Tuesday, April 23, 2024  |

By Tris Dixon | 

Evento del año

ANDY RUIZ JR. VS. ANTHONY JOSHUA 2

Cuando Arabia Saudita fue mencionada inicialmente como destino de la revancha entre el depuesto peso pesado Anthony Joshua y su veloz verdugo anterior Andy Ruiz Jr., hubo mucho descontento. Se notó una amplia desaprobación de los fanáticos y los medios a la sede de esta esperada pelea de revancha, y con razón, dado el bien documentado y brutal desprecio de ese país hacia los derechos humanos más básicos, la opresión hacia las mujeres, y su larga historia de reprimir violentamente las libertades de prensa y comunicación, incluyendo el asesinato del periodista del Washington Post, Jamal Khashoggi, en octubre del 2018.

Pero sin importar si nos gustó o no el título de «Choque en las Dunas», uno sabía que la pelea estaba encaminada estrictamente al Medio Oriente debido a la cantidad de Cash en las Dunas. Éste no fue un evento para los fanáticos. Fue matemática pura – hombres de dinero e influencia en Arabia Saudita pusieron más dinero en la mesa que el que Londres, Nueva York, Cardiff, Dubai y Las Vegas podrían ofrecer para tan siquiera estar cerca de competir.

Se habló de una garantía de $70 millones de dólares.

«El estadio y el sitio serán espectaculares, con un parque temático y un concierto en la noche anterior también», vaticinó el promotor Eddie Hearn. «Nunca antes se ha visto nada igual en el boxeo».



Fue inútil señalar directamente a Joshua o Ruiz, o tan siquiera a Matchroom.

El boxeo ya había sido aceptado en esas partes del mundo, con la demolición de Amir Khan sobre Billy Dib en julio pasado y la final de la World Boxing Super Series de septiembre del 2018 en el peso súper mediano entre Callum Smith y George Groves marcando precedentes en este aspecto.

La ambiciosa propuesta incluyó un estadio creado ad hoc con 15.000 asientos, denominado Diriyah Arena, en medio del desierto, que días más tarde usaría esas 295 toneladas de acero extendidas sobre casi tres hectáreas para dar vida a un torneo de tenis, la Copa Diriyah, antes de volver a ser una mancha de arena más.

Llevó más de dos meses para que un equipo de 175 personas trabajando incansablemente pueda armarlo.

Pero no fue un evento meramente por la ubicación.

Fanáticos, periodistas y puristas se mostraron divididos sobre quién ganaría en esta segunda oportunidad. ¿Había sido acaso un golpe de los dioses, tal como lo adujo Joshua, lo que disparó su caída en Nueva York? ¿Acaso Ruiz tenía la receta para liquidarlo? ¿Fue acaso el peso de la expectativa demasiado grande como para que el inglés lo cargue por sí solo? ¿Tenía todavía la ambición y el hambre de grandeza, o se había transformado en una marca de producto más, sin corazón ni voluntad de lucha? Hubo mucho en juego aún antes de que Arabia Saudita sea revelada como el destino final del combate.

El primer encuentro entre ambos, en el Madison Square Garden en junio pasado, fue caracterizado por la presencia del desconocido y robusto retador que entró a último momento luego de que el oponente original Jarrell Miller no pasara una batería de pruebas de doping.

Ruiz fue instantáneamente desestimado, ampliamente negado y visto como carne de cañón, un rival ante el cual Joshua podría brillar en su debut estadounidense. Se suponía que fuese una faena fácil, y el guion estaba siendo ejecutado a la perfección hasta que Ruiz se puso de pie tras una caída en el tercer asalto. Al final, terminó siendo una estrella.

Primero, Joshua fue atrapado por un gancho que lo derribó y mareó sus sentidos hasta que llegó el final en el séptimo asalto. Luego, después de la campana final, algunos dijeron que no había sido derrotado, sino que había abandonado el combate. Había preguntas que exigían respuestas, y Joshua las dio de manera enfática.

Derrotó a Ruiz en todos los departamentos en Arabia Saudita. Fue paciente, disciplinado y concentrado. No le dio una sola chance a Ruiz.

Lanzó jabs y se movió, tiró jabs y amarró al rival, se movió y abrazó, y mantuvo a Ruiz a la defensiva con una catarata de derechazos.

Claro, después de eso, el mexico-americano, más gordo que lo usual (sumó casi 7 kilos a su físico después de la primera pelea) dijo que no había entrenado adecuadamente, que había comido cualquier cosa, y que había estado de fiesta durante tres meses después de esa emocionante victoria sorpresiva. No había mucha simpatía disponible entre sus fans para validar sus dichos. Sus pedidos de una tercera pelea fueron sumariamente desestimados por cualquiera que no tuviese sus ingresos directamente ligados a las labores de Andy Ruiz.

Arabia Saudita seguramente se posicionará muy bien en el mundo de los deportes, no solamente debido a este Evento del Año 2019 sino también por el fútbol y tenis de alto nivel que están ofreciendo. Seguramente se harán más peleas grandes allí en el futuro. Los organizadores y promotores dijeron que fue un enorme éxito, pero tuvieron que sudar un buen rato – y no solamente porque el evento estaría teniendo lugar en un lugar muy controversial, sino por la presencia de la lluvia.

Luego de una semana previa sin una sola nube, los cielos se abrieron el día de la pelea, poniendo en peligro el evento y algunas de las peleas previas de la noche. Hubieron murmullos de cancelaciones y postergaciones. Pareció que el evento estaba en peligro, pero el clima se mantuvo controlado. Algunos asistentes en el ringside terminaron empapados, habían lagunas por todas partes, pero la gigantesca tienda sobre el ring permitió que Joshua haga historia como uno de cuatro boxeadores que pudieron recuperar de inmediato su título mundial de peso pesado, poniendo su nombre junto a los de Lennox Lewis, Muhammad Ali y Floyd Patterson.

Fue una noche histórica. El estadio lució espectacular. Tuvo lugar en un contexto inusual, divisivo y controversial. Matchroom dijo que todo tuvo que ver con abrir nuevos mercados para el deporte. El dinero habló. Algunas personas, evidentemente, lo escucharon claramente.


OTROS NOMINADOS:

Naoya Inoue vs. Nonito Donaire

KSI vs. Logan Paul

Errol Spence Jr.-Mikey García

Errol Spence Jr.-Shawn Porter