Wednesday, April 24, 2024  |

By Brin-Jonathan Butler | 

Con el triunfo de Andy Ruiz Jr. sobre Anthony Joshua como referencia, dos ex pesos pesados a los que nadie les daba chances recuerdan las noches en las que burlaron todos los pronósticos

El 31 de diciembre de 1989, unos 42 días antes de que enfrentara a Mike Tyson a 6500 millas de distancia en el Tokyo Dome de Japón estando 42-1 abajo en las apuestas, James «Buster» Douglas, de 29 años, estuvo presente en una fiesta de Año Nuevo en su ciudad natal de Columbus, Ohio. Entre la multitud, notó la presencia de una hermosa mujer sentada en el lado opuesto del salón, observándolo. Douglas se acercó para presentarse ante ella. Mientras se acercaba, la mujer comenzó a sacudir la cabeza.

«Hola”, dijo Douglas, confundido ante el gesto de la mujer.

«Seguramente estás muy desesperado”, rió ella, mirándolo fijo.



«¿Qué?», respondió Douglas, incrédulo.

«Digo, que debes estar muy desesperado. Hay que estar desesperado por obtener dinero para terminar peleando con alguien como Mike Tyson».

Douglas ríe al recordar la historia en una charla telefónica.

«Así era el embrujo que Tyson provocaba. Y así me veían todos».

«Me pregunto qué habrá pensado ella de ti 42 días después de eso, luego de que noqueaste a Tyson», le pregunté.

«Bueno», respondió Douglas, «a ella la esperaba una sorpresa».

Y lo mismo le pasó al resto del mundo.

Casi tres décadas después de lo que sigue siendo la mayor sorpresa en la historia de los deportes, el 1ro de junio de 2019, Andy Ruiz Jr., con 29 años, anotó su propio nocaut sorpresivo ante un ampliamente favorito campeón mundial invicto de peso pesado Anthony Joshua en el séptimo asalto en el Madison Square Garden. Al igual que Douglas, Ruiz se levantó tras una caída a las lonas para anotar su hazaña.

Buster Douglas lo estaba viendo desde la casa de su hermano, y se deleitó en ver cómo la gente encontraba los paralelos entre la victoria de Ruiz ante Joshua y su propio gran triunfo ante Tyson.

«Pasa lo mismo que conmigo», comenzó Douglas, pausando para saborear el momento, «nadie le dio posibilidades a Andy. Y luego cuando se subieron al ring y estaban ahí parados, ¿quién de los que estaba mirando realmente pensó que ésta iba a ser una pelea seria? Pero al igual que yo, Andy salió y los sorprendió a todos. Y, a decir verdad, creo que va a hacerlo de nuevo en la revancha. Andy se paró frente a Joshua. Nunca salió corriendo. Se plantó ahí, y Joshua no pudo encontrarlo. Incluso cuando lo encontró con ese gancho en el tercer asalto, vimos cómo Andy lo aguantó. Se plantó ahí y terminó su misión».

Le hago acordar a Douglas lo bien que él aguantó un terrible uppercut de Tyson en los 10 segundos finales del octavo asalto en Japón. A la cuenta de tres, sintiéndose frustrado, Douglas golpeó las lonas con sus puños antes de ponerse de pie a la cuenta de nueve para zafar de la derrota en ese round.

«Miré con mucho cuidado cuando Ruiz cayó tras ese gancho», dijo Douglas. «Si se fijan bien, Ruiz nunca le sacó los ojos de encima. Se puso de pie. Sabía que cometería un error. Quedó abierto y vulnerable. Pero mantuvo su concentración y su compostura. No se emocionó de más. Se puso de pie y se lanzó nuevamente contra Joshua, y poco después ya lo había noqueado. Fue hermoso de ver”.

Y casi de inmediato, todos comenzaron a compararla con la victoria de Douglas ante Tyson.

«No me importó para nada”, dijo Douglas. «Fue muy lindo. Lo que yo hice fue parte de la historia. Y la victoria de Ruiz también lo fue».

Le hice a Douglas la hipotética pregunta de que si querría acompañar a Ruiz en su rincón para la revancha. Douglas recibió enormes críticas por subir más de 7 kilos en los meses subsiguientes, que también incluyeron juicios de parte de Don King y un importante nivel de caos entre su victoria ante Tyson y su primera defensa del título de peso pesado ante Evander Holyfield en el Mirage de Las Vegas. (Douglas le había entablado juicio a King en Nevada, aduciendo que los intentos del promotor por anular el resultado de la pelea debido a una supuesta “cuenta larga” en el 8vo asalto representaban un rompimiento del contrato, lo cual resultó en una larga batalla legal sobre quién sería el promotor de las próximas peleas de Douglas). Le pregunté a Douglas qué consejos le ofrecería a Ruiz basándose en su propia experiencia a la hora de soportar el intenso calor de las luces de la atención de los medios y el público.

«A todos lados donde yo iba, alguien se acercaba a darme un pedazo de papel que yo pensaba que era para darle un autógrafo, pero en lugar de eso me daban una citación judicial».
– James Douglas

«Ganar el título fue lo opuesto de lo que yo esperaba que fuese, por culpa de Don King», explicó Douglas. «Fue imparable. Yo tenía tres estudios de abogados en tres partes diferentes del país, y volaba de un lado al otro para testificar en todos esos lugares. Gané una de las más grandes peleas de la historia para transformarme en campeón de peso pesado, y luego estaba peleando en la corte casi tan duro como en el ring durante los seis meses después de ganar el título. A todos lados donde yo iba, alguien se acercaba a darme un pedazo de papel que yo pensaba que era para darle un autógrafo, pero en lugar de eso me daban una citación judicial.

«Me quedé solo (cuando estaba entrenando) para Tyson. Cuando tuve que entrenar para defender mi título ante Holyfield, tuve una distracción tras otra, con Don King persiguiéndome en la corte sin parar. Para ese momento, todo el tema de los juicios ya se había terminado, yo estaba totalmente desordenado y nunca tuve tiempo de prepararme bien para nada de lo que pasaba. Realmente sentí que era injusto tener que lidiar con toda esa situación. Nunca tuve un solo momento de paz para concentrarme y prepararme para enfrentar a Evander Holyfield. Fueron seis meses de infierno después de ganar el campeonato, y una de las peores experiencias de mi vida.

«Con la revancha de Ruiz ante Joshua… nadie puede negar que es el campeón de peso pesado. No mucha gente conocía a Ruiz antes de que peleara con Joshua. Pero Ruiz ya era un terrible boxeador y un gran amateur. Puede ser que su actuación se destacó por la magnitud del evento, pero todo se reduce a ser un buen boxeador. Ruiz siempre fue un buen boxeador. ¿A quién le importa si nadie más lo sabía excepto él? Joshua se enteró a su tiempo. Y esta vez, cuando Ruiz salga ahí, será un momento emocionante para él. Estará subiendo al ring como campeón mundial. Será más emocionante para él subir ahí para defender su título. Puede mostrarle al mundo que se merece estar ahí. Quizás no luzca como un campeón ni tenga un cuerpo tan vistoso como el de Joshua cuando se paren frente a frente en el ring, pero se ganó ese título de manera legítima. Mucha gente y críticos miraron más su cintura que su currículum.

«Todos tienen los ojos puestos en él ahora, pero creo que Ruiz va a estar bien. Pienso que va a seguir en este nivel por mucho tiempo».

Le pregunto a Douglas si hay alguna sensación mejor en este mundo que arriesgarlo todo por un sueño que solamente él veía y en el cual sólo él creía.

«No importa lo que todos crean o piensen si es que tú sabes que lo tenías dentro tuyo y que lo hiciste a pesar de que nadie te dio chances. Cuando te elevas por encima de ellos y tienes éxito a la hora de alzarte con ese premio dorado, es lo más grande que puede pasarte. Me aportó mucha paz mental después de lo que me sucedió y el modo en que terminó mi carrera. Me hubiese encantado ir más allá con lo que logré contra Tyson, pero aún pienso que hice algo que nadie más pensó que podría hacerse. Es una gran sensación aún hoy, después de todos estos años».

***

El 29 de octubre de 1993, tres años y medio después de que Buster Douglas sorprendiera al mundo con su triunfo sobre Tyson, el monarca de la OMB en el peso pesado Tommy «El Duque» Morrison tuvo lo que muchos veían como una pelea para mantenerse activo ante Michael Bentt, de 29 años, mientras se encaminaba a un combate ante Lennox Lewis valuado en $8 millones de dólares. A pesar de ser uno de los amateurs más laureados del boxeo estadounidense en la historia y de ser cinco veces campeón nacional, Bentt fue considerado como una «decepción» como profesional luego de perder su debut profesional ante Jerry Jones en Atlantic City allá por 1989. Regresando luego de una pausa de 20 meses para ganar sus siguientes 10 peleas seguidas, convenció a algunos de sus críticos de que tenía alguna posibilidad de ganarle a Morrison, quienes lo consideraban poco menos que un escollo de poca monta.

Luego del campanazo inicial, Morrison salió con todo, buscando terminar la pelea tempranamente, y casi lo hace al conectar dos devastadores ganchos de izquierda al mentón de Bentt. A solo 45 segundos de iniciado el round, Morrison castigaba con todo a Bentt contra las cuerdas, y soltó las manos para acabar finalmente con su mareado retador. En lugar de eso, Bentt lanzó un contragolpe y derribó a Morrison. Cuando Morrison se puso de pie para superar el conteo de protección, Bentt se lanzó sobre el vulnerable campeón y casi inmediatamente envió a Morrison nuevamente a las lonas. Morrison se incorporó valientemente una vez más mientras Bentt se preparaba para sacar ventaja de la regla de las tres caídas, soltando todo lo que tenía para apabullar a Morrison. Al minuto con 33 segundos del primer asalto, Morrison finalmente cayó abatido bajo la furia de los puños de Bentt. El árbitro detuvo el pleito y declaró a Bentt como nuevo monarca de peso pesado de la OMB.

La sorpresiva victoria de Bentt ante Morrison, y las lesiones cerebrales que sufrió en su fallida defensa del título cinco meses más tarde ante Herbie Hide en Londres fueron el tema principal del primer episodio de la aclamada serie «Perdedores», de Netflix. Yo fui asesor de esta serie, y realicé las entrevistas en cámara para el episodio de Bentt. Nunca me encontré con nadie que aliente más a los desfavorecidos que Michael Bentt, por lo cual no fue difícil imaginar a quién estará alentando cuando vea a Ruiz entrar al ring ante Joshua.

Mira, yo sabía que podía pelear. Buster sabía que podía pelear. Y Andy sabía que él puede pelear. Ninguno de nosotros necesitaba que los críticos nos digan sobre nuestras chances de ganarle al favorito.
– Michael Bentt

«Yo me emocioné mucho por Andy Ruiz cuando vi la pelea esa noche», dijo Bentt durante una entrevista telefónica desde su casa en Atlanta, Georgia. «Ví como todos le faltaban el respeto por su aspecto físico. Yo lo había visto hace tres o cuatro años cuando estaba haciendo trabajos de actuación en Los Ángeles. Quizás Ruiz no luce como un campeón, pero ¿en lo que respecta a tener lo que hace falta como boxeador? Cuando anunciaron esta pelea con Joshua, le dije a todos los que quisieran oírme que Joshua perdería el combate. Pregúntenle a quien sea en mi grupo de amigos. No estoy hablando por hablar. Y esto no es una falta de respeto a Joshua. Pero he estado en este deporte lo suficiente como para saber quién es real y quien no lo es. Joshua podrá ganar todas las competencias de fisicoculturismo que quiera ante Ruiz, pero no creo que le gane demasiadas peleas. No vi hambre en los ojos de Joshua en aquella pelea. Le doy crédito por lo que hizo ante Klitschko. Pero todo lo que se dijo después de eso – la hipérbole superó a su hambre de triunfo. ¿Entiendes lo que digo?»

«Sabías que tanto tú como Ruiz y Buster Douglas tenían todos la misma edad cuando ganaron el campeonato de peso pesado? le pregunté a Bentt.

«¡No me jodas!», explotó Bentt con una risotada. «¡Me encanta! Mira, yo sabía que podía pelear. Buster sabía que podía pelear. Y Andy sabía que él puede pelear. Ninguno de nosotros necesitaba que los críticos nos digan sobre nuestras chances de ganarle al favorito. Ellos nos dieron esa chance para ganarnos un buen cheque y nada más. Simplemente una pelea para que un boxeador de renombre nos gane fácil. Douglas iba a ser un peldaño más de Tyson para llegar a Holyfield. Ruiz iba a ser un peldaño para Joshua antes de pelear con Fury o Wilder. Yo iba a ser el peldaño de Morrison para pelear con Lewis y un cheque de $8 millones solamente por mostrar la cara. Los expertos no se suben al ring. La mayoría de ellos nunca han estado en el ring. No hay expertos en el boxeo. Nadie sabe qué pasará hasta que pasa. Esa es la magia de nuestro deporte. George Foreman me enterró en público antes de que yo noqueara a Morrison. No importó que yo fuese campeón amateur nacional en cinco oportunidades. Foreman vaticinó que me iban a aplastar. No podía creer que no le diera nada de respeto a un hombre con mis calificaciones en una pelea de título mundial. Pero se enteró como todos los demás esa noche».

Le pregunté a Bentt por su predicción en la revancha entre Ruiz y Joshua. «Es más difícil defender el título que ganarlo», suspiró Bentt. «Es mucho más difícil mantener el enfoque en desmadre de esa atmósfera después de que sorprendiste a todo el mundo. Es difícil confiar en alguien después de que todos dudaron de ti. Pero me gustan las chances de Ruiz para esta revancha. He estado observando a Joshua en los medios, buscando plataformas para hablar sobre varias cosas para llegarle al público. Esto no es lo que debería estar haciendo después de una derrota como la suya. Debería estar concentrado en una sola cosa: prepararse para pelear con Ruiz. No veo que esté haciendo eso.

«Así es como yo veo a Joshua. En el mundo de la actuación, después de que surgiera Marlon Brando, todos los que vinieron después y trataban de imitarlo, si tenían algo de talento los anunciaban ya como ‘el próximo Brando’. El boxeo tiene un gran linaje de grandes campeones, desde Jack Johnson hasta Joe Louis, Rocky Marciano o Muhammad Ali. Luego de que Joshua hiciera lo que hizo ante Klitschko, mucha gente pareció pensar que la antorcha acababa de pasar a manos del nuevo gran campeón de nuestra generación. Hubieron muchos actores talentosos que llegaron después de Brando: Burt Reynolds, Sean Penn, Mickey Rourke, Benicio Del Toro – pero ninguno de ellos se transformó en Brando. No hay nada de malo con todos esos tipos que terminaron donde están hoy. Pero ellos fueron anunciados como si fuesen a transformarse en algo que nunca podrían llegar a ser. Joshua iba a ser un poco el próximo Brando del boxeo. Siempre lució un poco más como Burt Reynolds, en mi opinión. Y Ruiz puso eso sobre el tapete. Creo que en la revancha le puede llegar a ir mucho mejor».

Brin-Jonathan Butler ha escrito para Esquire, Bloomberg, ESPN Magazine, Al Jazeera, Harper’s, The Paris Review, Salon, y Vice. Su primer libro, The Domino Diaries, fue finalista para el Premio PEN/ESPN de periodismo deportivo literario y para el premio al Mejor Libro del 2015 del periódico Boston Globe. Su trabajo ha sido seleccionado tanto como en las categorías Best American Sports y Best American Travel Writing en múltiples ocasiones. Su obra más reciente, The Grandmaster, fue publicada por Simon and Schuster en 2019.