Friday, April 26, 2024  |

By Thomas Gerbasi | 

EN LAS CALLES

ELLA PODRÁ SER LA ‘OFICIAL AMABLE’ EN SU TRABAJO DIARIO COMO POLICÍA, PERO TIARA BROWN ES CUALQUIER COSA MENOS AMIGABLE EN EL RING DE BOXEO

La oficial Tiara Brown ya estaba lista. No era la situación ideal, pero de ser necesario sería ella la que desarmaría la situación. Una mujer se le acercaba con sus puños en alto, lista para pelear.

«Ella era una consumidora (paciente) de salud mental, estaba bajo la influencia de sustancias, y se me abalanzaba a mí», recordó Brown, quien luego escuchó una voz masculina gritando a esa mujer.

«¡No, no, no pelees con la oficial Brown!!», dijo el transeúnte, conocedor. «¡No lo hagas!»



La mujer lo escuchó. Fue una decisión inteligente, considerando que la oficial Brown es también una de las mejores boxeadoras de peso ligero en el planeta. Y a pesar de que no ha puesto sus manos en alto durante sus labores diarias como miembro del Departamento de Policía Metropolitana de Washington, D.C., sus ciudadanos están muy bien informados de lo que ella es capaz de hacer.

«Recibo tanto respeto de la gente en la comunidad, que nunca he tenido que pelearme en la calle», dijo. «He estado en uniforme durante cuatro años, y no he estado en ninguna pelea. Claro, he tenido que separar peleas y agarrar a algunos de mis compañeros de trabajo, pero nunca tuve que pelear».

Eso no es sorprendente, porque Brown es respetuosamente conocida como la «Oficial Amable» por quienes la conocen, y su dedicación a la comunidad le hizo ganar el premio a la Oficial del Año en marzo. Y mientras que su carrera boxística la ha puesto en camino a honores de título mundial y a un futuro brillante en la cima del deporte, ni siquiera un dinero más grande en el ring la tentaría para abandonar su trabajo de policía.

«La gente me preguntaba ‘bueno, ¿cuándo vas a dejar la policía?», dijo ella. «No creo que yo tenga que elegir entre una cosa u otra. Mi pasión es ser boxeadora. He sido boxeadora durante casi 18 años, pero me encanta ser policía también. No creo que tenga que elegir. Ellos son muy permisivos conmigo porque saben cómo siento al boxeo. El jefe de policía (Peter Newsham) también está enamorado del boxeo, y por eso pienso que todo va a funcionar perfecto».

Entonces… ¿no habría problemas en pelear por el título el sábado y luego regresar a trabajar el lunes?

«Depende de lo buenos que sean tus movimientos defensivos», ríe Brown.

Hay muchas risas en esta conversación con esta mujer de 30 años, y su entusiasmo por la vida es infeccioso. Sumemos una presencia en redes sociales llena de mensajes inspiradores y positivos, y está claro que Brown es el tipo de modelo que este mundo necesita.

«Es muy importante tener una actitud positiva, porque veo mucha gente que tiene tantas actitudes negativas que no se dan cuenta de que no están progresando por culpa de ellos mismos», dijo. «Pueden haber oportunidades abiertas, pero ni siquiera las reconocen porque son gente muy negativa. Por eso trato de alentar e inspirar a la gente para que sean positivos».

En este punto, se estarán preguntando ustedes si Brown tiene tan siquiera el instinto asesino necesario para navegar las turbulentas aguas del deporte de los puños. Pero no es necesario, porque con un vistazo a lo que hace ella en el ring puede eliminar cualquier pregunta de ese estilo. Campeona mundial en 2012 y tres veces campeona nacional de USA Boxing, Brown se quedó corta en su búsqueda de un puesto en las Olimpíadas de 2012 y 2016, y a pesar de que había una opción para esperar hasta 2020, ella decidió que ya había tenido suficiente del amateurismo.

«Yo estaba enferma ya de las políticas del boxeo amateur», dijo Brown. «Y cuando mi mejor amiga Raquel Miller se decidió por retirarse del equipo estadounidense, yo supe que, si ella se iba, yo también lo haría, y que juntas íbamos a encarar este viaje por el profesionalismo. Hicimos un pacto, y lo logramos. Y ha sido un camino cuesta arriba desde entonces».

Tras hacerse profesional en septiembre de 2016 con un nocaut en 73 segundos ante Khadija Sanders, Brown ha alcanzado rápidamente un récord de 7-0 que incluye cinco nocauts, y hay pocas dudas de que estará peleando por un título mundial más temprano que tarde. Y mientras que hay más nombres en el peso ligero que en las 130 libras, ella admite que el peso más alto en el que probablemente pueda tener éxito es 132 libras. Ella dice que puede bajar hasta las 122 libras, sin embargo, lo cual le da aún más opciones en los años futuros.

Y a pesar de que seguramente hay más ajustes para realizar en el profesionalismo antes de que Brown comience a golpear la puerta de monarcas como Hyun Mi Choi (AMB), Eva Wahlstrom (CMB), Maiva Hamadouche (FIB) o Ewa Brodnicka (OMB), ella dio su primera gran declaración en diciembre pasado al noquear a Dahiana Santana, veterana de 46 combates y ex campeona mundial.

«Escuché que mucha gente pensó que estaba dando un salto muy grande demasiado rápido con ella», dijo Brown. «No me importa nada de eso. Porque en mi libro, yo tengo anotadas más de cien peleas amateur – por eso digo que yo era ya una veterana cuando hicimos esa pelea, y lo demostré esa noche. No quiero decir que fue fácil, pero fue divertido para mí. Yo entreno tan duro, que cuando es hora de pelear, la pelea es más fácil que lo que le hago pasar a mi cuerpo durante mi entrenamiento».

Es difícil imaginar el calendario diario de Brown, el cual incluye levantarse a las 3 de la mañana, entrenar por dos horas, trabajar de policía 10 horas, y luego tres o cuatro horas más en el gimnasio. Y luego está la realidad de dos trabajos en los cuales el peligro está a la vuelta de cada esquina. Pero Brown no se concentra en lo negativo, y cree que un poder más alto lo mantiene a salvo.

«Mi familia, somos cristianos, por eso en todo lo que hago pongo primero a Dios y sé que me está mirando”, dijo Brown. «Me ha bendecido con todas estas bendiciones en tan poco tiempo. He llegado primera a escenas de crímenes y he salvado vidas de gente, y hasta ahora nunca me han disparado ni me han lastimado en el trabajo. Nunca me han lastimado en el ring de boxeo. Simplemente pienso que estoy bendecida, y por eso no tengo ese miedo, porque sé que hay un poder más alto – Dios – y que él me protege y me observa. Mientras sepa eso, creo que estoy bien. Yo sé que hay crímenes ahí afuera. Conozco los peligros. Sé que una vida puede irse en un segundo. Pero también sé que creo en un Dios poderoso que me cuida todos los días, y nada me preocupa».

Nuevamente, Tiara Brown es claramente única, ya sea como oficial de policía o boxeadora. Pero hay una pregunta más que necesita responderse:

¿Qué es lo que me mueve la sangre, la primera campana de una pelea o una llamada en la radio pidiendo mis servicios en las calles de D.C.?

«Creo que la campana», ríe. «Todos los días, todo el día. Esa campana suena, y yo sé que es hora de pelear. Soy yo y esa chica que entrenó tan duro como yo, y ambas tenemos la misma ambición. Estoy listo para infligir tanto dolor como pueda, y espero que estés bien al final, pero yo tengo que lograr la victoria. Entrené muy duro. No hay nada como la sensación de esa primera campana».