Thursday, April 25, 2024  |

By Tom Gray | 

Hacer la revancha entre Andy Ruiz Jr. Y Anthony Joshua en Arabia Saudita es un problema por muchas razones, pero con suerte algo bueno saldrá de todo esto

«Con los auspicios del presidente Mobutu, desde el corazón de África, en vivo y en directo desde el ringside en Kinshasa, Zaire, les habla David Frost dándoles la bienvenida al combate de campeonato mundial de peso pesado entre el monarca George Foreman y el hoy retador Muhammad Ali».

Así fue como la transmisión del choque entre Foreman y Alí fue presentado ante los televidentes de circuito cerrado el 30 de octubre de 1974. El evento se transmitió en vivo en unas 450 pantallas en los Estados Unidos y Canadá. Más de 100 países compraron los derechos para ver lo que fue por entonces la pelea más taquillera de la historia. Aproximadamente 60.000 fanáticos estuvieron presentes en el Estadio 20 de Mayo para ver el espectacular nocaut en ocho asaltos que Alí le propinó a Foreman en uno de los combates más famosos de la historia del boxeo.

Así es como se recordará por siempre la famosa «Rumble in the Jungle» (Rugido en la Jungla). Un duelo casi místico entre dos titanes que le devolvió la corona al más famoso atleta que el mundo haya conocido. Por muchas razones, fue el gran triunfo que consagró a Ali. Ya era un gran boxeador, pero la victoria ante Foreman lo transformó en un héroe capaz de conquistarlo todo ante los ojos de millones de personas en todo el mundo. ¿No es, entonces, irónico que el momento más glorioso de Ali haya tenido lugar con un trasfondo de opresión y horrendas violaciones a los derechos humanos?



Muhammad Ali camina junto al dictador congolés Joseph Mobutu dos días antes de dar la gran sorpresa ante George Foreman.

«Cuando cubrimos la ‘Rumble in the Jungle’, Mobutu Sese Seko era uno de los peores tiranos del mundo», recuerda el corresponsal de boxeo británico Colin Hart. «SI hablamos de derechos humanos, no había nada de eso en Zaire. Era una tremenda dictadura. Lo que sí diré, es que (la prensa internacional) continuó escribiendo sobre estas cosas, y para ser justos, nunca nos sentimos censurados.

«La diferencia entre esa época y la actual es que el término ‘derechos humanos’ no se mencionaba tanto. Sin embargo, el historial de (la dictadura de) Mobutu estaba bien documentado por gente que estaba ahí cubriendo la pelea. Recuerdo que (los miembros de la prensa) fueron llevados a los sótanos del estadio, y una pared estaba cubierta con agujeros de bala. Ahí era donde solían llevar a los disidentes para fusilarlos, y yo reporté eso.

«Enviábamos nuestros textos vía télex en esos días, y los operadores de télex que operaban allí no servían para nada. Algunos de ellos incluso se quedaban dormidos durante su horario de trabajo. Nos quejamos al jefe de prensa, y nuestra queja llegó a oídos de Mobutu, quien emitió un comunicado diciendo «el próximo operador de télex que se duerma en el trabajo será fusilado». Y realmente iba en serio. Fue el evento más bizarro que yo haya cubierto».

Una conferencia de prensa realizada cerca de las ruinas históricas de Diriyah.

Nos adelantamos ahora 45 años al 7 de diciembre de 2019. En esta fecha, Anthony Joshua se enfrentará a Andy Ruiz Jr. En un estadio al aire libre especialmente construido para tal fin en Diriyah, Arabia Saudita. En lo que seguramente será elegida como la sorpresa del año, Joshua perdió tres cinturones de peso pesado ante Ruiz, quien lo noqueó en siete asaltos el pasado 1ro de junio en el Madison Square Garden. El combate de desquite será muy esperado, pero cuando se anunció la sede del combate, la noticia fue recibida con mucha decepción y hasta aversión.

Las razones para eso son entendibles.

Arabia Saudita tiene un récord deplorable de violaciones a los derechos humanos. Se sabe de brutales ejecuciones, amputaciones de manos y pies para quienes cometen robos, y mujeres que han sido flageladas a latigazos por cometer adulterio porque no han podido probar que han sido víctimas de violación. Incidentalmente, dichas flagelaciones pueden extenderse por períodos de semanas o hasta meses. Cuando las Naciones Unidas intentaron intervenir en 2004, sus protestas fueron rechazadas por la delegación de Arabia Saudita, que insistió que esta forma de castigo era coherente con «tradiciones legales» del Islam que se remontaban a más de 1400 años atrás.

Diriyah también ha sido recientemente el escenario de carreras de Fórmula E.

A fin de que Ruiz-Joshua 2 se haga realidad, Matchroom Boxing y su promotor Eddie Hearn se asociaron con Skill Challenge Entertainment en Arabia Saudita. «Arabia Saudita se ha concentrado en mejorar la calidad de vida de su gente y su bienestar general», dijo el Socio Gerente de SCE Omar Khalil en una conferencia de prensa en Londres anunciando el combate. «Los deportes, el arte, la cultura y el entretenimiento han jugado un papel muy importante en esto». Todo bien y muy lindo, pero con luego del lanzamiento del reporte de la Organización Saudí-Europea para los Derechos Humanos en julio pasado indicando que 122 personas han sido ejecutadas en 2019 (más del doble de la cantidad de 2018 hasta ese mismo punto del año) el público en general tendrá problemas para tragarse esa retórica publicitaria tan positiva.

«Los derechos humanos en Arabia Saudita están entre los peores del mundo, pero si no les dan una oportunidad, ¿cuándo van a cambiar las cosas?», preguntó Hart. «Si van a cambiar, entonces van a necesitar más y más gente viajando desde occidente. Gente que lleve una vida como la que llevamos nosotros, con espíritu democrático. Y a pesar de que no somos perfectos, los derechos humanos están siempre en nuestra agenda.

«Si siguen aislando a Arabia Saudita, ellos nunca cambiarán. Yo no estuve en la pelea entre Callum Smith y George Groves ni en la de Amir Khan ante Billy Dib (ambos combates tuvieron lugar en Jeddah, Arabia Saudita, dentro del pasado año), pero las vi por televisión. Lo que me sorprendió fue la cantidad de mujeres que vi en la audiencia. Y no hablo de mujeres occidentales, sino mujeres locales sin sus cabezas cubiertas y usando ropas a la moda occidental. Pero eso no significa que tengan los mismos derechos que los hombres cuando se van del estadio.

El asesinado periodista Jamal Khashoggi

Los derechos de la mujer en particular han sido una gran fuente de críticas apuntadas a Arabia Saudita en años recientes, como ejemplo del control masculino decretado desde el gobierno que se ha dado a conocer recientemente. Todo está bajo el control de los hombres, desde el permiso para que una mujer maneje vehículos (esta ley fue derogada en 2018) hasta la violencia doméstica casi legalizada.

Y hay todavía un lado mucho más siniestro en todo esto. El 2 de octubre, menos de una semana después del combate entre Groves y Smith, el periodista saudí Jamal Khashoggi ingresó al consulado en Estambul para recoger algunos documentos mientras su novia lo esperaba afuera. Ella no volvió a verlo nuevamente. Khashoggi, de 59 años de edad, era un muy conocido crítico del príncipe heredero Mohammed bin Salman, y había vivido en un exilio auto-impuesto en los Estados Unidos luego de que muchos de sus amigos fuesen arrestados. Pronto emergieron reportes de que había sido asesinado por matones saudíes en el jardín del consulado.

Yo fui uno de los pocos periodistas británicos que cubrieron Groves-Smith, que fue la final de peso súper mediano de la World Boxing Super Series. Soy el primero en admitir que mi conocimiento general de Arabia Saudita era limitado en ese momento, pero encontré que las historias y estadísticas ya relatadas no me resultaban cómodas. Igualmente desconcertante es el hecho de que el país es ahora promovido mundialmente como una capital del entretenimiento. Se requieren muchos cambios antes de que esa transición pueda ser considerada como mínimamente aceptable en cualquier parte.

The location of the “Rumble in the Jungle” was controversial, but boxing never let that get in the way of money.

Del mismo modo en que el gobierno de Zaire (conocido ahora como la República Democrática del Congo) intentó mostrar a su país como un atractivo destino de vacaciones con Foreman-Ali, Arabia Saudita busca atraer al mundo occidental al armar una de las peleas de peso pesado más lucrativas que existan. El país pudo garantizar la organización de Ruiz-Joshua 2 porque (al igual que Zaire en 1974) tienen el músculo financiero suficiente como para superar a cualquier otro país interesado en hacer este combate. La cifra aproximada que selló el trato fue de unos $100 millones, superando ampliamente la oferta más cercana, oriunda de Dubai.

Para terminar con esta controversia (algo que no será fácil) el combate de revancha entre Ruiz y Joshua se hará finalmente en Arabia Saudita, y eso es todo. El boxeo profesional y la brújula moral del mundo rara vez apuntan hacia el mismo lugar, por lo cual no es bueno que nos hagamos los sorprendidos ante lo que está pasando aquí. Para variar, examinemos lo bueno que puede salir de todo esto. Sin exagerar, ningún boxeador vivo ha estado en más peleas en lugares inusuales que George Foreman. El ex dos veces campeón mundial recuerda vívidamente esos choques bajo el sol de diferentes países durante su primer reinado, y habló con mucho entusiasmo sobre sus peleas en suelo extranjero. «Creo que ese fue el comienzo de lo que está pasando hoy», le dijo Foreman a The Ring. «En los ‘70s, las peleas eran eventos de interés mundial, por eso el mundo entero tenía algo para decir. Si de algo servía, era para que más gente hable sobre las peleas, porque se hacían fuera de los Estados Unidos. Se hicieron en Jamaica (ante Joe Frazier), luego en Japón (ante José Román), luego en Caracas, Venezuela (ante Ken Norton), y luego en África.

«Los medios hablaban mucho de las peleas porque se hacían en diferentes partes del mundo, y eso es bueno para el boxeo. Miren esa gran pelea entre Muhammad Ali y Joe Frazier en Manila. Esa pelea fue importante, y todos en las Filipinas tuvieron la chance de ver a esos grandes boxeadores. Cuando Ali peleó con (Joe) Bugner en Malasia, esa pelea me viene a la mente por el lugar donde pelearon. Ahora, el campeonato mundial de peso pesado está de regreso en un escenario mundial con la pelea (entre Ruiz y Joshua)».

Foreman sugirió que la revancha que tendrá lugar en Arabia Saudita pueda atraer la atención hacia los problemas de derechos humanos a largo plazo, y que eso pueda ayudar a erradicar la brutalidad y la opresión dentro de ese país. La perspectiva del miembro del Salón de la Fama tiene mucho sentido, y el tiempo dirá si semejantes expectativas son factibles.

En lo que hace al combate en sí, Ruiz-Joshua 2, sin importar si es una buena pelea o una mala pelea, siempre será recordada por el país en el que se realizó. Habiendo dicho esto, el primer encuentro tuvo mucha acción, y hay muchas posibilidades de que la segunda parte produzca el tipo de fuegos artificiales vistos en pasadas peleas de título mundial de peso pesado que tuvieran lugar en territorios inusuales. Piensen en el «Thrilla in Manila» (Conmoción en Manila). Piensen en la capitulación de Mike Tyson a manos de Buster Douglas en Tokio. Piensen en Lennox Lewis sucumbiendo ante las volcánicas derechas de Hasim Rahman en Sudáfrica.

«El boxeo en otros países es maravilloso porque, recuerden, el anunciador siempre dice ‘señoras y señores… El campeón mundial de peso pesado’…», relata Foreman con su mejor imitación de la voz del anunciador Michael Buffer. «Es importante que estos eventos sucedan en diferentes países para que la gente no piense que todo el boxeo gira alrededor de Las Vegas.

«Es una excelente oportunidad para que Ruiz sea reconocido como el campeón mundial de peso pesado. Estará peleando fuera de los Estados Unidos. La gente no lo verá simplemente como estadounidense o mexicano-americano, sino que será reconocido por el mundo entero. Y una vez que comience la pelea y estén sobre ese pequeño cuadrilátero, bien podrías estar peleando en la Luna o en Marte. No te enteras de donde estás. Un ring de boxeo es un ring de boxeo, y no tienes tiempo de preocuparte por saber en qué país estás. Te lo puedo asegurar por experiencia”:

Ruiz-Joshua 2 algún día quedará confinado a la historia del deporte de los puños, y el modo en que la pelea sea vista después de que cesen los golpes está por verse. Arabia Saudita no es el primer país anfitrión controversial, y no será el último. Las Olimpíadas del 2008 en Beijing estuvieron manchadas por una amplia variedad de problemas ligados a los derechos humanos, censura en los medios, y controversias alrededor de los conflictos activos que tenían lugar en la capital china. Las Olimpíadas de Invierno del 2004 en Sochi, Rusia, tuvieron lugar bajo un manto de corrupción, doping y legislación homofóbica.

Todo lo que podemos esperar es que las cosas cambien allí donde los cambios son más necesarios que en ninguna otra parte del mundo.

Tom Gray es Editor Asociado de The Ring Magazine. Síganlo en Twitter: @Tom_Gray_Boxing.