Thursday, April 25, 2024  |

By The Ring | 

Solamente al mirar el récord de Artur Beterbiev – 15 peleas, 15 nocauts – sería fácil clasificarlo como el más reciente integrante de una creciente lista de boxeadores rusos de manos pesadas con intenciones asesinas. Y no es que quienes vayan a pensar eso estén equivocados. Después de nueve rounds de ser atacado por Beterbiev, Oleksandr Gvozdyk presentaba un serio caso de rebelión muscular y ósea, con sus huesos luchando para mantenerlo en pie mientras sus tejidos blandos buscaban caer y descansar. No estaba parado, estaba apenas sosteniéndose en pie. Sin embargo, este evento estelar televisado desde Filadelfia fue más que una pelea desbocada. Ambos hombres en el ring en esa noche de mediados de octubre eran boxeadores olímpicos, ambos invictos como profesionales, ambos traían un título mundial con ellos, y cada uno de ellos mostró un repertorio variado de golpes certeros durante la pelea. Por eso no fue demasiado extraordinario ver que Gvozdyk tuviese dos tarjetas a su favor entrando ya en los rounds finales. Pero mientras que las raíces de Beterbiev pueden estar en las habilidades del amateurismo de élite, la combinación de fortalezas a pruebas de balas y agresión desenfrenada es lo que lo pone en otro nivel. Sus derechas demoledoras marearon a Gvozdyk cuando terminó el noveno asalto, y 60 segundos no fueron ni remotamente suficientes para que el ucraniano se prepare para salir al 10mo, un round en el que visitó las lonas dos veces antes de finalmente sucumbir por tercera vez y experimentar así su primera derrota. Lo que le espera en el futuro a este boxeador de 34 años no es demasiado excitante, porque parece estar encaminado a China a enfrentar al retador obligatorio de la FIB, el local Cheng Fanlong. Sin embargo, después de eso, la unificación total es el objetivo final de Beterbiev y su promotor Bob Arum, con Sergey Kovalev y Canelo Álvarez como potenciales candidatos a ingresar en la zona de peligro que rodea al temible boxeador ruso.