Saturday, April 20, 2024  |

By Thomas Gerbasi | 

BRIDGETT RILEY HA ENCONTRADO EL ÉXITO EN HOLLYWOOD COMO DOBLE DE RIESGO, PERO ANTES DEJÓ UN PEDAZO DE SU CORAZÓN EN UN RING DE BOXEO

No había camas solares ni barras de batidos energéticos en el L.A.  Boxing Club cuando Bridgett Riley se encontraba abriéndose camino en el mundo del boxeo profesional a mediados de los ‘90s, y eso no le importaba a «Baby Doll».  

“L.A. Boxing era lo máximo en ese momento», dijo.  «(El ex campeón mundial) Genaro (Hernández), quien entrenaba ahí, era maravilloso, y todo mi equipo era de México y todos eran campeones en todas esas divisiones diferentes. Tuve increíbles compañeros de guanteo. En un momento yo era la única chica, la única chica blanca, todos hablaban en español, pero era de lo mejor. No veía la hora de irme a dormir a la noche y levantarme al otro día para ser parte de eso. Me encantaba esa parte, el amor puro y el deseo de transformarme en una mejor boxeadora.  Yo quería tener la técnica que ellos tenían, y cuando me calcé el cabezal y ellos pensaron que yo era un chico arriba del ring, eso fue el mejor cumplido que pudieron hacerme», dice Riley, de 45 años, con una sonrisa.  Ella hizo su último combate profesional en 2003, y mientras que su trabajo como doble de riesgo la tiene constantemente en forma, no hay regresos al ring en el futuro de esta residente de Florida, a pesar de que ella podría darle una buena pelea a muchas de las campeonas actuales.  

Esta ex campeona mundial de peso gallo de la IFBA estará al frente de la clase 2019 del Salón Internacional de la Fama del Boxeo Femenino, que también incluye a Terri Cruz, Melissa Fiorentino, Lisa Holewyne, Carina Moreno, Wendy Rodríguez, Martha Salazar, David Ávila, Stephen Blea, Blanca Gutiérrez, Pat Emerick y Patricia Martinez-Pino. Es un reconocimiento largamente adeudado para una boxeadora que participó en la primera Era Dorada del deporte en los ‘90s, en un momento en el que el nivel de talento era alto, el deporte comenzaba a obtener atención del gran público, y las boxeadoras obtenían oportunidades que solamente comienzan ahora a regresar para las chicas de la «dulce ciencia».



Claro, aún en esa época el dinero no era mucho para el boxeo femenino, los canales de cable no estaban interesados, y si habían sponsors eran pocos.  Pero Riley, una ex kickboxer de St. Louis, se las arregló para aparecer en el video juego de boxeo de HBO Boxing, fue promovida por Don King en una época, y compitió en peleas televisadas por ESPN.

Una de esas fue su pelea definitoria, una defensa de su título en 1998 ante la inglesa Aicha Lahsen, un combate que llegó a estar en la lista de los 10 mejores de The Ring en las categorías de pelea y de nocaut.  Y aun así, antes de que Riley finalizara el combate en el noveno asalto, ella debió sobrevivir una caída en el primer asalto que casi le saca la corona de su cabeza.

«Fue un shock», dijo.  «Nunca había caído así.  Me habían lastimado en el kickboxing, pero fue casi una caída relámpago.  Y no me habían derribado ni lastimado así nunca. Como boxeadora, cuando entras ahí te vas a otro lugar.  Esta pelea apenas había comenzado, y yo pensaba ya que iba a perder el título. Y yo sabía que iba en vivo en ESPN, y pensé ‘ah, qué maravilla, todos la van a ver.  Estupendo.’ (ríe) no recuerdo cómo me puse de pie. Todo se puso negro. Perdí la noción del tiempo. Y cuando sonó la campana, no recordaba ni donde quedaba mi rincón».

El referí esa noche en Las Vegas era Richard Steele, Y aunque ya habían pasado ocho años desde la controversial detención del primer choque entre Julio César Chávez y Meldrick Taylor, el recuerdo de aquel combate en la mente del manejador de Riley, Blinky Rodríguez, seguía ahí mientras su boxeadora subía al ring.

«Ella es una campeona, es dura”, le dijo Rodríguez a Steele en el vestuario antes de la pelea.  «A veces arranca despacio, pero es dura y puede aguantar muchos golpes».

Steele dejó que la pelea pase al segundo round.  Luego comenzó su recuperación, y después de desgastar a su enemiga, Riley noqueó a Lahsen.  Un par de victorias por sobre la criminalmente sub-valorada Yvonne Trevino, y luego esto. Riley tenía 25 años y estaba en la cima del mundo. Sumemos a eso un trabajo exitoso y una imagen muy vendible, y vemos que ella estaba a punto de conquistar un deporte que apenas arrancaba.

Menos de cinco años después, todo había terminado.  No hubieron dramas dignos de titulares de diarios, ni reparto de culpas. Esto es boxeo.  Riley nunca tuvo esa mega-pelea definitoria, y ciertas oportunidades, como la que se discutió con Magic Johnson Productions en la que el ex estelar de la NBA planeaba un salto al boxeo, nunca se produjeron.  A medida que los años progresaron, Riley supo que era momento de un cambio.

«Fue una de las decisiones más duras, y fue como recibir un balazo», dijo Riley, quien tuvo marca de 9-1 después de la pelea con Lahsen, y se retiró con una marca de 15-3 (7 KOs).  «Entiendo totalmente por qué Sugar Ray Leonard y otros grandes boxeadores regresan al boxeo. Tu identidad está completamente atada a eso, y no hay ninguna sensación que se le parezca.  El trabajo en las películas es bueno, pero nada me da lo que me dio el boxeo. Por eso, tomar esa decisión fue una combinación de muchas cosas».

Esa combinación fue principalmente financiera y física.  No poder estar con su entrenador de larga data también fue parte de la decisión de la excampeona para dejar el deporte.  Lily Rodríguez, hermana de la leyenda del kickboxing Benny “The Jet” Urquídez y pionera del boxeo y el kickboxing por derecho propio, había guiado a Riley desde el momento en que ella se mudó a California en 1994.

«Yo no era tan amiga de Lily y estaba (trabajando) con otra gente con la que no era lo mismo», dijo.  «La magia y lo especial que yo tenía con Lily era algo único, y cuando ella falleció (en 2007) fue como perder un gran pedazo de mí.  Y yo amo a (los entrenadores) Freddie Roach y Justin Fortune, pero no era lo mismo. Yo ya tenía algunas lesiones, por lo cual yo decidí mantener lo que me quedaban de neuronas después de todos los golpes.  Pensé que era el momento correcto. También sentí que tenía que empezar a cuidarme más financieramente».

Eso implicó trabajar más en Hollywood y menos en el boxeo, y fue la mejor decisión que pudo tomar, porque Riley se ha transformado en una exitosa doble de riesgo para actrices como Halle Berry, Eliza Dushku, Alyssa Milano, Rosie Perez y Scarlett Johansson, y apareciendo en películas como Million Dollar Baby, Iron Man 2, ¿Qué pasó ayer? y The Scorpion King.  Al cierre de esta edición, Riley está trabajando en la película «Bad Boys for Life», y a pesar de estar satisfecha de lo que ha hecho en el ring ella admite que piensa sobre cómo su vida hubiese sido diferente si ella hubiese nacido en una era diferente.

El trabajo en las películas es bueno, pero nada me da lo que me dio el boxeo.

«Cien por ciento, y a veces me viene eso a la mente», dijo ella.  «Yo miro a esas mujeres (que pelean hoy) y pienso que nací en la época equivocada.  Pero luego tengo que decir ‘no’, por mi fe en Dios. Dios no comete errores, por eso yo creo que estoy justo donde debo estar, y no se supone que yo esté haciendo eso ahora mismo.  Dios abrió otras puertas, pero al mismo tiempo, sí, está esa parte de mi – porque siempre soy la peleadora y siempre tengo esa mentalidad – que si las agarro les doy una paliza a todas (ríe).  Simplemente siento que han habido tantos momentos en los que he estado tan cerca a momentos tan grandes durante mi carrera que a veces pienso si realmente no se suponía que yo apuntara a ese siguiente nivel».

Es el desafortunado ‘¿qué hubiese pasado?’ que le llega a todas las peleadoras de primer nivel de su era, pero «Baby Doll» no mira al pasado con bronca.  Tuvo un buen paso por el deporte, que le hizo ganar un lugar en el Salón de la Fama, y ella puede siempre estar orgullosa en la realidad de que ella peleó en una era en que las boxeadoras se hacían de un nombre en el ring, y no en las redes sociales.  

«Hemos trabajado duro en el gimnasio, y ese fue el enfoque», dijo Riley.  «Hay muchos atajos con todo esto de Instagram, Facebook y las redes sociales.  Lo comparo con todos esos cantantes que salen de ‘La Voz’ o de ‘American Idol’.  Estos programas lo hacen más fácil. Hay algo especial en ir pagando el derecho de piso y pasar por este proceso de realmente salir y ganarse las cosas.  Fui a Los Ángeles desde St. Louis con cien dólares en el bolsillo en mi pequeño Nissan. No me caí del cielo y no me metí en esto para estar en un reality show, y de repente todos piensan que soy un éxito repentino.  Hay demasiada gratificación instantánea en este momento, y todas estas cosas te quitan todo ese viaje que implica la Escuela de la Calle y que te llevan a ese lugar cuando estás listo para subir al ring».

La ceremonia de presentación del Salón Internacional de la Fama del Boxeo Femenino tendrá lugar en el DoubleTree Hotel en Brisbane, California, el 30 de agosto.

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