By Tom Gray |

Pelea del año

NAOYA INOUE DU 12 NONITO DONAIRE

‘¡Está recibiendo combinaciones de cuatro golpes y sigue avanzando!’ ¡Nadie hace eso!» La pelea tenía menos de seis minutos ya, y un reportero ya estaba sorprendido por lo que estaba sucediendo frente a sus ojos. Sin exagerar, ese periodista habló por todos nosotros en el grupo de prensa en la Super Arena de Saitama Japón, el 7 de noviembre.

Campeón mundial en tres divisiones, Naoya «El Monstruo» Inoue ya estaba acostumbrado a masticar y escupir oponentes de todos los orígenes. De repente, el potente fajador japonés estaba ante un gran oponente (aunque muy veterano ya) que se rehusaba a ser devorado. El monarca en cuatro divisiones Nonito Donaire había viajado 8800 kilómetros desde Las Vegas para una guerra sin cuartel.

Era la final del torneo de la World Boxing Super Series de peso gallo. Inoue, amplio favorito, exponía los títulos de The Ring y la FIB, mientras que Donaire, con casi 37 años de edad (ganador de un total de nueve cinturones mundiales en su carrera) defendía la versión AMB. El ganador también recibiría el trofeo Muhammad Ali y sería universalmente reconocido como el peso gallo No. 1 del planeta.

Al igual que todas las grandes peleas, ésta terminó teniendo ribetes dramáticos.

Donaire dio muestras de realizar una seria declaración en el 2do round, cuando cortó a Inoue sobre el ojo derecho con un duro gancho de izquierda, que quebró la órbita ocular del boxeador japonés y (si decidimos creerle) hizo que tuviera visión doble durante el resto de la pelea.

Castigado por ser demasiado agresivo, Inoue cambió hábilmente de táctica. A pesar de que el boxeador de 26 años es conocido por su devastadora potencia y su habilidad para liquidar oponentes, tiene también una tremenda habilidad en el ring, y esta vez fue la ocasión correcta para demostrarlo. En los primeros rounds, «El Monstruo» se transformó en «El Maestro», trabajando magistralmente con su jab y soltando crujientes combinaciones antes de dar el salto a ángulos inalcanzables para evitar las respuestas del filipino.

Pero Inoue es un artista del nocaut por naturaleza. Con cada round que pasaba, medía los hábitos de Donaire y buscaba la manera de dar el zarpazo. Ese momento llegó en el 5to round, cuando Inoue contragolpeó con un jab que había quedado corto lanzando un mortal contragolpe de derecha. Las piernas de Donaire se doblaron, y solamente su experiencia y su instinto de guerrero le permitieron mantenerse de pie cuando Inoue puso el pie en el acelerador. El boxeador local mantuvo su nivel de agresión en el 6to round, pero Donaire se mantuvo en el combate.

Tuvo que regresar a su boxeo inteligente, pero ya la pelea había llegado a un punto en el que la experiencia de campeonato de Donaire era crucial. Inoue había recorrido la distancia de 12 asaltos una sola vez en su carrera (fallo unánime en 12 ante David Carmona en mayo del 2016), mientras que Donaire había estado ahí ya en nueve ocasiones. «El Flash Filipino» sabía que ésta sería una maratón y uno una carrera de velocidad, y ahora era su turno de explotar los errores ajenos. En el 9no round, Inoue cometió el mismo error que su oponente había cometido más temprano en la pelea: no soltó su jab con suficiente rapidez, y una pulverizante contra de derecha lo sacudió hasta las uñas de sus pies. Por primera vez en siete años como profesional, Inoue estaba seriamente en problemas. Donaire lo persiguió con intenciones asesinas y continuó acumulando presión en el 10mo round.

Inoue estaba levemente al frente al entrar en el 11er round, pero Donaire estaba entrando en sus mejores momentos. Para que se diera un cambio en esa situación, el fenómeno japonés necesitaba algo nuevo, y rápido. Quedó evidenciado a lo largo del combate que Inoue estaba relegando su capacidad de atacar al cuerpo, un punto central de su formidable ofensiva. Por lo tanto, la decisión de lanzar un golpe ascendente de derecha para despistar a su rival, seguido de un brutal gancho al hígado con la izquierda, fue la mejor maniobra táctica que Inoue haya efectuado en toda su carrera. Golpear en el centro del motor de su veterano rival en esta parte de la pelea fue algo intencional. El dolor emergió claramente, y Donaire dio un par de saltitos antes de caer de rodillas. Fue ayudado a ponerse de pie por el árbitro Luigi Boscarelli, quien inexplicablemente bloqueó a Inoue para que no logre terminar su faena. Desde el ringside y en la televisión, Donaire también pareció ser el beneficiario de un conteo excesivamente largo.

El guerrero caído se las arregló para ponerse de pie, e Inoue salió a buscar el final anticipado del pleito. Donaire protegió su cuerpo, pero ya estaba dolorido por los golpes en la cabeza, y ya todo estaba escrito. De repente, casi milagrosamente, Donaire nos demostró por qué será elegido algún día al Salón de la Fama en su primera votación disponible. A apenas un par de segundos de perder por nocaut, dolorido terriblemente y bajo una enorme presión, le tomó el tiempo a Inoue con una derecha y lanzó un gancho de izquierda de los suyos justo en la cabeza del rival. Fue un golpe mortal, y conectó de lleno. Inoue se vio mareado y con una mirada de sorpresa total emergiendo desde su ensangrentado rostro.

Como si todavía tuviesen toda la noche por delante, ambos hombres batallaron ferozmente en el round final, y cuando todo terminó se abrazaron cálidamente. Amigos ya fuera del ring, sabían ambos que juntos habían hecho historia, y sabían que esta pelea nunca sería olvidada. Las tarjetas fueron de 117-109, 116-111 y 114-113 para Inoue.

«Donaire fue un oponente muy, muy fuerte”; dijo el ganador después del pleito. «Este fue el primer corte que sufrí en mi carrera. Yo creo que Donaire es un verdadero campeón.

«Ganar el Trofeo Ali es lo más grande que me ha pasado en mi carrera, y veo un futuro muy brillante frente a mí. No soy el más grande de todos los tiempos todavía, pero ese es mi objetivo».

Fue un honor estar en el ringside para lo que terminó siendo la mejor pelea que yo haya visto en vivo en mi vida.

OTROS NOMINADOS:

Josh Taylor DM 12 Regis Prograis…