Tuesday, May 07, 2024  |

By Thomas Hauser | 

JABS Y RECTAS DE PUÑO Y LETRA

^Con una cartelera previa que incluyó seis combates, el choque de 1919 entre Jess Willard y Jack Dempsey fue un presagio de lo que estaba por venir.

La evolución de las carteleras de boxeo

Teddy Brenner, armador de peleas en el Madison Square Garden durante los años de gloria en los que todos los boxeadores del mundo querían combatir allí, a menudo decía que cada pelea en la cartelera es un ladrillo para construir algo que venda boletos y entretenga a la gente.

Brenner daba por sentado – tal como lo hacen los fanáticos de hoy – que las peleas previas al evento principal son parte del show. Pero no siempre fue así.



El boxeo fue ilegal durante gran parte de su historia temprana en los Estados Unidos. Los promotores se sentían afortunados de hacer una pelea (ni hablar de toda una cartelera entera) antes de que la policía llegue y arruine el show.

El historiador Craig Hamilton dijo que cuando John L. Sullivan enfrentó a Dominick McCaffrey en las afueras de Cincinnati el 29 de agosto de 1885, hubo una pelea previa entre Tommy Warren (quien eventualmente hizo 35 combates) y Tom (o John) King (quien ya nunca volvería a pelear).

Esa fue la única vez que se conozca que Sullivan haya peleado con una cartelera previa a su pelea principal. El histórico choque del 7 de septiembre de 1891 entre Sullivan y James Corbett en el Olympic Club de New Orleans fue precedido por dos peleas de campeonato, pero se disputaron en días diferentes. El 5 de septiembre, Jack McAuliffe noqueó a Billy Myer para defender con éxito su título mundial de peso ligero. Y luego, el 6 de septiembre, George Dixon noqueó a Jack Skelly en un combate de campeonato de peso pluma.

Las prohibiciones estatales contra la «dulce ciencia» comenzaron a suavizarse en la primera década del siglo XX. Para 1910, las carteleras con combates múltiples eran comunes, pero consideradas innecesarias para atraer a fanáticos a las grandes peleas. No hubo cartelera previa en Reno antes del pleito de Jack Johnson ante James Jeffries el 4 de julio de 1910. Solamente una pelea precedió a Johnson contra Jess Willard en La Habana el 5 de abril de 1915.

Y justo ahí, Tex Rickard (quien había sido promotor de Johnson-Jeffries) vio el futuro. Rickard armó seis peleas previas al combate en el que Jack Dempsey desafió a Jess Willard por el trono de peso pesado el 4 de julio de 1919 en Toledo, Ohio. La historia cuenta que Serafino Sinatra (residente de Toledo que peleaba bajo el apodo de “Wop English”) llegó con un puñado de peleas ganadas y anotó un nocaut en el primer asalto sobre Walter “El Molino” Wendt (quien entraba al ring por primera vez como profesional).Luego, Johnny Lewis (4-2-1) noqueó a Tommy Long (0-3) en tres rounds. Otros cuatro combates de la cartelera previa llegaron a la distancia.

Nacía así una nueva tradición. Catorce meses más tarde, cuando Dempsey enfrentó a Billy Miske en Benton Harbor, Michigan, Sam Langford y Harry Greb se presentaron en peleas separadas.

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Bruce Trampler, armador de peleas estelar de la empresa Top Rank, ha sido descrito como un tipo «lacónico». Pero rara vez se queda sin palabras. A pesar de eso, alguna vez un peleador llamado Edgar «Perro Loco» Ross dejó mudo a Trampler.

Ross había nacido en Tuscaloosa, Alabama, en 1949. Había hecho muchas peleas callejeras cuando era joven, y se hizo profesional en 1972.

«Lo contraté en 1974», recuerda Trampler. «Yo estaba armando peleas y manejando boxeadores en ese momento, y manejé desde Indiana a Alabama con un boxeador llamado Jerry Evans para hacerle ganar una pelea. Edgar tenía récord de 5-0. Pero no tenía nocauts, dos de sus victorias habían sido por fallo dividido, y el tipo al que le había ganado no sabía pelear. Lo que ocurrió, entonces, fue que Edgar le ganó a mi boxeador. Me mantuve en contacto con él después de eso. Luego me mudé a Orlando y comencé a contratarlo».

En su primera pelea con Trampler, el 11 de febrero de 1975, Ross noqueó a un boxeador llamado Henry «El Tigre» Hall. Eso llevó su récord a 9-0. Luego perdió con Charlie Grimmet, quien hacía su debut profesional.

«En ese momento yo no le veía mucho futuro a Edgar», dijo Trampler. «Pero seguía mejorando. Bajó de las 166 libras al peso súper welter (154 libras), que era su mejor peso. Peleó dos veces más con el tipo que le había ganado, y lo derrotó las dos veces. Edgar era un tipo duro. Me gustaba».

Para 1979, Ross había acumulado 58 victorias contra una derrota y un empate.

“Ahí fue cuando lo llevé a Kansas City para enfrentar a Tony Chiaverini”, recuerda Trampler. «Ahí fue cuando explotó la burbuja. Chiaverini era un boxeador diferente. Le dio una paliza a Edgar, y lo noqueó en el 10mo round. Después de la pelea, yo le estaba sacando los guantes a Edgar fuera del ring. Me miró y me dijo, en un modo que exigía una respuesta, dijo ‘Bruce, ¿por qué no me dijiste lo malo que yo era?’ Me quedé mudo. No supe qué decir. Y Edgar ya no volvió a pelear».

Uno podría pensar que la historia tiene un final feliz. Pero no lo tiene. En sus años finales, Ross sufrió de ataques epilépticos y serios problemas cognitivos. Durante un tiempo vivió en las calles, comiendo de la basura. Luego, un primo que era dueño de un trailer lo acogió y lo cuidó. Falleció el 19 de junio del 2012, a sus 62 años.

«Realmente fue una bendición que el Señor venga y

Se lo lleve», le dijo un amigo de Ross llamado Randy Frazier a un reportero del Tuscaloosa News. «En ese punto realmente ya no tenía mucha vida».

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Algunos pensamientos del Lado Oscuro del Boxeo:

Art Bayliss: «Estoy cansado de esta m___. No estoy ganando dinero. Me están dando una golpiza por nada».

Kevin Rooney: «Los boxeadores siempre han sido las prostitutas del deporte. Los promotores y managers son los proxenetas».

Jerry Izenberg: «La mayoría de las personas tienen un lado oscuro. El lado oscuro de un boxeador es más oscuro que el del resto de nosotros».

Andre Berto: «No sé cuántos peleadores se han retirado satisfechos».

Larry Merchant: «El boxeo no tiene finales felices. Al final de un capítulo, quizás. Pero no al final de muchos de sus libros».

La dirección de correo electrónico de Thomas Hauser es [email protected]. Su libro más reciente (titulado «Protect Yourself at All Times») fue publicado por la editorial University of Arkansas Press. En 2004, la Asociación de Periodistas de Boxeo de Estados Unidos honró a Hauser con el Premio Nat Fleischer a la excelencia en el periodismo de boxeo.