Thursday, March 28, 2024  |

By Michael Montero | 

PATRICK DAY, FALLECIDO ANTES DE TIEMPO, DEJÓ UNA PROFUNDA IMPRESIÓN EN QUIENES LO CONOCIERON

Era una tarde del jueves 10 de octubre en el JW Marriot en el centro de Chicago. Ya íbamos por la mitad de la conferencia de prensa final para la cartelera encabezada por el choque entre Aleksandr Usyk y Chazz Witherspoon. Era una de esas típicas y mundanas conferencias de prensa. A mi izquierda y derecha tenía una mezcla de periodistas variados, fotógrafos, personalidades de YouTube y un grupo de amigos y familiares de boxeadores, muchos de ellos jugueteando con sus celulares. Eddie Hearn, de Matchroom Boxing, presentó a una serie de boxeadores de la cartelera previa en el podio. Uno por uno fueron hablando, siendo breves y educados, con un toque de la típica incomodidad que muchos de ellos expresan al hablar frente a una multitud de extraños. Pero luego, el ambiente del lugar cambió.

Patrick Day se ubicó en el podio. Quienes estaban a mi izquierda y derecha dejaron de teclear sus aparatos por un segundo y se enfocaron en el escenario. La contagiosa sonrisa del nativo de Long Island, y su tono relajado en el micrófono habían cautivado a todo el auditorio.

«Todos aquí lucen muy bien», dijo Day con una sonrisa en su rostro. «Gracias a Dios todos estamos en buena salud. Estoy emocionado. Tengo mucho para probar en cada pelea. La gente me mira, ve como me comporto, y dice ‘eres un tipo tan bueno. Hablas muy bien. ¿Por qué elegiste boxear?’ Es lo que uno tiene en el corazón. Yo tengo el alma de un peleador, el espíritu de un boxeador. El boxeo me hace feliz, por eso elegí hacerlo».



Patrick Day vs. Eric Walker, 2017

Ahí fue cuando miré a mi prometida, Tiffany Lam, fotógrafa y camarógrafa que me estaba ayudando a cubrir la cartelera de Usyk-Witherspoon para The Ring, y dije ‘este chico tiene futuro en el boxeo’. Ella concordó conmigo. Nos pasamos los minutos siguientes hablando sobre Day. «Podría terminar siendo comentarista cuando deje el boxeo». «Puedo ver a este chico trabajando en Wall Street». «Caramba, hasta actor podría ser». «Luce muy bien y está cómodo con la cámara”. Hablamos sobre él más tarde en la noche mientras editábamos un video de la conferencia de prensa para el canal de YouTube de The Ring, y en la mañana siguiente durante los pesajes. Se había generado una impresión instantánea y duradera. Y todo había comenzado con lo más simple: una sonrisa brillante, grande e inolvidable.

La noche siguiente, el sábado 12 de octubre, en el estadio Wintrust, Day fue noqueado por Charles Conwell a los 1:46 del 10mo y último round de su combate de peso mediano junior. Había sido derribado dos veces a comienzos de la pelea, antes de que un gancho de izquierda conectara de lleno y lo enviara a las lonas por todo el conteo. Fue un nocaut aplastante. Day pareció estar inconsciente antes de llegar al piso, con su nuca golpeando sonoramente las lonas. Sus ojos giraron hacia atrás en su cabeza, su brazo y pierna del lado derecho comenzaron a agitarse. El silencio sepulcral invadió el estadio.

Ya no recuperaría la consciencia.

Momentos más tarde, Day estaba conectado a una máscara de oxígeno, estabilizado por paramédicos y cargado en una camilla. Yo estaba en la primera fila de la sección de prensa, en el rincón junto al pasillo por el cual los boxeadores hacían sus ingresos y salidas al ring. Todo el incidente completo tuvo lugar frente a mí. Ver a Patrick Day pasando a mi lado en camilla me dejó otra impresión instantánea y duradera. Algo que ya jamás olvidaré.

La dicotomía de ver a un hombre tan joven y lleno de vida apenas unos días antes de fallecer me hicieron sentir entumecido.

Day fue llevado de inmediato al Northwestern Memorial Hospital, a unos cinco kilómetros del estadio Wintrust, donde los médicos luego le realizarían una cirugía de emergencia en el cerebro. El promotor Lou DiBella le pidió a la prensa de boxeo que no presione a cada rato buscando noticias, por respeto a la familia de Day. Se nos dijo que Patrick estaba en coma y en condición crítica. Hubo una gran cantidad de apoyo en las redes sociales de parte de la comunidad del boxeo. Todos trataron de pensar de manera positiva, como él siempre pareció hacerlo, y esperando lo mejor. Pero el miércoles 16 de octubre, con sus padres a su lado, Patrick Day sucumbió ante la gravedad de sus lesiones y falleció con apenas 27 años de edad.

Esta fue la primera vez desde que comencé a cubrir boxeo que fui testigo de la pérdida de conocimiento de un boxeador, seguida por la pérdida de su vida, directamente desde el ringside. La dicotomía de ver a un hombre tan joven y lleno de vida apenas unos días antes de fallecer me hicieron sentir entumecido. No podía imaginarme lo que estaban viviendo sus familiares y amigos en ese momento. Las imágenes clavadas en mi mente me perseguían, dejándome sumido en preguntas que me quitaban el sueño. ¿Acaso soy un monstruo sin alma y sediento de sangre porque me gusta el boxeo? Como miembro de los medios y promotor del deporte, ¿soy acaso parcialmente responsable por tragedias como ésta? ¿Qué se puede hacer para que el boxeo sea más seguro? ¿Qué puedo hacer yo para hacer la diferencia? ¿Qué puedo hacer para honrar el sacrificio de Patrick con la plataforma que yo tengo?

Patrick Day y Lou DiBella. (Photo por Ed Diller/DiBella Entertainment)

Y así es que aquí estoy, escribiendo esto. Una discusión detallada y técnica sobre cómo podemos hacer que el deporte sea más seguro aparecerá en un artículo futuro. Por ahora, déjenme contarles todo lo que sé sobre Patrick Day, lo que aprendí de él en el poco tiempo en que lo tuve cerca. Day nunca iba a ser campeón mundial o quizás ni siquiera un boxeador estelar, pero eso no importó. Hay cierta gente que tiene algo de energía especial, una luz, un aura. Lo llamen como lo llamen, Patrick lo tenía. Eso era innegable, desde el momento en que uno lo conocía. Él iba a ser un campeón en la vida. Iba a tener éxito en lo que decidiera encarar. Yo nunca había cubierto una de las peleas de Patrick antes de la cartelera encabezada por Usyk y Witherspoon. Después de todo, la mayoría de sus combates habían sido en el área de Nueva York, y yo crecí en la escena del boxeo de Los Ángeles. Pero en los pocos días en los que cubrí a Patrick Day, él me expuso a todo lo que su humanidad tenía para ofrecer. Belleza, sorpresa, felicidad, shock, tristeza, preguntas sin responder, y más.

Patrick, no solamente dejaste una impresión en mí, sino en todos los que te conocieron. En un instante, levantaste el ánimo de quienquiera que te veía tan siquiera sonreír. Ese es un impacto que llega más profundo que cualquier título mundial, la manera de trascender el boxeo y tocar el espíritu humano. Y eso te transforma en campeón en nuestros corazones, para siempre.

Michael Montero puede ser encontrado en YouTube, Twitter, Facebook e Instagram en @MonteroOnBoxing. Su podcast semanal «The Neutral Corner» puede ser escuchado en iTunes, Spotify, y cualquier lugar donde se descarguen podcasts.