Thursday, April 25, 2024  |

By Mitch Abramson | 

GENNADIY GOLOVKIN VS. SERGIY DEREVYANCHENKO FUE UNA PELEA ELECTRIZANTE, PERO ES COMO SI NUNCA SE HUBIESE REALIZADO

Cuando Gennadiy Golovkin capturó un triunfo por la mínima ante Sergiy Derevyanchenko el pasado 5 de octubre, la pelea fue declarada como un clásico instantáneo. 

Y los titulares no estaban equivocados. 

La pelea fue tan brutal que ninguno de los dos boxeadores se presentó en la conferencia de prensa posterior, por estar visitando el hospital local para ser revisados. Ambos intercambiaron bombazos toda la noche, ambos generando momentos explosivos para contrarrestar los buenos momentos del otro. 



Pero aún con toda esa acción en el ring, está por verse si alguna consecuencia habrá tras este tremendo combate en el que Golovkin, probablemente el boxeador más atrayente de su generación, fue abucheado en el ring del Madison Square Garden mientras daba su entrevista posterior al combate en la plataforma DAZN. 

Así de extraño fue el poco satisfactorio final de lo que podría terminar siendo la pelea del año. 

El combate en sí mismo tuvo un poco de cada cosa: Una caída en el primer round luego de que Golovkin conectara una derecha detrás del oído de Derevyanchenko, una cantidad inusual de golpes salvajes con ambos boxeadores infligiendo daños, Derevyanchenko haciendo retroceder a Golovkin y doblando la apuesta mientras lidiaba con un terrible corte, y finalmente un Golovkin de 37 años plantado en su terreno y mostrando su dureza y aguante mientras intentaba desafiar el paso del tiempo.

Lo que no obtuvimos fue la sensación de que la división de peso mediano había cambiado en modo alguno luego de que se anunciara la decisión. Los titulares principales no habían cambiado. El boxeador favorito había ganado. 

No nos vamos a poner a delicados con el inglés aquí, pero el combate, a pesar de sus cambios de momentos y su alto nivel de drama, fue bastante digno de Shakespeare, «lleno de sonido y furia» pero no mucho más. 

Quizás estemos menospreciando la importancia de la pelea, porque en definitiva Golovkin se alzó con el título de la FIB en el peso mediano y es ahora un dos veces campeón mundial. 

Pero eso era de esperarse. 

La pelea fue mejor de lo que muchos esperaban, pero el resultado final no sorprendió a nadie. Los boxeadores estaban posicionados exactamente donde la mayoría de ellos pensaron que estarían después del combate. Golovkin, la estrella más grande entre los dos, tuvo su mano levantada al final tal como se esperaba, aún si el camino que lo llevó a ese momento fue más sinuoso e impredecible de lo esperado. 

Hubieron otras consecuencias que no fueron precisamente sorprendentes. 

A pesar de demostrar que está en la élite del peso mediano tras su no muy inspirada actuación ante Jack Culcay en abril pasado, Derevyanchenko básicamente está de regreso donde estaba antes de caer por fallo dividido muy disputado ante Danny Jacobs en 2018. Es respetado y halagado por todos, pero tiene pocas opciones de lograr otro mega-combate (por ahora), demasiado peligroso como para que la crema de la división arriesgue su buen nombre y sus títulos enfrentándolo (por ahora). 

¿Y Golovkin? 

Al cierre de esta edición, estaba encaminado a una defensa obligatoria ante Kamil Szeremeta (21-0, 5 KOs) en el primer trimestre del 2020, y luego presumiblemente esperará por un tercer y lucrativo combate ante Canelo Álvarez, dejando a Derevyanchenko sin un potencial rival relevante (de nuevo… por ahora).

Las cosas obviamente pueden cambiar, y Golovkin puede decidir repentinamente que quiere enfrentar nuevamente a Derevyanchenko para borrar cualquier duda pendiente. 

Y, aun así, no parece esa ser la dirección a la que se estaría inclinando. 

Y es una pena, porque el ucraniano podría tranquilamente haberse alzado con la decisión tras una actuación muy valiente.

La única revelación puede haber sido la actuación de Derevyanchenko.

Un triunfo de Derevyanchenko hubiese puesto a la división patas arriba, demoliendo las chances de Golovkin de conseguir un tercer combate con Canelo, y abriendo el camino a una nueva estrella. En lugar de eso, las estrellas siguen en su sitio. 

Los jueces Frank Lombardi y Eric Molinski la vieron en 115-112, y su par Kevin Morgan emitió un veredicto de 114-113, con la diferencia de un punto siendo la de la caída producida por Golovkin en el primer round. 

El equipo de Derevyanchenko se sintió justificadamente frustrado por la decisión y no perdió tiempo en comenzar a buscar una revancha inmediata en el mismo ringside mientras se anunciaban las tarjetas.

«Antes que nada, fue la pelea del año”, dijo el manager de Derevyanchenko, Keith Connolly. «Tiene que haber una revancha. No hay otra pelea para ellos que la gente quiera ver ahora mismo, a menos que Canelo quiera pelear con Golovkin. Sergiy ha probado ser uno de los mejores medianos del mundo. La gente abucheó a GGG cuando estaba siendo entrevistado, y alentaron a Sergiy, porque obviamente todos en el estadio, incluyendo a periodistas y hasta la gente de DAZN vieron ganador a Sergiy. Y nuevamente, cuando eres el boxeador menos popular, éstas son las cosas que pasan. Pero bueno, esto fue definitivamente, según mi punto de vista, una clara victoria para Derevyanchenko”. 

Golovkin se mostró tímido en el ring mientras la gente lo abucheaba. «Quiero agradecerle mucho a mi oponente», dijo. «Hizo un gran trabajo. Respeto a su equipo. Les dije, es un tipo muy duro. Esto fue una gran experiencia para mí. Ya saben, ahora mismo yo entiendo que necesito más». 

El combate confirmó lo que ya sabíamos sobre Golovkin en este punto de su carrera. A sus 37 años ya no es el tipo de depredador que era cuando noqueó a 23 oponentes seguidos. 

Sin embargo, decir que Golovkin (40-1-1, 35 KOs) quedó en evidencia el pasado 5 de octubre es ignorar la realidad. Tiene 37 años, una edad en la que los boxeadores usualmente están bajando el ritmo en sus carreras, y no persiguiendo a boxeadores de 29 años de edad como lo hace él con Canelo. 

Para poner su edad en contexto, Roy Jones Jr. Había perdido tres combates seguidos – dos veces ante Antonio Tarver y una ante Glen Johnson – para cuando enfrentó a Prince Badi Ajamu a sus 37 años, en 2006. Félix “Tito” Trinidad tenía 35 cuando perdió ante Jones y abandonó el boxeo. El Príncipe Naseem Hamed no tenía ni siquiera 30 años cuando se retiró.


‘Andre Rozier says Derevyanchenko beat Golovkin 7-5’


El punto es que a Golovkin lo juzgan usando estándares imposibles debido a su dominio inicial, y ahora, francamente, luce como un hombre de su edad. Pero ya sabíamos que Golovkin, a pesar de ser todavía formidable y difícil de enfrentar, estaba bajando su intensidad. Todavía es uno de los mejores en el peso mediano. 

La única revelación puede haber sido la actuación de Derevyanchenko. El ucraniano sacó lo mejor que tenía para ofrecer, atacando al cuerpo de Golovkin, lastimándolo en el quinto asalto y yendo al frente continuamente para buscar la ventaja, ignorando la profunda laceración alrededor de su ojo derecho, producto de un gancho limpio de izquierda en el segundo round. 

Mareó a Golovkin nuevamente en el 10mo con un gancho de izquierda y respondió con una seguidilla de golpes luego de que Golovkin pareciera marearlo a él con una derecha más tarde en ese round, el mejor episodio de la pelea. Derevyanchenko tuvo éxito al forzar a Golovkin a pelear yendo hacia atrás, cuando muchos pensaron que el kazajo, más fuerte por naturaleza, sería el que iría la frente con todo.


‘Dougie’s Mailbag: Golovkin vs. Derevyanchenko’


«El corte realmente cambió la pelea», dijo Derevyanchenko. «Por momentos no podía ver, y él le apuntaba mucho a ese ojo. Pero bueno, no hay excusas. Es lo que es. Yo hice lo mejor posible». 

Ambos lo hicieron. 

Apenas 13 golpes separaron a ambos púgiles para cuando se hizo el conteo final (243 de 720 a 230 de 738) con Golovkin adelante por muy poquito, según CompuBox. Lógicamente, dado lo cerrado que fue el combate, Derevyanchenko (13-2, 10 KOs) conectó más golpes ante Golovkin que cualquier otro boxeador antes que él. 

Lou DiBella, promotor de Derevyanchenko, quedó perdido entre los escombros del demoledor combate, tratando de darle sentido a lo que acababa de suceder. Derevyanchenko logró el respeto de los fanáticos, pero no pudo ganarse el respeto de los jueces, y mientras DiBella hablaba en defensa de su boxeador, pareció darse cuenta de lo que le espera en el futuro. Sin un título, Derevyanchenko seguramente tendrá que ponerse de nuevo en la fila. 

«Yo digo, éste es uno de los boxeadores más queridos en todo el boxeo, y bien merecido», dijo DiBella en referencia a Golovkin. «Y había gente abucheándolo. ¿Qué te dice eso? Hubo mucha gente en este estadio que se dio cuenta de lo que vio. Y lo que vieron fue a un gran boxeador perdiendo ante un tipo que sabía que era su momento para brillar, y que no iba a dejar que ni una caída temprano en la pelea ni un corte horrible lo detuvieran. Ese chico hizo la pelea más grande de su jodida vida. Y si no obtiene la revancha, entonces no hay justicia». 

Ni siquiera Shakespeare podría haberlo expresado mejor.