Thursday, April 25, 2024  |

By Ryan Songalia | 

Andrew Cancio casi se aleja de su frustrante carrera boxística en 2016, pero desde entonces se empecinó en dedicarse nuevamente, y es ahora uno de los mejores cinco boxeadores en las 130 libras

Andrew Cancio se ha transformado en un maestro del manejo del tiempo y las agendas. Cada mañana se levanta a las 4:30 a.m., y a los 15 minutos ya está fatigando el pavimento en su trote matinal. Luego de cambiarse la ropa, se mete a su auto no más tarde de las 5:50 y se va a su trabajo en la empresa de gas Southern California, en Simi Valley. El viaje de su casa en Ventura le lleva unos 30 minutos, y una vez que llega ahí se cambia para ponerse su mameluco y sus botas de trabajo, antes de entrar a una reunión de planeamiento de 10 minutos.

Luego del final de esa reunión, es hora de preparar los camiones, descargar el combustible excedente y salir a la ruta. De ahí en más, está bajo el implacable sol californiano, castigando el concreto con su maza o usando un medidor para buscar pérdidas de gas. En algunos aspectos, el trabajo no es diferente a su estilo de combate: desgastante, metódico, y no siempre vistoso. Es peligroso, pero no mucho más que su otro trabajo.

«(En el boxeo) se nos garantiza que nos golpearán en la cabeza», dijo Cancio. Si todo va bien, estará de regreso en su base a las 2:30 p.m., y luego de limpiar los camiones marcará su tarjeta de salida a las 3 p.m. para dirigirse a Ventura y entrenar en el gimnasio con su entrenador Joseph «Hoss» Janik durante las siguientes dos horas y media. Y luego vuelve a casa a comer, bañarse y dormir. Y al otro día, todo comienza de cero nuevamente.



Su único día libre de entrenamientos es el miércoles, que de todos modos es día laborable, lo cual significa que nunca descansa, realmente. Es un sacrificio que ha hecho durante los últimos años, desde que expandiera su trabajo a tiempo parcial como lector de medidores a tiempo completo en 2015, pasando de la vida inestable de un boxeador profesional a la de un trabajador con un ingreso constante.

«No estaba funcionando como yo pensaba», dijo Cancio. «No me funcionaba pelear una o dos veces por año por muy poco dinero. Las cosas estaban muy duras en esa época».

Creyó que su paso por el deporte se acababa luego del 17 de septiembre de 2016, cuando un corte sobre su nariz obstruyó su visión durante una derrota por nocaut en nueve asaltos a manos de Joseph Díaz Jr. Dejó de entrenar y de ver boxeo, y en lugar de eso concentró sus esfuerzos en darle a su familia la mejor vida posible.

Durante casi dos años, Cancio se alejó del deporte, pero «la picazón» comenzó a regresar cuando sus niños (una nena y un varón) siguieron preguntándole cuándo regresaría al boxeo.

Su deseo de ver a su padre en el ring una vez más causó esta nueva historia de Cenicienta en el boxeo, el regreso del trabajador incansable que tiene el trabajo adicional de ser campeón mundial «regular» de la AMB en el peso ligero junior.

Primero, Cancio tuvo que encontrar a un equipo que lo haga regresar. Janik lo había ayudado con su trabajo de fuerza y condición física en el pasado, pero Cancio contrató nuevamente al popular entrenador como su jefe de rincón plenipotenciario. Conseguir un manager sería algo esencial. Cancio contactó a Ray Chaparro, dueño de un restaurant local al cual Cancio a menudo consultaba para pedir consejos. Chaparro había manejado la carrera de Daniel Franco, una promesa de peso pluma con quien Cancio guanteaba frecuentemente. Chaparro sabía el tipo de peleador que era Cancio, pero luego de que su único boxeador sufriera una seria lesión cerebral en 2017 y tuviese que retirarse del boxeo, él tenía dudas de volver a involucrarse con otro.

«Andrew estaba en mi restaurant una mañana y me dijo ‘hey, estoy pensando en regresar a la actividad. No tienes boxeadores ahora y siempre me dijiste que quieres trabajar con un boxeador por vez’, recordó Chaparro.

«Siempre creí que él podía ser un campeón mundial. Tiene un estilo muy vistoso, tiene una gran personalidad – tiene todo lo que hay que tener».

La primera pelea de Cancio no fue precisamente un paseo. Enfrentó al invicto y promisorio kazajo Aidar Sharibayev en abril del 2018. Sharibayev pensó que sería una buena idea intercambiar golpes, hasta que se dio cuenta que no lo era. Para ese momento ya era muy tarde. Cancio anotó dos caídas antes de que el rincón de Sharibayev lanzara la toalla a comienzos del 10mo round. La victoria le valió a Cancio una segunda chance con Golden Boy Promotions, quien lo contrató y rápidamente lo puso en un evento estelar ante Dardan Zenunaj, a quien le ganó por puntos.

«Siempre creí que él podía ser un campeón mundial. Tiene un estilo muy vistoso, tiene una gran personalidad – tiene todo lo que hay que tener».
– Ray Chaparro

A pesar de su éxito en su regreso, Cancio todavía era considerado un probador. Logró triunfos sobre boxeadores como René Alvarado y Hugo Cazares, pero usualmente se quedaba corto cuando subía de nivel ante tipos como Díaz o Ronny Ríos, lo cual lo transformaba en el boxeador perfecto para ser oponente de turno de boxeadores estelares. Para cambiar la narrativa de la segunda mitad de su carrera iba a tener que cambiar su mentalidad.

«Salí a pelear sabiendo que tenía que probarme nuevamente», dijo Cancio. «Por alguna razón no estaba conectando bien. Me estaba quedando corto. La diferencia es el entrenador – la manera en que rescataron mis combinaciones, mi mayor movimiento de cabeza. Necesitaba hacer algunos ajustes menores».

Trajo un nuevo enfoque cuando enfrentó a Alberto Machado, un boxeador flaco y alto que boxea y pega, y que combate en postura zurda. Machado estaba invicto, entrenaba con Freddie Roach y era visto por muchos como el nuevo baluarte del boxeo puertorriqueño. Robert Díaz, el armador de peleas de Golden Boy, admite que no tenía noción de que Cancio haría algo más que dejarlo todo en un combate entretenido.

«¿Si esperaba verlo ganar? No, no esperaba vero ganar. Esa es la verdad más honesta posible», dijo Díaz. «Pero yo esperaba que hiciera una buena pelea. La razón por la que hice el combate entre Cancio y Machado originalmente fue porque Machado tenía una defensa voluntaria disponible. Cancio estaba clasificado en el No. 10. Obviamente siempre atrae a una gran multitud, y siempre hace una buena pelea. Yo sabía que sería una pelea entretenida, sin importar el resultado».

Hasta el mismo Cancio admite que había leído los titulares y no estaba seguro de qué esperar una vez que sonó la campana.

«Yo tenía curiosidad en el primer round, estaba como tímido o asustado, porque mucha gente decía que él era la próxima gran súper estrella, y decían que pegaba duro”, dijo Cancio.

Noventa segundos después del primer campanazo, Cancio tuvo la respuesta a su curiosidad cuando una combinación de tres golpes lo envió a las lonas por un conteo de nueve. Pero el conteo pareció despertarlo un poco, y siguió adelante con un ataque de mucho volumen que culminó en tres caídas y un golpe al cuerpo demoledor en el cuarto asalto para poner fin al combate.

Con esa victoria llegaron algunas de las satisfacciones del éxito: Su pueblo natal de Blythe, en la frontera entre California y Arizona, le dio a Cancio las llaves de la ciudad. Pero la vida continuó igual que antes. Él regresó al trabajo el martes siguiente, y recibió varias palmadas de felicitación antes de reanudar su trabajo. Aun así, a pesar de tener el cinturón en su poder, se insistía persistentemente en que la victoria era más atribuible a los problemas de Machado para cumplir con el peso y las distracciones que tuvo antes de la pelea, que cualquier cosa que Cancio hubiese hecho para lograrla. Había una cláusula de revancha en el contrato, dándole a Cancio la oportunidad de hacer una declaración importante nuevamente.

«Tenía algo que demostrar», dijo Cancio. «Sentía que la gente no me estaba dando el reconocimiento que se le da a un campeón después de la primera pelea debido a la manera en que lo logré». Para prepararse para la revancha, Cancio sacrificó sus días de vacaciones y se concentró solamente en su misión. El resultado fue apenas un poco diferente. Un gancho de izquierda al cuerpo envió a Machado a las lonas por la cuenta completa, esta vez en el tercer round. Esta vez no habría excusas, nada que le reste algo al impacto de su victoria.

«A veces en el boxeo no siempre gana el talento, porque en lo que respecta a ser un boxeador – y no digo esto para faltarle el respeto a Cancio – creo que Machado tiene más para dar», dijo Roberto Díaz. «Sin embargo, Cancio tiene la determinación, tiene el corazón y las pelotas en su sitio. A veces eso vale más que tener talento».

Las dos victorias sobre Machado le valieron más dinero a Cancio que lo que había ganado en todas sus peleas previas juntas. Ha considerado abandonar su trabajo diurno por lo cansador que es hacer ambas cosas, pero no piensa que sea posible ahora mismo. No para el estilo de vida que piensa darle a su familia.

«Todavía no soy dueño de mi casa. Lo único que ha cambiado es que tengo dinero en mi cuenta de ahorros, y que estoy viviendo un poco más cómodo sabiendo que la tengo ahí», dijo Cancio.

Si puede aferrarse a ese cinturón y continuar su racha ganadora, se acercará mucho a sus objetivos. Robert Díaz dice que Cancio le mencionó un nombre en particular con quien él quería pelear en su regreso.

«Me dijo ‘quiero pelear con JoJo (Joseph Díaz)’. Y yo le dije ‘la única manera en que eso pueda pasar es si ganas un título mundial’. Cuando lo estaban cosiendo en el vestuario (después de la revancha), me dijo ‘recuerda ahora tu promesa’. Yo le pregunto ‘¿cuál?’. Me dijo: ‘me prometiste a JoJo’. Ahora tendré que cumplir».

Eso tendrá que esperar. Rene Alvarado, el boxeador al que Cancio noqueó en ocho asaltos en 2015, es el retador obligatorio de Cancio. Díaz dice que la pelea se hará en septiembre u octubre, y que Alvarado declinó aceptar una compensación para no hacer la pelea, diciendo que quiere llegar a los niveles a los que ha llegado su hermano mellizo, el monarca de peso mosca junior de la FIB, Félix Alvarado.

«René me dijo ‘mira, Robert, mi sueño no solamente es pelear por el título mundial, sino ganarlo. Yo voy a ganar el título mundial. Después de eso, voy a pelear con JoJo’. Y tengo que respetar eso», dijo Díaz.

Ganarle a Alberto Machado por primera vez fue algo dulce para Andrew Cancio, pero probar en la revancha que la primera vez no fue pura casualidad fue algo que no tuvo precio.

Cancio sabe qué calibre de peleador es Alvarado, pero no avizora un resultado diferente al que tuvieron en el primer encuentro.

«Tira muchos golpes, y pega duro», dijo Cancio. «Va al frente. Siempre está en buena forma. Fue una pelea dura, y ésta será dura también, pero yo estaré listo».

Chaparro cree que la pelea con Díaz es una pelea que sería mejor hacer más adelante, en una cartelera del Cinco de Mayo, y que sería mejor enfrentar a alguno de los otros monarcas como Miguel Berchelt (CMB) o Tevin Farmer (FIB).

Esas son llamadas telefónicas que otra gente tiene que hacer. Cancio sigue despertándose antes de que salga el sol para salir a correr, limpiando camiones y haciendo mediciones para asegurarse de que no hayan pérdidas de gas peligrosas. Se hacen sacrificios, pero él se acerca cada vez más a lograr su sueño americano.

«Quiero todas las peleas grandes que estén ahí para mí», dijo Cancio. «Estoy aquí para ganar dinero para mi familia. Y no solamente eso, sino que estoy aquí para que se conozca mi nombre».