Thursday, April 18, 2024  |

By Gareth A Davies | 

¿CÓMO AFECTARÁ A TYSON FURY SU RECIENTE SEPARACION DE SU ENTRENADOR BEN DAVISON EN CAMINO A SU PELIGROSA REVANCHA ANTE DEONTAY WILDER? 

Los «divorcios» entre entrenadores y boxeadores no son una historia nueva en el boxeo, pero uno de los comentarios más importantes alrededor del segundo encuentro entre Deontay Wilder y Tyson Fury en Las Vegas será sin duda la separación, apenas 10 semanas antes del pleito, del «Rey Gitano» y su joven entrenador Ben Davison. Pero, si no está roto… ¿para qué lo quieren arreglar? 

Esto fue una unión entre boxeo, estado físico y fortaleza mental que se hizo aún más importante por el hecho de que Davison, con apenas 26 años de edad, había sido un compañero cercano y confidente de Fury mientras éste bajó casi 65 kilos, se recuperó mentalmente por sí mismo, y culminó su recuperación con esa épica, dramática y gloriosa batalla por el campeonato del CMB en el Staples Center en diciembre de 2018 ante Wilder. Una noche en la que la potencia cruda se enfrentó a las escurridizas habilidades de un boxeador que regresaba a practicar un arte para el cual había nacido. La mayoría de los observadores de este deporte ven el segundo encuentro como más de lo mismo: ¿Podrá Fury superar en boxeo a Wilder para finalizar los 12 asaltos sin ser atrapado por ese cañonazo de derecha que tiene Wilder?

Tyson Fury y el joven entrenador Ben Davison parecieron ser inseparables durante el regreso de Fury. (Photo por Ethan Miller/Getty Images)

Durante los últimos tres años, he tenido el privilegio de estar presente en los entrenamientos de la dupla Fury/Davison y también durante las semanas de sus combates. En el año desde el primer encuentro ante Wilder, Fury se ha transformado en una genuina estrella del deporte, trascendiendo el boxeo y atrayendo mucha fascinación debido a su recuperación y a su apertura a temas relacionados con la salud mental. Davison hizo mucho detrás de escena, estuvo involucrado en el proceso creativo y de planeamiento con su amigo y colega del mundo del boxeo. 



La noticia se conoció en el fin de semana del 15 de diciembre, indicando que se separarían, pero ellos habían finalizado su relación laboral cuatro días antes, con Davison siendo reemplazado por Javan «Sugar» Hill, sobrino del fallecido entrenador miembro del Salón de la Fama Emanuel Steward. 

Hill supervisará el campamento de entrenamiento y trabajará en el rincón del campeón lineal para la revancha ante Wilder el 22 de febrero próximo en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas. Hill, un ex oficial de policía de Detroit, había entrenado al ex campeón de peso semipesado Adonis Stevenson, y había revivido el famoso Kronk Gym que Steward había creado en su ciudad natal. 

Pero Fury y Davison siguen siendo amigos. Davison vivió casi un año en la casa de Fury, y quizás en algún momento del futuro vuelvan a juntarse. No hubieron reproches ni desplantes entre ambos. «Tyson y yo habíamos tomado decisiones para nuestras carreras, que tuvieron como resultado el final de nuestra relación laboral», escribió Davison más tarde en su cuenta de Twitter. «Sin embargo, seguimos siendo amigos, y él seguramente aplastará a Wilder». 

Es quizás significativo, empero, que el co-entrenador de Wilder, Jay Deas, haya dicho públicamente que Davison era un arma poderosa en esa rivalidad, dado su conocimiento de las fortalezas y debilidades del nativo de Alabama. En resumen, Fury necesitará controlar la distancia una vez más, moverse lateralmente y lanzar cuando esté en rango antes de alejarse astutamente de la trayectoria de los misiles que se le vienen encima. Pero tal como Wilder lo demostró en la brutalidad de sus dos defensas en 2019, él tiene la potencia y la paciencia para esperar hasta que el rango le permita detonar sus armas y terminar la faena. Para mí, esos fueron los dos mejores nocauts del boxeo en 2019. Retórica inapelable salida de un par de puños. Enfática y decisiva, un arma que lo transforma en uno de los boxeadores más devastadores y peligrosos de la historia de la división de peso pesado.

No queda claro si Davison aceptó algo de la culpa por los problemas de Fury ante Otto Wallin. (Photo por David Becker/Getty Images)

El resultado de su segundo choque boxístico nos dirá si la decisión estuvo correcta, pero los instintos nos dicen que puede haber sido apresurada. Si las cosas han ido dramáticamente mal, entonces hay que encontrar una solución. Pero ¿qué fue realmente lo que estuvo mal para Fury en 2019, o al menos fue algo en la dinámica entre Fury y Davison que haya quedado sin revelar? Sí, claro, las peleas con Tom Schwarz y Otto Wallin no fueron exactamente exhibiciones de talento para el nativo de Lancaster, pero Schwarz fue una pelea de pura presentación en sociedad en Las Vegas para inaugurar la sociedad entre ESPN y Top Rank, y la pelea en septiembre terminó mal solamente porque Fury recibió un feo corte y la pelea dio un giro indeseado. Fury nunca iba a estar muy motivado ante cualquiera de esos dos contrincantes, pero aún así, el hombre que alguna vez pesó 176 kilos se ha mantenido en forma, ha estado activo, y continúa teniendo un alto perfil, entrando incluso a participar de la liga de lucha libre WWE, publicando sus memorias, con sus altibajos y todo, y preparándose para filmar su vida en forma de miniserie televisiva. 

Quizás en esas mismas cosas está la verdad. Quizás el salto de Fury a la trascendencia general haya cambiado su relación con Davison, quien se mantuvo alejado de todas las iniciativas de Fury fuera del boxeo. En un nivel personal, pareció ser un viaje del cual queríamos ver más, un lazo que lograba sacar lo mejor de ambos hombres. Al menos en la superficie, desde mi punto de vista tanto cercano como lejano, ellos fueron amigos y colegas, y siguieron manteniendo sus propias identidades. Lo que podría preocupar a los fanáticos del Rey Gitano es que Davison fue una fuerte influencia en impulsar a Fury aún a ir en contra de sus instintos, sin ser decirle que «sí» a todo. Nuevamente, el tiempo dirá si esto sigue siendo así.

Lo positivo para Fury es que hay mucho conocimiento de boxeo en su familia, y ellos son un equipo muy unido en ese sentido. Sin embargo, es difícil ver a Fury teniendo un enfoque diferente en su segundo encuentro ante Wilder, quien reveló después de la primera pelea que no pesó tanto como hubiese querido pesar, y que había estado sufriendo de una gripe en las etapas finales de su entrenamiento. No hay dudas de que la segunda pelea es peligrosa para Fury, pero uno podría argumentar que la primera, de muchas maneras, lo fue aún más. Y aún así, miren lo que sucedió. Además de ser derribado en el noveno asalto y de tener aquel monumental 12do round (seguramente uno de los asaltos más dramáticos del boxeo en la última década), Fury exigió al máximo a Wilder en una verdadera lección de boxeo. La pelea podrá haber sido juzgada como controversialmente cerrada en las tarjetas, pero fue vista casi universalmente como una victoria para Fury. De cualquier otro modo, el controversial desenlace nos ha llevado a un largo y extendido debate en los meses subsiguientes, y ahora nos dará un evento para saborear en el inicio de esta nueva década en el deporte. 

Los estilos hacen a las peleas, y los dos estilos indican que, por naturaleza, Fury será evasivo y boxeará mientras que su rival, Wilder, saldrá a buscar el golpe demoledor final que se ha implantado ya en su psiquis combativa. Eso es lo que hace que este pleito sea atrayente y extraordinario. La clave, quizás, es que la confianza de Wilder habrá crecido durante el 2019, cuando logró destruir a dos hombres que muchos creyeron, quizás, que podrían ponerle un final al reinado del monarca estadounidense. Dominic Breazeale, lanzado directamente al East River. Luis Ortiz, confinado al polvo seco del Desierto Mojave.

¿Quién sabe? Quizás estemos a punto de tener un resultado similar la segunda vez, y estemos destinados a ver, tal como lo indicó el promotor Frank Warren el año pasado, una trilogía entre estos dos fascinantes pesos pesados. Yo digo que quizás sea así. ¿Quién podrá desestimar las chances de Fury, dado lo que hizo en 2015 ante Wladimir Klitschko, y el modo en que resucitó brillantemente, casi de manera bíblica, en 2018? Y aún así, hay algo un poco inquietante sobre Wilder mientras él busca su destino bajo el lema de sus ya conocidas palabras: «Un rostro, un nombre, un campeón». 

Pronto lo sabremos. Será un gran comienzo del 2020 – y de una nueva década en el boxeo.