golpeó duramente y yo estaba tan nervioso como si estuviese peleando. Esto era el MGM Grand, el evento co-estelar. ¡Ryan lo había logrado! Esta fue su noche, y yo estaba ahí para documentarlo todo.

Yo solía hacer bromas con Ryan antes de sus peleas y pedirle en qué lado del ring debería noquear a sus oponentes para que yo logre la foto perfecta. Esa noche le tomó un minuto y 48 segundos para despachar a Duno justo al lado mío. Eso hizo callar a varios críticos. Incluyéndome a mí.